La Educación Sexual Integral es un caso de éxito de una política pública educativa que fue bien recibida por los y las alumnas de todos los niveles de escolarización en la Argentina. A pesar de ser rechazada por una parte de la sociedad, es un elemento que “mecha” entre los jóvenes.
“Desde el primer día de gestión, decimos que la aplicación de las leyes no se negocia”, dijo a Infobae Nicolás Trotta, ministro de Educación, una vez terminado el discurso de apertura de la Asamblea Legislativa por parte del presidente Alberto Fernández.
“Creamos un área específica para la ESI (Educación Sexual Integral), que se encargó de medir el grado de implementación en las provincias. Vamos a trabajar en el Consejo Federal para que se cumpla acabadamente la ley y haya un foco en las provincias de mayor embarazo adolescente”, agregó Trotta.
En este contexto, Infobae dialogó con los autores de ESI, educación sexual integral, guía básica para trabajar en la escuela y en la familia (Siglo Veintiuno), Leandro Cahn, director ejecutivo de Fundación Huésped, y Mar Lucas, directora de Programas de Fundación Huésped, para entender la importancia de esta política.
¿De qué hablamos cuando nos referimos a Educación Sexual Integral?
Leandro Cahn (LC): -La sexualidad nos atraviesa durante toda nuestra vida, y la educación sexual integral lo que busca justamente es sacarlo de ser un tema tabú y poder trabajarlo en las distintas etapas evolutivas de las niñas, los niños, adolescentes y adultos, como un tema que abarca diferentes cuestiones, por supuesto la genitalidad, pero no solamente, y otras cuestiones vinculadas a los roles de género, a la perspectiva de género, al placer, a distintas instancias que se relacionan con la sexualidad pero van más allá de lo que uno pensaba cuando naturalmente hablaba de la sexualidad.
Mar Lucas (ML): -Además, a partir de la ley sancionada de 2006 es un conjunto ordenado de conocimientos que está estipulado qué información, cómo trabajar en cada etapa educativa, en relación a una serie de ejes que han sido acordados, entre todos los ministros de educación, en consejo federal. Estamos hablando de una organización de conocimientos curriculares, para brindar esta educación sexual integral en todos los niveles educativos. Cuando hablamos de ESI, estamos refiriéndonos a ese conjunto ordenado de información, de contenidos, que respetan una serie de ejes acordados, para poder llegar en cada momento de la vida, con una aproximación a poder entender la sexualidad de un modo integral, que es algo que hasta ahora en el sistema educativo no se había logrado hasta la sanción de esta ley, que fuera un conjunto pensado, planificado y organizado de contenidos.
¿Qué contenidos abarca la ESI?
ML: -Los ejes tienen que ver con abordar la perspectiva de género, es decir, poder mirar nuestra realidad desde una conciencia de que hay una distribución desigual de poder, que afecta distinto a los distintos géneros, y que vivimos en un sistema social que tiene a los varones en un lugar de privilegio por sobre las situaciones de mujeres y otras identidades sexuales. La perspectiva de género es uno de los contenidos. La perspectiva de derechos, y entender que la infancia, las infancias y las adolescencias son sujetos de derecho, y eso hace que no dependa de ninguna voluntad o lo que yo crea como mamá o como docente, sino que son sujetos de derecho y nosotros tenemos que garantizar ese derecho. También habla de la salud y el cuerpo, y el poder aprender a tener autocuidado y cuidado con los otros, en relación al pueblo. Habla de la afectividad como una parte fundamental de la vida humana pero también fundamental a la hora del aprendizaje.
No aprendemos información sino que la información también nos atraviesa emocionalmente. Y eso la ESI lo pone en valor. Por último, trae a la diversidad también como un valor a celebrar. La diversidad que no es solo la sexual, es la diversidad de familias, las diversidades corporales, culturales, toda la diversidad como un gran valor que hace. Para nosotros es muy importante siempre destacar que todo esto en su conjunto está buscando una ciudadanía más consciente y preparada para poder dialogar y resolver conflictos.
