Lenguaje no verbal: ¿qué dijo el presidente Alberto Fernández con sus gestos?

El jefe de Estado abrió las sesiones ordinarias del Congreso ante la Asamblea Legislativa con un discurso que duró algo más de una hora. Infobae dialogó con expertos en comunicación no verbal para analizar sus palabras y gestualidad

Guardar
El presidente Alberto Férnandez durante la apertura de sesiones ordinarias (Presidencia)
El presidente Alberto Férnandez durante la apertura de sesiones ordinarias (Presidencia)

Por primera vez en su vida política, Alberto Fernández inauguró las sesiones ordinarias del Congreso de la Nación. En el 138° período de las sesiones ordinarias, a las 12 en punto como estaba pautado, el presidente de la Nación dio comienzo a la lectura de su discurso que duró casi 1 hora y 19 minutos, con un rostro y una voz marcados por la emotividad del momento.

No estoy aquí tan sólo enlazando palabras de ocasión. Con este discurso, vengo a darle a mi palabra el valor del compromiso. Vengo a contarles en qué lugar estamos parados, cuáles son los riesgos que nos acechan y cuáles son las fortalezas a las que podemos acudir para avanzar”, dijo en los primeros minutos, en una suerte de preámbulo a su mensaje.

Con un discurso preparado, a las 12 en punto como estaba pautado, dio comienzo a la apertura de sesiones ordinarias 2020 en el Congreso de la Nación (Presidencia)
Con un discurso preparado, a las 12 en punto como estaba pautado, dio comienzo a la apertura de sesiones ordinarias 2020 en el Congreso de la Nación (Presidencia)

Para Silvia Ramírez Gelbes, doctora en Lingüística, en el discurso del jefe de Estado, predominaron el tono programático, ya que el Presidente planteó qué es lo que se va a hacer, y el tono descriptivo, porque se refirió a los números generales que han encontrado del anterior gobierno: “Las críticas a la acción del gobierno anterior están fuertes, aunque no hace nombres; solo habla de colectivos”.

“Fernández aprovechó mucho mejor que Macri el marcar ‘la herencia’ haciendo hincapié en la deuda y sobre todo volviendo al concepto de que los dólares se tomaron para la fuga de capitales. Como el ex presidente Macri no hizo un mea culpa al irse -y pareciera que nunca lo hará- para explicar que la deuda se tomó para evitar hacer el ajuste de las cuentas públicas desordenadas que le dejó la anterior administración kirchnerista, ‘se la dejó picando’, y desde el punto de vista comunicacional, es un acierto de Fernández”, dijo a Infobae Diego Dillenberger, director de la revista Imagen y conductor de La Hora de Maquiavelo.

En cuanto a la gestualidad del presidente, contrariamente a su discurso de toma de mando, no hubo muchos gestos que hayan marcado la jornada. “Leyó todo el discurso. El énfasis en esa lectura es moderado y queda claro que es un discurso formal, no un discurso de campaña”, enfatizó Gelbes. En la misma línea, sobre la lectura del discurso, la consultora política Daniela Aruj, aseguró que la falta de gestos se debe a que escribió y practicó muchas veces el discurso: “Marcó las pausas, le dio espacio a cada idea y enfatizó. Por otro lado, no elevó el volumen por encima de la media”.

“El presidente optó por tomar un sorbo de agua en cada instante de descanso del discurso, que quedó habilitado por el aplauso de la audiencia y, lo más notorio: no tomó líquido fuera de los momentos en que tiene que hacer silencio por el aplauso”, explicó Gelbes.

Bajo la mirada atenta del congreso, el presidente brindó su discurso en la apertura de las sesiones ordinarias  REUTERS/Agustin Marcarian
Bajo la mirada atenta del congreso, el presidente brindó su discurso en la apertura de las sesiones ordinarias REUTERS/Agustin Marcarian

“El recurso del nunca más estuvo presente, al igual que en el discurso de asunción: con ese recurso, recupera un lema fuerte de la democracia recontextualizado, como si se estuviera dando una refundación de la democracia”, aseguró Gelbes.

Para Daniela Aruj, la actitud de Alberto Fernández fue de total calma y seguridad desde los primeros minutos Ahora bien, tras 55 minutos del discurso, se empezó a sentir el cansancio de la lectura: “Él no tiene un gran caudal de voz. Las pausas fueron muy escasas y no había tomado líquido hasta casi la mitad del discurso. Hubo tos, lo que implica que la voz estuvo desgastada y se quedó sin aire”.

El momento más emotivo del discurso del presidente se vivió la mención de un proyecto de ley para la interrupción del embarazo (Adrián Escandar)
El momento más emotivo del discurso del presidente se vivió la mención de un proyecto de ley para la interrupción del embarazo (Adrián Escandar)

El momento más emotivo se vivió con la mención de un proyecto de ley para la interrupción del embarazo: “Dentro de los próximos diez días, presentaré un Proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo que legalice el aborto en el tiempo inicial del embarazo y permita a las mujeres acceder al sistema de salud cuando toman la decisión de abortar”.

“Esperó una hora para hablar del tema lo que denota la importancia que le da al tema”, apuntó Daniela Aruj. Con una sala de pie, para Gelbes definitivamente fue el momento más emotivo ya que fue el único anuncio que hizo que muchos de los presentes se pusieran de pie.

En términos generales, para las expertas en comunicación política fue un discurso conciliador y en el que el Presidente prácticamente no cometió errores.

En términos generales para las expertas en comunicación política fue la de un discurso conciliador y prácticamente no cometió errores (Photo by ALEJANDRO PAGNI / AFP)
En términos generales para las expertas en comunicación política fue la de un discurso conciliador y prácticamente no cometió errores (Photo by ALEJANDRO PAGNI / AFP)

“Si bien casi todas las medidas que anunció ya habían sido adelantadas en los medios -legalización del aborto, desactivación del fuero federal en la justicia y limitaciones a los servicios de inteligencia- fue contemporizador en su discurso hacia el campo, al no anunciar en ese momento solemne el aumento de retenciones a la soja, pero dio a entender claramente que lo haría a pesar de las protestas”, enfatizó Dillenberger.

“El tono del discurso en general fue conciliador. Si bien hizo una descripción justa, no se empecinó en los datos negativos que muestran las fallas del gobierno anterior”, concluyó Gelbes.

SEGUÍ LEYENDO

Guardar