En medio de sus vacaciones en Punta del Este, la ciudad que desde hace más de 30 años elige para descansar y que le recuerda la época de esplendor de su agencia de modelos. Ricardo Piñeiro recibe a Infobae. Acompañado por sus perritas María Jesús y Amelie, se embarca en una interesante charla en la que repasa su carrera, analiza el mundo actual de las modelos, rememora a las grandes personalidades que conoció por su trabajo y asegura que, después del cierre de su agencia, vuelve en marzo con una nueva propuesta para las mujeres de todas las edades.
-¿Qué proyectos trae este 2020 para Ricardo Piñeiro?
En marzo arranco con una academia para la mujer. Va a ser algo muy exclusivo porque lo voy a hacer en mi casa de Recoleta. Le voy a dar todos los tips a las mujeres que no se sienten seguras, les voy a decir qué es lo que les queda bien, qué colores las favorece, vamos a hablar de lo que se publica en Instagram y va a ser para todas las edades. Estoy muy entusiasmado porque me parece que hace falta. Los fines de semana veo a señoras paquetísimas caminando pésimo con tacos, porque no saben hacerlo y porque los usan solo un día a la semana. Pero hay que reconocer que la mujer argentina es espléndida.
-¿Le parece que la Argentina evolucionó o involucionó en cuanto a la moda?
Me parece que involucionamos muchísimo. Sí, absolutamente. Ya no hay grandes desfiles, ni eventos. Entiendo que estamos en crisis pero soy de los que piensan que, si se hace algo hay que hacerlo bien, si no prefiero no hacer nada. Ya no existen las supermodelos en la Argentina. Te sentás en un desfile y las chicas pasan caminando como si fueran al supermercado. Una modelo tiene que tener estilo, no pasa por una cara linda: pasa por una mujer que rompa la pasarela, que la pise y que la mueva. Además, las modelos existen para vender la ropa y para eso tenés que tener una enorme seguridad. En mi época de la agencia, los diseñadores miraban el perchero del desfile para saber cuánto había vendido cada modelo. Así, también crecía el cachet de la modelo. Pero ahora todo eso se desdibujó.
En Europa las cosas siguen igual, solo nosotros cambiamos. Los grandes shows -a pesar de la crisis, porque allá también hay crisis- y las supermodelos siguen estando. Cuando hacen un desfile es todo imponente. Claudia Schiffer, Naomi Campbell, Kate Moss y otras supermodelos siguen trabajando muchísimo.
No tengo nada en contra de las chicas, que dicen ser modelos cuando no lo son. Pero, decirle modelo a una chica que no tiene las condiciones ni el arquetipo, es descalificar el trabajo de modelo. Hoy cualquiera es modelo. La palabra improvisación la borraría del diccionario: las cosas hay que elaborarlas y pensarlas con profesionalismo. Hay que reivindicar lo que es el medio.
Siempre fui muy directo cuando las madres venían con sus hijas a las agencias. Cuando no les veía condiciones, se los decía y les advertía que este es un trabajo muy competitivo y que te puede destrozar la autoestima. Esas madres, después, me lo terminaban agradeciendo.
-¿Hay ahora supermodelos en la Argentina?
Las supermodelos se terminaron en la Argentina. Pampita es una bomba. Me encanta. Es un caso especial. María Vázquez es una bomba también. Las dos no son altísimas pero tienen un ángel que no lo tiene nadie. Pampita se ríe y te compra. Tiene ese don. Son chicas elegidas.
Por mi agencia pasaron todas. Las más grandes no solo se quedaron con su carrera de modelo, si no que se convirtieron en actrices, periodistas o conductoras de televisión.
-¿Va descubriendo gente por la calle?
¡Totalmente! Yo tengo la contra de que tengo el ojo muy entrenado, así que no paro de trabajar. Es inevitable. Yo no quiero pero el ojo me lleva. He descubierto modelos por la calle y hasta en el supermercado. Vivo haciendo castings por la calle. Les miro los pies, la cara, la cadera... y me doy cuenta si puede funcionar. Pero claro, funciona sólo si ellas le ponen su cuota de pasión. Siempre manejé mujeres apasionadas, la pasión con la belleza es una bomba. La humildad es muy importante, porque ser bella y humilde es un don que no hay con qué darle.
Mi último gran descubrimiento fue Paula Chaves, que salió de Super M. Fue la ganadora. La primera supermodelo que descubrí fue Mariana Arias.
-¿A quiénes descubrió por la calle?
María del Cerro había dio a acompañar a una amiga a Super M. La convocatoria fue en el Hipódromo de Palermo y miré a una chica parada al lado de una columna, que no tenía número. Claro, María había ido a acompañar a su amiga. La mandé a buscar porque me encantó. Ahí le dieron un número y hoy es María del cerro. La amiga no quedó, ella sí. Historias de esas tengo un montón.
Algo parecido me pasó con Verónica Lozano. Iba caminando por Ayacucho y Alvear, y la paré. No era altísima pero tenía unas piernas divinas y mucho charme. Trabajó muchísimo como modelo.
