Celebrar en el confinamiento: qué sienten y cómo festejan los que cumplen años en cuarentena

La cuarentena total en la Argentina obligó a muchos cumpleañeros a posponer celebraciones más tradicionales y depender de lo virtual para estar acompañados. Videollamadas, audios de Whatsapp y otras formas de comunicación reemplazan los besos y los abrazos

¿Qué sienten los que cumplen años en cuarentena? ¿Cómo festejan? (Shutterstock)

Kevin se despertó el 23 de marzo del 2020 en un departamento del barrio de Belgrano con 28 años de edad. Celebró con familiares y amigos, y salió a comer afuera con sus padres. Claro que, al estar la Argentina en cuarentena obligatoria desde el viernes 20, los festejos con sus seres queridos fueron virtuales, y “comer afuera” fue una excursión al balcón.

“Fue muy raro esto de estar todo el día en casa en mi cumpleaños, tener que dar de baja un montón de planes que quizás tenía pensado hacer para celebrar”, contó a Infobae. “Más allá de eso, me sentí muy acompañado por mis viejos y mi hermana, que están en cuarentena conmigo, pero también por mi hermano, mi cuñada y mi sobrina, que fueron los primeros que me saludaron por videollamada, por gente desde Mendoza que me llamó por teléfono. Desde un mensajito, una videollamada, un audio de Whatsapp, todo me hizo sentir bastante querido y en ningún momento me sentí solo o ‘cuarentenado’; aislado del resto de la gente”.

Un tercio de la humanidad vive en estos días confinada por el coronavirus. La población de la Argentina es una de las que se vio obligada a cambiar de hábitos casi de un día para el otro. Salvo los exceptuados, la gente tuvo que abandonar el trabajo presencial y optar por el home office; cambiar el cine por más horas en Netflix; salir sólo para emergencias o para comprar víveres y productos esenciales. Se prohibieron las aglomeraciones y el traslado de un lado al otro salvo por causas justificadas. Por ende, celebrar un cumpleaños e invitar a personas que no sean con las que uno convive ya no es hoy algo posible.

"No me lo esperaba. Obvio que quizás me hubiera gustado pasarlo con más familiares", reconoce el joven que además está a punto de ser tío por segunda vez. "El sábado nace mi segunda sobrina, toda una 'cuarentennial'", bromea. "Pero bueno, es lo que nos toca hoy en día vivir con esta pandemia, y el rol que tenemos que asumir para que el coronavirus no se propague más rápido de lo que ya se está propagando".

“Hubo torta como en cualquier cumpleaños, y en resumen estuvo muy lindo. Fue un cumple único que dudo que algún día me lo vaya a olvidar. Fue singular”, reconoció Kevin.

El cumpleaños de Camila está a la vuelta de la esquina: cumple 32 años el 29 de marzo. “No te voy a mentir, al principio me angustié y me sentí un poco frustrada. No había puesto grandes expectativas en este cumpleaños, pero siempre es un día en el que me gusta estar rodeada de la gente que quiero, hacer algo distinto, mimarme, marcar la diferencia, que no sea un día que pase desapercibido”, confesó durante una charla con este medio. “Y en este modo de cuarentena es difícil diferenciar un día de otro. Son todos días muy parecidos y rutinarios, lo que yo particularmente detesto”.

“Pero también pienso en que es por el bien de todos y hoy por hoy la tecnología te permite resignificar la idea de la ‘juntada’ y el contacto con los otros. Entonces me dije que si quería un festejo distinto, sin lugar a dudas éste va a ser as: un cumpleaños que voy a recordar para toda la vida”, dice Camila y se entusiasma: “Ya vendrán otros momentos para reunirse, abrazarse y estar juntos. De esos ya tuve muchos en estos 31 años de mi vida”.

El cumpleaños por videollamada multitudinaria de Julián durante la cuarentena

Fueron varios los que tuvieron que transformar su festejo de cumpleaños en una celebración virtual. Uno de ellos fue Julián, que cumplió el 23 de marzo -como Kevin- 11 años de edad y lo celebró con una videoconferencia multitudinaria organizada por sus padres con familiares y amigos de siete ciudades distintas. También están en la misma situación famosos como Adrián Suar, que compartió un video en Instagram soplando las velas en el living de su casa.

La necesidad humana de celebrar durante los momentos más difíciles

Luciano Lutereau, psicoanalista, doctor en Filosofía y en Psicología por la Universidad de Buenos Aires (UBA), y autor de varios libros como Esos raros adolescentes nuevos (Planeta) explicó en diálogo con Infobae que para comprender cómo se siente una persona que está aislada de sus afectos en una fecha tan especial como el cumpleaños, hay que tener en cuenta que no es la misma situación para quien está aislado de manera forzosa o circunstancial. Es la diferencia entre quien cumple años en vacaciones (o en un viaje) y una persona privada de su libertad.

“Creo que no habría que olvidar que hasta en confinamientos que recuerdan la peor época de la historia se dejaban de festejar ciertas fechas, como los cumpleaños. Entonces, la pregunta se puede invertir y no preguntar qué siente tal o cual persona, sino ¿por qué incluso amenazados necesitamos celebrar ciertas ceremonias mínimas? Y sin tener una respuesta conclusiva, creo que podría decir que es porque en esos rituales volvemos a sentir que la vida tiene un sentido propio”, analizó. “Estos pequeños actos de intimidad tienen la función de recomponer la identidad. Por eso en estos días no me llamó la atención cuando un paciente que no acostumbraba a festejar su cumpleaños, cuando incluso era de aquellos que odiaba ese día, organizó una comunicación virtual con otros para soplar las velas”.

No tener al otro al lado no quiere decir que no esté”, explicó Elsa Wolfberg, psiquiatra y psicoanalista de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), y coordinadora de IAN (International Attachment Network) Argentina. “Esto no es menospreciar el poder del beso y del abrazo, ya que el lenguaje no verbal es parte de la cercanía con el otro, pero las palabras son muy importantes también. ‘Moléculas afectivas’, se les podría decir. No niego que el contacto físico sea importante, pero la distancia se puede afrontar con otros recursos, como mandar fotos y videos. Hay que ingeniárselas con un sistema transmodal, y convertir lo que reciben con la vista en otro tipo de sensaciones. Lo que uno recibe con los ojos y el oído migra y encuentra equivalencias que reemplazan lo que uno recibe a través del tacto”.

Coincide María Zysman, licenciada en psicopedagogía y escritora: "Tenemos que trabajar muy fuerte para que no haya un aislamiento emocional. Uno puede estar solo, encerrado en su casa, pero puede estar muy conectado con los afectos y eso es lo que hay que sostener.

“Hay situaciones en las que la tecnología es un gran aliado para los adultos. Además siempre está la opción del viejo teléfono fijo”.

Lo virtual como nueva realidad

Un tercio de la humanidad vive en estos días confinada por el coronavirus (Shutterstock)

Camila, hoy más cerca del gran día, pasó de la frustración a la emoción: “Éste será mi primer cumpleaños aislada, mi primer cumpleaños en línea, mi primer cumpleaños virtual”.

“Estos días demuestran que lo virtual no se opone a lo real, sino que hay un tipo de realidad en la virtualidad, una forma de presencia y fenómenos de cercanía que son más que interesantes”, afirma Lutereau. “Personas que se graban audios, otros se juntan a cantar, incluso en los balcones virtualmente la gente se reúne. El punto es cómo hacer para que estar solo no sea una vivencia de soledad”.

El psicoanalista reconoce que en estos días nos faltan algunos besos, abrazos y ese cuerpo que se basa en el contacto, el volumen, la presión. Zysman también lo sabe: “Lógicamente cuando uno cumple años le gusta estar conectada físicamente y uno piensa en el encuentro con los otros. Eso es una frustración en este momento y dependerá de la capacidad de tolerar la frustración que tenga cada uno. Qué capacidad de improvisar o pensar otras formas de estar juntos. Ya sea por una llamada grupal de Whatsapp que mucha gente conoce. O Zoom, que es una plataforma en donde pueden invitarse hasta 100 personas”.

"Tanto hemos hablado mal de de la tecnología, pero tiene tantas ventajas. Es una herramienta maravillosa que en estos momentos la estamos poniendo a prueba de verdad. Es momento de valorizar el mundo digital y poder exprimirlo todo lo posible para que sea nuestro aliado".

“Hoy se pueden hacer reuniones grupales a través de la computadora y brindar por el cumpleañero a través de la pantalla”, reforzó Wolfberg. “Es necesaria la creatividad, claro. Una amiga mía hizo una torta para su nieta con lo que tenía en su casa, con unas galletitas y un papel crepe fucsia y se lo mandó a la casa. No pudieron soplar las velas juntas pero estaban cerca de otra manera”.

No tenerle miedo a la soledad y hacerle frente a la angustia

Angustiarse en cuarentena es lo más posible, pero es importante sentirse conectado con el otro, en especial durante un día como el cumpleaños

Kevin y Camila tienen la suerte de estar en cuarentena con sus familias. No es el caso de muchas personas, que soplaron o soplarán las velas en la soledad física de su aislamiento. Ése fue el caso de Ezequiel, que cumplió 33 años el 25 de marzo. “Fue una sensación completamente anómala y extraña. Claramente fue el cumpleaños en el que menos cosas sucedieron en toda mi vida, pero a la vez en el que más cosas sucedieron y están sucediendo. Fue un contraste bastante raro”, opinó.

El día no fue muy distinto a los anteriores y a los que vendrán, porque también vivo solo, con lo cual no tenía demasiadas opciones. Pero pude hablar por videollamada con mis viejos, con mi hermana que vive afuera y con varios amigos”, recordó sobre ese miércoles festivo que pasó encerrado en su departamento de Flores.

Pero Ezequiel no lo vivió con angustia, gracias al consuelo o la certeza de que es lo que hay que hacer en este momento: "Me parece que quejarnos por pasar un cumpleaños solos en este contexto habla de un egoísmo muy grande. Más allá de que no está bueno cumplir años en cuarentena, afuera hay gente que la está peleando con muchísima más fuerza y por cosas muchísimo más grandes que un cumpleaños que a la larga va a ser algo anecdótico. Así que traté de sobrellevarlo de la mejor manera posible y tranquilo porque era lo mejor para mí pasarla solo, y lo mejor para todos”.

Sin embargo, no todos logran entender la situación de la misma manera. En muchos casos, la angustia no tardará en aparecer. “Yo tengo la idea de que cuando queremos evitar algo, más lo terminamos produciendo. Entonces me inclino a pensar que lo mejor es pensar qué hacer con la angustia y no tener la expectativa de no angustiarnos. Estamos en una situación angustiante, ¿qué otra cosa se puede hacer?”, sostuvo Lutereau.

Hay tres cuestiones muy básicas que el psicoanalista se encontró diciéndoles a diferentes personas en estos días: "Primero, tratar de no pensar en aprovechar el tiempo; esta es una situación extraordinaria y la vida ya es otra. Ahora bien, esto no quiere decir dejarse estar, sino considerar una segunda vía para estos días: conectar con hábitos cotidianos, es decir, que haya ciertas rutinas que organicen el día, aunque con la advertencia de que no se vuelvan compulsivas. En tercer lugar, no planificar en función de lo que habría que haber hecho, de lo que no podrá hacerse. Evitar los escenarios contrafácticos, sin que eso implique un presentismo agobiante, más bien se trata de situar que este tipo de pensamientos nacen de interpretar la cuarentena como un encierro y se realizan desde la impotencia".

Lo importante es entender que uno no está solo. Está acompañado por la gente que lo quiere pero de otra manera”, remarcó Wolfberg.

“¿Alguien, por favor, quiere pensar en los niños?”

“Un niño normal no necesita grandes cosas”, reafirma Lutereau. “Alcanza con que su cumpleaños sea un gran día junto a alguno de sus padres, o con ambos" (Shutterstock)

Los padres cuyos hijos estén por cumplir años también estarán ansiosos, preocupados. Seguramente habrán dado de baja el salón, la canchita de fútbol o el pelotero. Algunos quizás no tuvieron tiempo de ir a comprar el regalo antes del inicio de la cuarentena. Aquí entra en juego la creatividad.

“Hay que tolerar que uno no va a poder festejar”, anunció Zysman, autora de Bullying (Planeta). “Cuando uno sale de esa situación empieza a pensar de la forma más creativa posible, que hay maneras de festejar. Que lo importante es estar con los afectos más allá de la presencia física en esta situación”.

"Para esto Zoom es la aplicación ideal porque se pueden juntar varias personas", recomienda. "Y ahí podemos reemplazar la tradicional animación de los cumpleaños infantiles por una animación virtual. Pueden entrar a jugar Fornite, Minecraft, Roblox o el juego que al chico le guste como parte del cumpleaños. También podemos prepararnos para el momento del cumpleaños virtual, no estar en piyama sino cambiarnos como si saliéramos de casa. Otra opción es conectarse a videollamada y poner todos juntos la misma música en el mismo momento como elemento de acercamiento".

“Un niño normal no necesita grandes cosas”, reafirma Lutereau. “Alcanza con que su cumpleaños sea un gran día junto a alguno de sus padres, o con ambos. Toda la parafernalia actual del cumpleaños que parece una fiesta de 15, con más actividades y regalos que un casamiento de famoso de Hollywood, todo eso, sobra. No es más que el modo en que los padres buscan gratificar al niño por alguna otra cosa que no pueden darle”.

“Curiosamente escuché con sorpresa que muchos padres, a raíz de la cuarentena, empezaron a compartir con sus hijos tareas cotidianas y les fue muy bien, les está sirviendo para reformular el vínculo, para tener una relación más auténtica y menos consumista. Si hay cumpleaños, por esta vez está más que bien que los amigos manden audios, videos o mensajes, no proyectemos nuestra frustración en los niños atribuyéndoles nuestros deseos”, agregó. A los niños les alcanza con poco. Eso es lo que se debería aprender en estos días: a vivir nuevamente como niños. Y más si nos toca cumplir años en cuarentena.

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