Personas que se cuestionaron doblemente respecto a sus decisiones tienden a tomar peores decisiones respecto de aquellos que creen en su primer instinto. Así lo afirma un estudio del Departamento de Economía de la Universidad de Reading, en conjunto con la Escuela de Economía de la Universidad de East Anglia, ambas instituciones del Reino Unido que analizaron las apuestas de 150 jugadores en línea en el territorio. ¿Qué descubrieron? Aquellos que se apegaban a su primer corazonada acertaban en un 20% más que aquellos que cambiaban de opinión antes de tomar la decisión, tras especular.
Los científicos analizaron los hábitos de apuestas de los jugadores, y descubrieron que aquellos que reflexionaron sobre su apuesta durante días antes de cambiarla finalmente fueron considerablemente menos precisos que aquellos que cambiaron de opinión solamente en los minutos iniciales.
Según los investigadores, estos hallazgos se podrían extrapolar a cualquier situación en la que las personas tengan que hacer conjeturas informadas sobre el futuro. Especulan que las situaciones de análisis excesivo nublan la mente y evitan que las personas piensen con claridad. Según este grupo de científicos, tomar una decisión confiando en el instinto inicial ayudaría a las personas a lograr mejores resultados.
El estudio fue dirigido por tres economistas británicos, quienes analizaron los datos de un sitio de apuestas online, donde los jugadores adivinan los resultados finales en los juegos de fútbol de la Premier League inglesa y las conductas de los apostadores durante el proceso de toma de decisión.
Revisiones de estos pronósticos antes de que comenzaran los 380 partidos estudiados durante la temporada 2017-2018 arrojaron que en contra de lo que se podría pensar, los individuos deberían haberse quedado con sus juicios iniciales o sus “instintos viscerales”.
Los investigadores presumieron que aquellas predicciones que fueron revisadas minuciosamente serían más precisas. Sucede que por lo general los apostadores normalmente cambian de opinión después de enterarse de una lesión de un jugador estrella o luego de pensar y repensar sus estrategias.
Sin embargo, el análisis mostró que aquellos que cambiaron su predicción sólo acertaron el resultado en un 7,7% de las veces.
En comparación, los apostadores que se apegaban a su instinto fueron asertivos el 9,3% del tiempo. Esto significa que las predicciones revisadas fueron aproximadamente un 17% menos precisas que las que permanecieron sin cambios.
Los investigadores señalaron que las revisiones de las predicciones originales fueron poco frecuentes, y los jugadores solo cambiaron de opinión 1 de cada 25 veces.
El Dr. Carl Singleton y el Dr. James Reade, ambos profesores de economía de Reading, y Alasdair Brown, economista financiero de la UEA, resaltaron las limitaciones del estudio. Dijeron que los jugadores, a menudo ambiciosos y ansiosos por ver partidos llenos de acción, tienden a no vaticinar empates sin puntaje.
El estudio encontró que un resultado de 0-0 solo se predijo el 1,5% de las veces, cuando en realidad ocurre en el 8,4% de los encuentros deportivos, en el caso del fútbol inglés. Esto sugiere un sesgo general del pronosticador hacia la puntuación en lugar de no puntuación, o, en otras palabras, hacia cosas que suceden en lugar de aquellas que no.
SEGUÍ LEYENDO: