El Intraemprendedor es el trabajador capaz de desarrollar una nueva línea de negocio o una innovación dentro de una empresa, adquiriendo la responsabilidad del proyecto pero manteniendo un salario. Es aquella persona que forma parte de una empresa y cuya función principal es la generación de ideas, propuestas e iniciativas concretas dentro de esta organización.
Los empleados más jóvenes tienen el potencial de ser “intraemprendedores”, lo que los hace más llamativos para las organizaciones, que prestan particular atención en ellos, de acuerdo a una reciente investigación. Es que conviven con la generación del baby boom, es decir aquellos nacidos entre 1944 a 1964; con la generación X (1965-1980) y los millennials (1981-1995). Es por esto que la actual camada, la generación Z -nacidos entre 1995 y 2010- ya pisa fuerte en el mercado laboral.
Como es natural, la mayoría de las empresas cuenta con la presencia de varias generaciones en su fuerza productiva, y esto resulta un reto en sí mismo para los directivos que deben diseñar estrategias de incentivos y desempeño para con los trabajadores y se encuentran con la diversidad y multiplicidad de valores, motivaciones, y actitudes diferentes respecto a la visión micro y macro que tienen cada uno de estos grupos etarios.
De acuerdo al estudio ¿Las cohortes generacionales de los empleados influyen en las empresas?, un análisis multidimensional de la revista académica Small Business Economics, llevado a cabo por los investigadores Maribel Guerrero, José Ernesto Amorós y David Urbano, “las organizaciones se enfrentan a un fenómeno interesante en la composición de su fuerza laboral: la concurrencia de múltiples generaciones de edad que exigen estrategias adecuadas con respecto al diseño del trabajo, la satisfacción laboral y los incentivos".
A su vez agregan que "los debates continuos sobre emprendimiento y gestión estratégica requieren una mejor comprensión de la relación entre las configuraciones de las cohortes o cortes generacionales en el lugar de trabajo y el desempeño organizacional”.
Para esto propusieron un modelo conceptual para comprender cómo las distintas generaciones influyen en factores determinantes de organizaciones empresariales: fundamentalmente el capital humano y las actitudes de los empleados, el clima organizacional y las condiciones ambientales.
Así, concluyeron que en 28 países la prevalencia de haber creado una empresa corporativa en los últimos 3 años es aproximadamente del 11%. Con respecto al capital humano, “en promedio el 29% tiene educación superior, así como experiencia previa diversificada, que incluye experiencia gerencial en el 12% de los casos, empresarial (3%) e inversionista (6%)”.
Los resultados también revelaron que “el 25% de los empleados de la muestra tiene intención de crear su propio negocio en los próximos 3 años, el 39% conoce empresarios, y el 35% percibe oportunidades de negocios, mientras que el 49% de la muestra cree que tiene habilidades empresariales y facilidad para los intraemprendimientos.
El emprendimiento corporativo comprende al comportamiento emprendedor de los empleados cuando crean nuevas iniciativas como unidades de negocios, filiales o estrategias que resultan innovadoras en beneficio del crecimiento de una organización.
En este sentido, sostuvieron que los comprendidos en la generación X son mentores apasionados, con mayor competencia técnica y conocimiento actualizado, aunque desconfían de las instituciones y de las máquinas, son menos propensos al riesgo y no son leales a una sola empresa, pues buscan empoderamiento y mayor remuneración.
También reforzaron la idea de que los millennials son nativos digitales conectados las 24 días, les atraen los retos y las ganas de incorporar nuevos conocimientos, son creativos y por lo general seguros de sí mismos, piensan más en los resultados que en las estructuras pensadas en horarios fijos y nada flexibles. “Son emprendedores seriales”.
En general, para conseguir que los empleados se conviertan en intraemprendedores, determinaron que “debe existir un clima laboral que favorezca la autonomía de los empleados para desempeñar su trabajo y explorar nuevas oportunidades; la autorrealización mediante un trabajo que se aliene a sus valores y creencias personales; y un sistema de recompensas”.
El estudio de este grupo de economistas confirmó que los empleados jóvenes son cada vez más independientes e individualistas. Se muestran poco comprometidos con sus organizaciones, las consideran como “transitorias” en su trayectoria profesional, y en ellas buscan satisfacer sus propias metas personales.
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