LC: -Sí. Todos estos ejes están después desagregados en los contenidos comunes y prioritarios donde se busca a lo largo de las distintas etapas ir trabajándolos de diferentes maneras. Evidentemente uno no trabaja igual con el jardín de infantes, en la primera infancia, que en los últimos años de la secundaria. Pero la integralidad de la ley también está en este sentido. No solamente en las cuestiones en donde no hay una materia ESI, sino que es algo que se tiene que trabajar integralmente a lo largo de las diferentes asignaturas que se trabajan en la escuela a lo largo de las etapas evolutivas de las chicas y los chicos. Y también entre los diferentes actores de la comunidad educativa: los docentes pero también directivos, no docentes, auxiliares, y por supuesto estudiantes y las familias.
¿Con qué obstáculos se topan los colegios para implementarla?
LC: -Nosotros decimos que a la ESI en general la atacan por lo que no es. Y entonces como muchas veces los adultos no tenemos las respuestas a todas las preguntas optamos por la solución más fácil que es no hacernos esas preguntas. Eso es lo primero que como adultos creemos que tenemos que reflexionar para poder trabajar la ESI. No tener todas las respuestas no nos puede inhibir de hacernos todas las preguntas. En este sentido, en la era de las fake news, en la era de los mitos vinculados a la ESI, se la ataca por cosas que la ESI no es.
-La ESI justamente promueve desde la primera infancia el hecho de poder identificar situaciones que son abusivas, que son incómodas, que no deberían suceder. Diferenciar qué es un secreto que está bueno guardar porque tiene que ver con alguna cuestión que alguien contó y no tiene consecuencias, de un secreto que mejor que no sea más un secreto porque está avasallando derechos. Y así en las distintas etapas. También estamos dando educación sexual cuando no decimos, cuando callamos, cuando ocultamos determinadas cuestiones. Esto creemos que tiene que ver con los obstáculos. Esta situación donde avasallamos los derechos de las chicas, los chicos, los adolescentes, en función de nuestras propias creencias o tabúes y los adultos no debemos ocupar ese rol.
ML: -Uno de los obstáculos principales que nos encontramos cuando nos acercamos a las escuelas es que la mayoría de los y las adultas que están al frente del aula, de la comunidad educativa no hemos recibido educación sexual integral y además nos hemos criado en una sociedad es y sigue siendo un tabú. Entonces poder repensarnos y analizar desde nuestros prejuicios que nos pasa con estos temas, ya es todo un camino para poder tomar decisiones respecto a cómo yo como comunidad educativa quiero abordar la ESI en esta comunidad concreta. Otro de los obstáculos es que hay todo un movimiento que plantea que de esto no deberíamos estar hablando y que no deberían ser las escuelas.
Nosotros claramente pensamos que la escuela es la institución que como sociedad hemos construído, mantenemos y fortalecemos, para ayudar en la socialización secundaria y poder acompañar la educación de las familias. Y además, tenemos lamentablemente la claridad que en la gran mayoría de los abusos en la infancia se dan en espacios intrafamiliares, nosotros apoyamos y profundizamos el hecho de que sean las escuelas las organizaciones idóneas para trabajar estos temas y ofrecer con las familias a los niños y a las niñas la posibilidad también de escuchar temáticas que en sus casas pueden no estar siendo escuchadas o pueden estar siendo vividas desde un lugar que los pone en peligro.
Este tipo de obstáculos en general remite a creencias de los adultos. No encontramos muchos obstáculos en los niños y las niñas a la hora de proponerles abrirles estos temas, al contrario: están ávidos, con ganas, ya tienen otro tipo de informaciones y están buscando adultos y adultas cercanos, confiables, con quienes poder plantearse estos temas. En general los obstáculos los encontramos más del lado de los adultos. Nosotros proponemos hacernos cargos de la responsabilidad generacional que nos toca y entender que seguir sin abordar la sexualidad de un modo integral nos está poniendo a todos en riesgo.
