La pandemia global de coronavirus que se desató en China y que dejó miles de fallecidos en diferentes partes del mundo está provocando efectos colaterales, como fábricas inactivas, puertos clausurados, bancos cerrados y grandes concentraciones de personas prohibidas con el objetivo de contener el crecimiento exponencial de la curva de contagio. Estas medidas también contribuyeron a “despejar” algunos cielos y convertir el mundo en un escenario ideal para que ciertas especies “reaparezcan” por la ausencia de los humanos en las calles.
En los últimos días, en la ciudad de Buenos Aires fueron muchas las personas que plasmaron en redes sociales su asombro al ver roedores apoderándose de las calles. Pero, ¿es posible que ello se deba a la cuarentena obligatoria?
Para el licenciado Alejandro Inti Bonomo, responsable de la carrera de Gestión Ambiental en la UADE, dos semanas de cuarentena no son suficientes para afectar la población de ratas: “Podría ser que la gente las está viendo más, o que ellas estén cambiando su comportamiento debido a la ausencia de gente en ciertos lugares o a los cambios en la disposición de la basura en la cuarentena. Es un asunto para seguir pero de ninguna manera justifica alarmarse”.
“La presencia de roedores es muy peligrosa porque son transmisores directos de enfermedades debido a los lugares en los que suelen estar presentes, como drenajes, basura, excremento, entre otros. De este modo, a medida que van caminando, dejan todos los microorganismos que tienen en su cuerpo en las superficies. No solo eso, sino que además los roedores son especies que ven poco, por ende, van dejando micro-gotas de orina en las superficies para orientarse", dijo a Infobae Ricardo Ferrario, dueño de Clean City y especialista en la gestión de control de plagas.
Ferrario explicó que son muchas las consultas por aparición de roedores en la ciudad: “La aparición de los roedores en las calles es algo tremendo y realmente preocupante. Las llamadas responden a usuarios que las ven revolviendo la basura en calles desoladas. El gran problema es cuando la población vuelva a la normalidad y los comercios como los de gastronomía abran, hay que controlarlas porque puede ser un gran problema”.
En este contexto, fuentes del Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana explicaron a Infobae que los roedores en la ciudad no aumentaron. “El servicio de control de plagas es esencial. Por ende, no debió interrumpir sus servicios, de hecho se intensificaron en los últimos días. La ciudad está vacía y quizás eso lleva a que muchas personas registren plagas que en el día a día no veían”.
De este modo explicaron que los operativos preventivos y de refuerzo que se están llevando adelante actualmente desde el Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana consisten en controlar y/o reducir el crecimiento poblacional y distintas enfermedades que pudieran transmitir los roedores y el descacharreo, higienización y limpieza del espacio público retirando toda agua estancada o acumulada, como así todo objeto que permita dicha acumulación o sirva como reservorio.
En cuanto a las zonas por las que suelen recibir más consultas para el control de plagas, Ferrario explicó que el centro porteño, las grandes avenidas y la zona de Palermo suelen ser el escenario en el que se mueven la mayor cantidad de ratas: “Los locales gastronómicos de estas zonas han llegado a sacar 10 ó 15 ratas en una semana, esto supone un riesgo muy importante y es importante que ante la aparición de las mismas se las controle adecuadamente, ya que es una tarea que debe cumplir un profesional habilitado”.
“Cuando uno utiliza cebos de forma indiscriminada, si cae en un lugar inadecuado con el tiempo puede matar a alguien, más fácilmente a mascotas. Existen muchas prácticas de personas irresponsables que no toman dimensión de que es un trabajo para especialistas habilitados”, concluyó Ferrario.
Aunque es cierto que el confinamiento obligatorio en muchos países provocó la reaparición de diferentes especies de animales e insectos, “cuando uno estudia las poblaciones y los ecosistemas hay algo característico: cada especie ocupa un nicho y no solo en un espacio físico sino también en la cadena alimenticia. Lo que estamos observando ahora que el humano está recluido en su micro-hábitat es que genera un aumento de espacio para que el nicho de otras especies pueda crecer”, dijo a Infobae Federico Prada, director de las licenciaturas en Biotecnología y Bioinformática de la UADE.
Entonces, a pesar de que hay personas que denuncian una mayor cantidad de roedores en la Ciudad, no hay evidencia de que sea por falta de circulación de personas.
SEGUÍ LEYENDO