Un estudio de la UBA confirma que los pastizales más diversos ayudan a enfriar el planeta

La investigación resaltó que los ecosistemas con más variedad de especies vegetales liberan menos óxido nitroso, un potente gas que calienta la atmósfera y que degrada la capa de ozono. Alertan sobre la reducción de la biodiversidad por el ser humano

Los pastizales más diversos en términos de especies vegetales emiten menos óxido nitroso que los menos diversos (SLT-FAUBA)

Los investigadores saben que el óxido nitroso (N2O) es un gas de efecto invernadero (GEI) 265 veces más potente que el dióxido de carbono. Si bien se emite a la atmósfera principalmente desde los suelos agrícolas, sistemas naturales como los pastizales también aportan una enorme cantidad de este GEI.

Algunos factores ambientales como la temperatura y la humedad del suelo controlan estas emisiones, y las actividades humanas podrían producir aumentos considerables. Un estudio de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) descubrió que la disminución de la biodiversidad vegetal y el aumento de la productividad de los pastizales determina un incremento de las emisiones de N2O.

“Hacía un tiempo que veníamos midiendo la liberación de óxido nitroso desde cultivos y pastizales, y a Juan Manuel Piñeiro, primer autor del trabajo publicado en la revista Oecologia, se le ocurrió comparar entre los pastizales, ya que son heterogéneos. Nos preguntamos qué características de la vegetación estarían determinando las distintas tasas de emisión del gas, y pensamos que podría relacionarse con la diversidad de especies”, le contó a Sobre La Tierra Laura Yahdjian, docente de la cátedra de Ecología de la FAUBA y coautora de la publicación junto con Tomás Della Chiesa y Gervasio Piñeiro, docentes de esa Facultad.

Durante un año se midió la emisión de óxido nitroso en 12 sitios distribuidos en distintos pastizales de la Región Pampeana (SLT-FAUBA)

Laura señaló que la idea que guiaba la investigación era que a mayor diversidad de especies vegetales en los pastizales, más exhaustivo resulta el uso de, por ejemplo, los nutrientes o el agua del suelo. “Como cada una de estas especies usa los recursos de distinta forma, una alta diversidad los dejaría menos disponible en el suelo. En nuestro trabajo nos centramos en una forma de nitrógeno inorgánico, los nitratos. Menos nitratos en el suelo determinaría menores emisiones de óxido nitroso a la atmósfera”.

“Por eso, durante un año medimos la emisión de óxido nitroso en 12 sitios distribuidos en distintos pastizales de la Región Pampeana, y la relacionamos con características de la vegetación, del clima y de los suelos. Estudiamos estas emisiones en el espacio y en el tiempo para establecer cuáles son las variables principales que la controlan. Los resultados que obtuvimos apoyaron nuestra idea”, dijo Yahdjian, quien también es investigadora del Instituto de Investigaciones Fisiológicas y Ecológicas Vinculadas a la Agricultura (IFEVA, UBA-Conicet).

“En lo que consideramos es un avance para la ciencia, nuestra investigación a escala regional permitió comprobar que los pastizales más diversos en términos de especies vegetales emiten menos óxido nitroso que los menos diversos. Dicho de otra manera, la riqueza de especies vegetales es un control muy importante de los cambios en las emisiones de este gas a lo largo de toda la región”, resaltó la investigadora.

Menos nitratos en el suelo determinaría menores emisiones de óxido nitroso a la atmósfera, estudiaron los científicos (SLT-FAUBA)

Y agregó: “También hallamos que las emisiones de óxido nitroso aumentan con la productividad de los pastizales. Esto se explica porque los sitios más productivos son, en general, lugares donde llueve más, donde hace más calor o donde hay más nitratos disponibles en el suelo, tres condiciones que determinan altas tasas de emisión de gases de efecto invernadero. Esto sugiere que, a grandes escalas espaciales, la productividad se podría usar para monitorear las emisiones de óxido nitroso”.

Por otra parte, al estudiar las emisiones de N2O a escala temporal, los investigadores encontraron que los controles principales del proceso son la precipitación y la temperatura. “La liberación de este gas a la atmósfera es mayor con el aumento de la precipitación media mensual y de la temperatura mínima media mensual. Este resultado pone en evidencia que a la hora de medir y de analizar la forma de limitar las emisiones de gases de efecto invernadero en ecosistemas naturales se deben considerar tanto las variables temporales como las espaciales”.

El factor humano

“A escala global, y como consecuencia de las actividades del ser humano, estamos perdiendo especies vegetales, estamos perdiendo diversidad. Y ahora, además, sabemos que esta pérdida de especies hace que en los pastizales aumenten las emisiones de óxido nitroso”, puntualizó Yahdjian.

Un estudio de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) descubrió que la disminución de la biodiversidad vegetal y el aumento de la productividad de los pastizales determina un incremento de las emisiones de N2O (SLT-FAUBA)

En este sentido, la docente destacó varias razones para conservar la biodiversidad de los pastizales, no sólo por la mitigación del impacto en el calentamiento global, sino también en relación con otros servicios valiosos que estos ecosistemas brindan. “Como decía antes, una diversidad alta reducirá la cantidad de nitratos en el suelo y, por lo tanto, las emisiones de óxido nitroso. Pero, además, esto determinará un ciclo del nitrógeno más ajustado, con impactos positivos sobre el ambiente, como, por ejemplo, una menor lixiviación de nitratos a las napas”.

“También es preocupante el efecto de las invasiones de especies vegetales exóticas, que pueden llegar a convertirse en especies dominantes de los pastizales, desplazando a las especies nativas y reduciendo la diversidad. Por ejemplo, esto está sucediendo en los pastizales de la Depresión del Salado por causa de la actividad antrópica. Nuestro trabajo aporta más elementos aun para intentar revertir estas situaciones. Aunque hace falta profundizar los estudios, creemos que esta nueva información que generamos es una luz amarilla para quienes toman decisiones y manejan estos ecosistemas comúnmente destinados a la producción ganadera”.

Por Pablo A. Roset /SLT-FAUBA

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