LC: -Sí, porque además cuando no es la escuela el espacio que trabaja la sexualidad, las chicas y los chicos lo encuentran en otro lado, no es posible no educar sexualmente; educamos con lo que decimos, con lo que hacemos y también con lo que callamos.
¿Se tiene algún estimativo de cuántas escuelas se está aplicando la ESI?
ML: -Es un dato que nos encantaría tener. Pero es difícil todavía llegar a definir qué es implementar la ESI de modo efectivo. Ha habido muchísimas capacitaciones masivas a docentes pero muchas veces esos docentes tenían que volver a sus espacios, a sus instituciones educativas y traccionar toda una intención y una motivación institucional que a veces si no viene desde la dirección, si no viene desde los ministerios provinciales, etc., es muy difícil que un docente solo lo pueda hacer. Entonces, ¿qué sería una escuela que implemente la ESI? ¿La que tiene algún docente que lo hace? ¿La que alguna vez hace una jornada y reparte algún material? De la verdadera implementación nosotros entendemos que todavía estamos un poco lejos, en el sentido de que no sólo implica acercar información, diversa, transversal, en todas las materias, sino que también implica revisar prácticas institucionales.
¿Cómo se puede trabajar la ESI en la escuela pero sobre todo en la familia?
LC: -La ESI involucra a las familias. Nosotros estamos convencidos que la escuela, en esta integralidad de la implementación de la ley, tiene que trabajar por supuesto con los docentes, pero que no alcanza solamente con los docentes. La idea es justamente que la escuela acompañe a las familias y las familias acompañen a la escuela.
ML: -Hay muchísima experiencia de secuencias educativas que llevan adelante los docentes y las docentes donde todo el proceso se da junto con las familias, se las involucra, se les pide a los chicos que investiguen en sus familias cómo fue su embarazo, su parto, como fue que se fue conformando esa familia, cómo vienen hablando de ciertas situaciones. Hay muchas maneras de involucrar a la familia, no sólo contándoles “en esta escuela vamos a dar ESI y vamos a hacerlo de tal modo” sino que el mismo trabajo sobre los contenidos de ESI busca que la familia esté involucrada.
5 ideas centrales sobre la Educación Sexual Integral que tenés que saber
1- No existe la posibilidad de no educar sexualmente: esto es así porque educamos con lo que hacemos, con lo que decimos y con lo que callamos.
2- Los adolescentes no necesitan de la Ley de Educación Sexual Integral (ESI) para tener relaciones sexuales. La necesitan para que sean placenteras, seguras, cuidadas y consentidas. Las infecciones de transmisión sexual, los embarazos no intencionales en la adolescencia, las diferentes maneras de vivir la sexualidad, las identidades de género preexisten a la promulgación de la Ley de Educación Sexual Integral.
3- La sexualidad comienza desde que somos niños y va mucho más allá de la genitalidad. Por eso es importante empezar a trabajar la ESI con chicas y chicos desde el nivel inicial, para que puedan cuidar y conocer su propio cuerpo, respetarlo y respetar el deseo de los otros, para que se sientan habilitados y autorizados a plantear cuando viven situaciones inadecuadas.
4- Todos tenemos un rol en la implementación de la ESI como parte de la comunidad educativa: docentes, estudiantes, auxiliares, todo el personal no docente, administrativo, directivos, preceptores y por supuesto, las familias.
5- No tenemos todas las respuestas, pero eso no es motivo para no hacernos y que nos hagan todas las preguntas. Nadie quiere meterse con tus hijos sin vos, por eso te invitamos a meterte con la ESI.
Videos: Santiago Saferstein
Edición: Pedro Kablan
SEGUÍ LEYENDO: