No sabemos cuándo, ni cómo. Pero sabemos que esta crisis va a terminar y de a poco todo volverá a recuperar su normalidad. Si no queremos caer en el desánimo o en una depresión, tenemos que pensar en positivo, por ejemplo ¿qué vamos a hacer el día después? Entendiendo el mismo como el día en que empezamos a superar la crisis y dejamos de caer.
Para esto existen dos posibilidades. Una consiste en esperar y cuando llegue ese día, ver que hacer que puede resultar muy riesgoso. La otra opción es construir algunos escenarios sobre lo que creemos que va a pasar con nuestra empresa, nuestro trabajo, profesión, entre otras. Claro que muchos podrán decir que estimarlo es difícil o hasta casi imposible. Si bien es cierto que es difícil, siempre podemos pensar en al menos dos o tres posibles escenarios, para lo cual es clave investigar.
Para obtener mejores referencias debés investigar en sitios especializados, escuchar a referentes en tu disciplina y sacar a relucir tu experiencia o la de otros, y no olvidar a los mayores, que pueden haber vivido antes situaciones similares. En este contexto, enfrentarte a diferentes escenarios te empezará a mostrar un camino para analizar tu situación y de ser necesario empezar ya a reconvertirte, pero no solo como un concepto abstracto, sino como algo concreto y planificable.
Por ejemplo: imaginar la profesión de un conferencista. Sería lógico pensar que los eventos van a demorar mucho tiempo en volver a la normalidad o peor aún, que ya no volverán a ser como antes. Aquí tenemos diferentes escenarios:
a) Que vuelvan a ser como antes, pero después de mucho tiempo.
b) Que pasen a desarrollarse en otros formatos: Streaming, webinarios, etc.
c) Un mix de los dos anteriores.
Para cada escenario podemos a su vez pensar en qué va a pasar con los honorarios, los contratos, entre otros y qué habilidades necesito para cada uno. Para algunos, la transformación puede ser algo realizable, mientras que para otros será algo casi imposible.
Solo pensar en cada escenario nos genera desafíos de conocimiento, adaptación, contactos y muchos otros. De este modo, rápidamente podemos tener un diagnóstico y un plan de mejora. Podríamos resumir que reconversión significa: “analizar escenarios posibles y desarrollar un plan para poder afrontar cada uno de ellos”.
Recientemente, el profesor David Niño, especialista en liderazgo e innovación del MIT, definió las tres competencias esenciales a desarrollar en el futuro cercano:
• Valentía: Para liderar la innovación, hay que ser atrevido. La creatividad implica abrir nuevos caminos y esto requerirá mucho valor de nuestra parte.
• Diversidad y libertad de pensamiento: Estar abierto a aprender, interactuar con gente diferente a nosotros, armar equipos lo más diversos posibles.
• Planificación ágil: esto implica estar dispuestos a cambiar, equivocarnos, abandonar modelos, y todo esto, en ciclos de no más de 6 meses.
Esta crisis no solo genera nuevos paradigmas. Sino que acelera muchos cambios que ya se venían dando y que ahora se consolidan. Por este motivo, es esencial contar con herramientas ya que adaptarse no es una opción, es una obligación. Estos son:
-Construí tus posibles escenarios para el día después. Podés hacerlo con colegas para enriquecer el análisis.
-Una vez definidos los escenarios, es importante hacer una lista de pendientes para llegar mejor preparados a ese día.
-Clasificá todos tus pendientes en una lista y asignales un grado de urgencia e importancia. Comenzá por los más importante y urgentes.
-Una vez que definas tu plan, volvé a exponerlo ante colegas o referentes para que te den su opinión o nuevas ideas.
Jonatan Loidi es conferencista, consultor y director de Gruposet
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