Desde hace 10 años, en casi todos los lugares me preguntan lo mismo: “¿Se puede ser infiel y estar enamorado al mismo tiempo?”.
El amor es una construcción, un punto de llegada. Tiene que ver con el tiempo, con la entrega, el compromiso. El deseo es urgente, instantáneo y puede surgir aunque estemos enamorados. Es complejo de aceptar, a veces incluso molesto. Pero por muy enamorada que esté una persona, siempre está la posibilidad de que en su camino se cruce alguien que le guste.
Siempre está la posibilidad de que aparezca la tentación. Entonces, ¿es imposible ser fiel? Hay que entender algo: la fidelidad no pasa por el hecho de estar o no con otra persona. La fidelidad tiene que ver con un acuerdo y la infidelidad tiene que ver con la ruptura del acuerdo.
Cuando una pareja empieza a relacionarse, establece unas reglas con las que quiere vivir. Es decir, si una pareja hubiera pactado que no tiene problemas con que cada uno viva una sexualidad aparte, en el caso de que alguno de ellos lo hiciera no estaría siendo infiel porque es parte del acuerdo. La fidelidad es un compromiso, no solo con otro, sino con uno mismo. Para eso hay que admitir la potencia del deseo. “¿Porque estoy con vos no voy a desear a nadie más?”. Estamos condenados al fracaso porque siempre va a aparecer alguien que pueda perturbarnos.
El verdadero compromiso de la fidelidad es decir: “Sé que van a aparecer otras personas que me gusten, pero sé que voy a resistir esas tentaciones, porque apuesto y juego mi vida a un destino más grande, a una relación que me importa mucho más".
La fidelidad no es un acto natural sino el producto de una decisión. Decisión que, generalmente, se sostiene con un gran esfuerzo. Sin embargo, el deseo surge de un modo intermitente y busca la satisfacción inmediata de la tensión. El amor, en cambio, anhela la permanencia en el tiempo.
El amor no garantiza la fidelidad. La hipótesis de que solo se es infiel porque se dejó de amar debe ser cuestionada seriamente. Les aseguro que son muchas las personas enamoradas de su pareja que han sido infieles. Eso forma parte de la individualidad de cada quien, de sus subjetividad y modo de vivir la vida. Un punto nodal a la hora de ver cómo se sigue, sobre todo si la pareja quiere reintentarlo.
Ese es el camino de la fidelidad, quien quiere, lo toma; quien no quiere no lo toma. Pero quien lo piense de otra manera corre muchos riesgos de equivocarse.
*Desde el 20 de marzo, el licenciado Gabriel Rolon será protagonista de un nueva experiencia teatral donde vuelve a proponerle al público abordar temáticas profundas con un guión de su autoría. En el Multiteatro, realizará funciones de miércoles a domingo, con entradas a la venta (en pocos días) a través del sistema Plateanet. “El lado B del amor”, como se llama su obra, utiliza el lenguaje de la comedia dramática para abordar las aristas más complejas de ese sentimiento tan idealizado, a partir de una premisa -no todos los amores merecen ser vividos-, donde se mezclan el humor y la reflexión, el presente y el pasado, la pasión, el deseo y el dolor para ofrecer una mirada distinta acerca de la ilusión amorosa, el desengaño y la violencia de género.
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