El prestigioso neurocientífico argentino, Facundo Manes, fue uno de los oradores estrella del America Business Forum, un encuentro que reúne por quinto año consecutivo, a CEOs, líderes políticos y emprendedores del mundo en Punta del Este, Uruguay, con la meta de proyectar el futuro económico y cultural del continente.
“Vine a este prestigioso encuentro para hablar sobre nuestra conducta cómo funciona el órgano más complejo del universo: el cerebro, la computadora más sofisticada que las más grandes y potentes computadoras, no le llega a los pies, con funciones que nunca van a tener”, explicó el médico neurólogo al frente del auditorio.
Manes empezó contando su historia personal, que comenzó en Arroyo Dulce, un pequeño pueblo de la provincia de Buenos Aires donde creció para luego mudarse a otro un poco más grande en Salto.
“Mi padre era un médico rural y mi madre no terminó 7mo grado. Crecí pensando que la educación era la única arma que yo tenía para lograr los objetivos en mi vida. Me daba cuenta que el mundo no pasaba por mi pueblito. Me esforcé para estudiar. Aún creyendo que no tengo una gran inteligencia”, enfatizó. Y explicó que gracias a la ciencia, hoy sabemos que es más importante la actitud que un grado más de coeficiente intelectual, una cualidad importante, sí, pero que no representa toda la inteligencia. “El liderazgo también requiere inteligencia social y saber que el otro tiene creencias propias que pueden tener semillas de verdad”, precisó.
“No puede predecir el éxito en liderazgo, por ejemplo. Eso requiere otro tipo de inteligencia como la emocional. Percibir las emociones en uno y en los demás”, razonó y puso un ejemplo de un estudio científico efectuado en Inglaterra donde se seleccionó a dos grupos de estudiantes. Uno con un alto nivel de IQ o coeficiente intelectual que pensaba que la inteligencia no se podía ampliar o era fija. Y otro grupo con menos IQ que afirmaba que la inteligencia era moldeable y se podía expandir. El segundo equipo demostró que la inteligencia se moldea gracias a la tenacidad, la actitud y el trabajo en conjunto. Estaban motivados en aprender.
"El cerebro humano crece y se expande cuando algo nos motiva, nos inspira o es un ejemplo. La educación fue la principal herramienta que yo tuve para lograr muchos de mis sueños, tener una voz en mi área de trabajo, en mi sociedad, para estar hoy frente a ustedes”, agregó.
En línea con su pensamiento sobre la superación propia y colectiva gracias a la educación, Manes se entristeció al afirmar que hoy nuestra sociedad cambió y que solamente el 5% de las personas en Argentina piensa que la movilidad social y el ascenso se consigue a través de la educación. Hoy imperan la corrupción, el dinero, el fútbol, la fama, etc. Y volvió a contar otra experiencia propia cuando se perfeccionaba como médico y consiguió una beca en EEUU, pero tenía el impedimento de no saber bien inglés.
“Dormía menos porque me quedaba de noche para ver películas en inglés con subtítulos y así ejercitar el nuevo idioma. Luego me fui a estudiar fuera de EEUU y me doctoré en Cambridge, Inglaterra. Y volví en 2001 porque aprendí que no hay nada como vivir en el país donde uno tiene sus raíces. Los problemas son nuestros. Yo afuera sentía que no estaba en mi lugar. No era millonario en emociones. Por eso pienso hoy que la salida es colectiva, no individual. América latina perdió el tren en la industria modera y la innovación. Para jugar en primera en el mundo, basado en el conocimiento, la ciencia y la tecnología, hay que hacerlo entre todos”, indicó el neurocientífico.
Para reforzar su alocución, Manes dijo que la educación ya no es enseñar algo concreto a alguien: “Hoy es tratar de generar una brújula confiable en todas las edades para navegar un mundo incierto, volátil y cambiante. Hay que volver a estudiar. Todos los días, todos. Los más chicos, los jóvenes, los que trabajan y los grandes. Debemos aprender cosas nuevas todos los días. No hay que jubilarse de lo que nos apasiona. Simpre debemos aprender cosas nuevas. La ignorancia, el odio, el miedo son armas para controlar una sociedad. El antídoto es la educación”.
Enseguida, Manes trazó una línea sobre el futuro del ser humano y en particular del crecimiento de otro tipo de inteligencia más allá de la de nuestro cerebro.
“Tecnólogos hablan de la singularidad, un evento donde las máquinas pronto serán más inteligentes que nosotros. La Inteligencia Artificial (IA) nació a mediados del Siglo XX. En los últimos años la IA dio un paso muy importante. Ya no son programas creados para hacer cosas fijas. La IA moderna analiza grandes cantidades de datos y puede hacer tareas para la cual no fue programada. Pero jamás va a poder tener la capacidad humana para la empatía, el contacto humano, las cualidades de las personas”, enfatizó Manes.
Pero destacó el avance de la misma y de la tecnología como aliada. Para ello se remitió a un ejemplo médico: “Hoy existe la Interface cerebro-máquina. Hoy una persona que es cuadripléjica debido a un accidente en el tronco cervical, puede tener una grilla de electrodos en la cabeza que al pensar algo, genera una corriente eléctrica que hace mover aparatos robóticos. Hasta se pueden mandar pensamientos por wifi”.
Volviendo a la medicina Manes se refirió al término “anosognosia” para indicar a aquellos pacientes que no reconocen su condición.
“Que estas personas no adviertan los síntomas que padecen o les resten importancia tiene un impacto negativo en su condición porque retrasa la búsqueda de tratamiento. Los países a veces también sufren anosognosia. En Argentina pensamos que conocemos todas nuestras falencias y debilidades. Pensamos que somos un país rico porque tenemos muchos recursos naturales. Pero la realidad es que estamos en el puesto 43 de países con vastos recursos naturales. Hoy la riqueza pasa por el conocimiento, la eduación y la vinculación de la ciencia y la tecnología con la producción y el desarrollo de un país”, remarcó.
Como conclusión nombró casos exitosos de estos programas de desarrollo económico basados en la economía del conocimiento, como lo implementaron Corea del Sur, Holanda, Irlanda e Israel, entre otros países.
"Tenemos que cambiar el modelo de crecimiento actual y basarnos en el desarrollo humano para generar más igualdad", afirmó y dejó un mensaje al auditorio y a las miles de personas que seguían el evento online: "Tengan un propósito, un sueño. El altruismo nos da felicidad. Concentrarse en el presente. Vivimos rumiando acerca del futuro y del pasado. Manejen las expectativas ya que éstas impactan en el bienestar. No estén solos, generen vínculos con otros para potenciar el cerebro y por último, hay que tratar la manera que pensamos para cambiar la manera que sentimos".
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