El American Kennel Club (AKC) añadió esta semana a su lista de razas de perros puras al dogo argentino. Se trata del registro de perros de raza pura más grande de los EEUU y la única organización sin fines de lucro, de allí el logro del reconocimiento.
Para que una raza ingrese al AKC tiene que haber al menos 300-400 perros en 20 o más estados de los EEUU. Luego, tiene que crearse un Club Nacional de Razas compuesto por criadores y propietarios. Y finalmente, la raza debe competir en la Clase Miscelánea, que podría tomar de uno a tres años antes de que la junta directiva de AKC otorgue el reconocimiento completo.
En su sitio web, el registro norteamericano elaboró un apartado “Conoce a la nueva raza reconocida por AKC: Dogo Argentino”, en el que aclara que, para comenzar, quien esté pensando en tener un dogo argentino “debe ser un líder y un dueño de perros experimentado. En otras palabras, firme, seguro y consistente”.
Ese es el mensaje claro de Amy Collins, propietaria de animales de esa raza desde 2000 y secretaria del club matriz, el Dogo Argentino Club of America, fundado en 1985.
Para ella, el animal “no es para novatos”. “Los dogos son muy activos y necesitan algún tipo de trabajo para mantenerse estimulados. Pueden ser necesitados y buscar atención también. Necesitan conocer sus límites desde el principio -describió la mujer-. Deben tener una familia que se involucre y asigne una alta prioridad a socializarlos desde el momento en que entran a su casa. Esta es una raza de carácter fuerte y puede ser muy terco y desafiante. El propietario debe tener la misma mentalidad para que sea un paquete coherente. Un dogo aburrido puede ser un dogo destructivo”.
En cuanto al momento de llevar a un hogar con niños pequeños un perro de estas características, Collins recomienda “traer un cachorro en lugar de un adulto, lo que le da al dueño tiempo para establecer el control, una relación respetuosa y un régimen de obediencia”. “A pesar de su apariencia intimidante, a esta raza le encanta que la acaricien y anhela el contacto físico cercano”, finalizó.
El creador de la raza fue el médico cirujano cordobés Antonio Nores Martínez, un amante de la caza, que quiso desarrollar el perfecto perro de caza mayor y para eso recurrió a varias generaciones de cruces entre razas, tomando como base al “viejo perro de pelea cordobés”, una raza que se caracterizaba por su gran poder y fortaleza, pero de tal agresividad que hasta su apareamiento era dificultoso.
El cruzamiento metódico incluyó razas como bulldog, bull terrier, mastín de los Pirineos y alano español, y otras como pointer, boxer, gran danés, dogo de Burdeos e Irish Wolfhound, para conseguir altura. Para 1947, el dogo argentino ya estaba creado y estabilizado. Y fue en 1964 cuando se reconoció oficialmente a la raza en la Argentina y, en 1973, a nivel internacional por la Federación Cinológica Internacional (FCI).
- ¿Qué significa para ustedes el reconocimiento del dogo argentino como un perro de raza pura?
- Para nosotros el hecho que lo hayan reconocido es algo sumamente importante porque es la única raza nacional y amamos al dogo.
Intentando dejar la pasión de lado, que es difícil, para mí el dogo argentino es una de las mejores razas que hay. No sólo por lo que él brinda en el servicio, porque el perro nace como compañero, es un perro de trabajo, sino porque además es un perro de compañía. Todo depende cómo se lo eduque.
El que habla es Jorge Alberto Funes, propietario junto con Ulises D’ Andrea Nores (nieto del creador de la raza) del criadero La Cocha, en la provincia de Córdoba.
Infobae lo contactó para conocer cómo los había impactado la noticia y del otro lado del teléfono se encontró con un hombre de voz fuerte, firme y con un feliz acento cordobés por el “logro”.
Sobre por qué cree que el animal se ganó la fama de “perro asesino”, Funes consideró que “por lo general se lo relaciona con fuerza, poder y si caen en manos de gente que no es idónea en el manejo, o les gusta que el perro sea agresivo, es un peligro”.
Funes explicó que el dogo argentino “antes de morder ladra, gruñe, para las orejas, da señales porque ante todo es una raza que respeta al hombre, pero una vez que se lo adiestra para ataque se le hace cruzar esa línea y pierde el respeto”. “Es como que lo ‘autorizaron’ a eso y cualquier situación en la que antes hubiera advertido primero, ahora su reacción primera será morder”, señaló.
Y tras contar que “hay hasta dogos lazarillos”, el hombre recomendó “que no se lo adiestre en ataque”. “Si el dueño antes de tenerlo quiere que el animal sea una fiera, obvio va a serlo”.
- ¿A quién recomendaría que tenga un dogo argentino?
- Es un perro de un porte importante, que necesita espacio, estar activo. Es un atleta, un perro de trabajo y necesita que se le dedique tiempo.
Por eso se lo recomiendo a quien tenga buen espacio y le dedique tiempo, a familias que tengan hijos y puedan educarlo desde cachorro.
Cómo saber si un dogo argentino es puro
“El dogo es un perro como la mayoría de las razas puras, que está dentro de la Federación Cinológica Argentina, que a su vez está dentro de la Federación Internacional, donde se lleva un registro de los ejemplares, los cuales cumplen con un estándar que es el que corresponde a la raza”, comenzó a explicar Funes. “Y de ahí se controlan los cruzamientos de los ejemplares, las crías, etc para certificar que se trata de animales puros encuadrándose dentro del estándar”.
Y tras asegurar que “para eso están las exposiciones y shows que hacen los jueces especialistas de la raza, quienes evalúan y determinan los ejemplares que se encuadran dentro del estándar que corresponde a la raza”, finalizó: “La garantía es el papel que te da la federación, el pedigree, que es lo que garantiza que el animal es puro”.
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