Cuando les hablo por la calle, las chicas se asustan pero después siempre me llaman. Ellas o la madre. Siempre tuve una imagen muy seria, así que sus mamás me conocen muy bien. También, está el caso de las mujeres que son divinas pero no se la creen y no llegan nunca a nada porque te terminan agotando. Terminás siendo su manager pero también hacés de psicólogo.
-¿Qué extraña de los 90, donde teníamos supermodelos y su agencia era una de las más importantes?
Extraño el buen gusto, las mega producciones, las fiestas... En mi casa de Punta Piedras, en Punta del Este, hice unas fiestas espectaculares. Me acuerdo una noche que el ex tenista francés, Yannick Noah, cantó en casa. Otra vez, tuve de comensal al príncipe Alberto de Mónaco, que terminó comiendo conmigo pechuga de pollo con ensalada de lechuga y tomate. Punta Piedras fue un trampolín impresionante, venía todo el mundo y era una de las fiestas más esperadas junto con la de Franco Macri. Otro día, recibí en mi casa a Natalia Vodianova en su momento más top. Cuando la ví me quedé impactado con su belleza. Era impresionante.
Una vez, estaba festejando mi cumpleaños en la Recoleta con las chicas de mi agencia y, de repente, cuando estaba por soplar la velita apareció Mick Jagger, se sentó al lado mío y me cantó el feliz cumpleaños. Fue una gran sorpresa y no lo podía creer.
También, manejé a Claudia Schiffer cuando vino a la Argentina a hacer la campaña de Caro Cuore. Pegué buena onda con su manager y me invitó al Fashion Week de Nueva York. Como le tenía pánico a los aviones, no pude ir. Pero a los 15 días, me mandó el book de Claudia para que yo la manejara en Uruguay, Brasil y Argentina. Si me preguntás cuál es la mujer más linda del mundo te digo que, por lejos, es Claudia Schiffer. Definitivamente. Tiene un cuerpo pulposo de 1,82 mts, una mirada, una cara, una clase...es increíble. Es la más linda del mundo.
-¿Modelo se nace o se hace?
Creo que hay chicas que naturalmente son y otras que se hacen. De los dos modos. Ginette Reynal nació modelo: tenía una altura espectacular, era paqueta, súper divina, espléndida... No hubo mucho que trabajar. Igual que con Mariana Arias, que caminaba y la gente se quedaba paralizada. Y eso le pasaba hasta en Europa. En Milán, la gente se daba vuelta a mirarla. Y, en Europa, nadie te da bola.
Otro caso es el de Karina Rabolini. Venía a la agencia con el uniforme del colegio, era una bomba. Tenía unas piernas largas espectaculares y todo su cuerpo era natural.
-¿Cómo se cuida?
El desayuno para mí es muy importante. Como una docena de claras de huevo por día. Hace 30 años que no como carnes rojas. Hace 2 años dejé de comer pollo. Entreno mucho. Es vital y funcional para tu cabeza y para tu cuerpo. Me encanta el pescado y no tomo alcohol desde hace 3 años. No salgo mucho y me acuesto temprano. Hago una vida muy tranquila.
-¿Cómo ve al país?
Yo quiero que estemos bien. El argentino es muy especial. A veces digo que no le echemos tanto la culpa a los gobiernos, y que tratemos de mirarnos un poco a nosotros. Solo sacamos la bandera cuando se juega algún partido de un Mundial... no tenemos mucha identidad y eso nos juega en contra. No somos ni europeos, ni criollos. Es lo que siento. El brasileño se pone la bandera de su país a muerte. El argentino no tiene identidad.
Mauricio Macri me decepcionó en el sentido de que, me parece que su gobierno hizo muchísimas cosas, pero no se vieron. Mauricio podría haberse ido como un prócer, porque tuvo el apoyo de todo el mundo, pero no sé qué pasó. No entiendo de política. Lo que te puedo decir es que fue una lástima, porque todos pensamos que se iban a hacer grandes cosas y eso no ocurrió.
No sé qué va a pasar con este gobierno, pero como te dije, no le echo la culpa a los gobiernos: creo que el argentino tiene que hacer un mea culpa y reflexionar. Me imagino que marzo va a ser complicado: las expensas más caras, los colegios más caros... Veo que la gente está muy triste, no está alegre. La navidad fue muy triste.
-¿Qué pasó con su agencia de modelos?
La agencia se cerró por un problema financiero. Nunca manejé la parte administrativa porque estaba todo el tiempo con las chicas y no podía. Eso fue un error. De golpe me encontré con que nos habíamos quedado sin plata. Eso fue muy doloroso para mí. Ya pasaron 8 años. Después, me recluí en el campo con mucha angustia:
Por eso quiero volver ahora con este nuevo proyecto de la academia para la mujer, porque no es que no quise seguir trabajando. Quiero volver porque la moda me sigue apasionando. No voy a poner una agencia pero sí una academia pero, si llega a aparecer una chica o un chico divino, le voy a dar una salida laboral.
Ahora mi objetivo es que la mujer se sienta mejor y darle un estilo de vida. Lo único que me planteo en la vida es ser feliz, porque es muy efímera: hoy estás y mañana no. Hay que vivir el hoy, mañana no se sabe que va a pasar.