Cómo es el trastorno por el cual las mujeres pierden el apetito sexual

El deseo íntimo femenino puede verse afectado sin importar el rango etario por una alteración que, a pesar de lo que se cree, es común, persistente y recurrente. Cómo funciona el nuevo y polémico “viagra femenino” aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA)

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De qué se trata el trastorno por el cual las mujeres pierden el apetito sexual (Shutterstock)

El deseo es uno de los puntos claves que explican por qué una mujer no puede sentir ni el mínimo de ganas a la hora de tener relaciones sexuales. Sin embargo, los motivos suelen ser múltiples, y este trastorno puede desaparecer en ocasiones puntuales, ya que la líbido femenina fluctúa más que en los hombres.

En diálogo con Infobae, Walter Ghedin, psiquiatra y sexólogo explicó: “el deseo sexual es motivo de diferentes investigaciones que buscan saber no sólo sus aspectos cuantitativos, sino sus cualidades: intensidad, oscilaciones, y diferencias que ocurren en relación al género”. Uno de estos estudios fue llevado a cabo por la Universidad de Turku, en Finlandia, y se llegó a la conclusión que “este trastorno sexual afecta a mujeres de todas las edades”.

Se trata del trastorno del deseo sexual hipoactivo (TDSH). Como su nombre lo indica, es la disminución del deseo sexual en forma persistente y recurrente. Resulta importante evaluar que no sea por depresión u otra patología, como el abuso de sustancias. La persona con deseo sexual hipoactivo, o inhibido, refiere no sentir ‘ganas’ de tener relaciones sexuales, actividad autoerótica o fantasías sexuales. Puede ser que el deseo haya sido bajo durante toda la vida del sujeto o, lo que es más frecuente, que se adquiera luego con falta de reconocimiento de la nueva y baja intensidad sexual”, explicó Ghedin.

Según Mayo Clinic, los síntomas más frecuentes en mujeres comprenden la falta de interés en cualquier tipo de actividad sexual, incluso en la masturbación, no tener fantasías ni pensamientos sexuales y tener preocupación por la falta de actividad o de fantasías sexuales.

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el cuadro clínico por el cual las mujeres pierden el deseo sexual se denomina Trastorno del Deseo Sexual Hipoactivo (TDSH) (Shutterstock)

En el año 2015, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés), dio luz verde a la primera pastilla creada para tratar este trastorno de deseo sexual, tras haberla rechazado en 2010.

Nombrado originalmente como ‘viagra femenino’ o flibanserina -su nombre técnico- ha despertado polémica por donde se lo mire. En ese momento sólo podía ser indicado en mujeres que no entraron en menopausia (aún no existen estudios que avalen su uso durante el climaterio) y los hombres deben abstenerse de consumirla. La denominación popular busca la equivalencia con la ‘pastilla azul’ masculina. Aunque existen diferencias significativas: la flibanserina es una molécula que actúa sobre el sistema nervioso central, aumentando los niveles de dopamina y noraepinefrina, dos neurotransmisores que ayudan al deseo y la motivación", sostuvo el especialista.

Respecto a la efectividad del fármaco se ha demostrado que supera por poco al placebo. Debe tomarse en forma diaria, para alcanzar niveles adecuados de neurotransmisores, -a la noche mitiga los efectos indeseables- y no se debe ingerir alcohol. La toma diaria supone otra gran diferencia con el viagra masculino, -ya que éste se ingiere antes del encuentro erótico-, excepto para algunas excepciones que se indica a diario.

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En el año 2015, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés), dio luz verde a la primera pastilla creada para tratar este trastorno de deseo sexual (Shutterstock)

“Se han reportado efectos colaterales. Los más frecuentes son: somnolencia, náuseas, disminución de la presión arterial y síncope. También se sabe que interacciona con otros fármacos como los antimicóticos (de uso frecuente en infecciones vaginales). La flibanserina debe ser indicada por profesional médico previa evaluación para descartar enfermedades orgánicas, el efecto de otros medicamentos (ejemplo: antidepresivos que bajan el deseo sexual), trastornos psiquiátricos, problemas de pareja, entre otros”, concluyó Ghedin.

La polémica detrás del nuevo “viagra femenino”

En junio de este año, la FDA aprobó el segundo “viagra femenino”, que llegó al mercado cuatro años después que su antecesor, el Addyi.

Conocido como Vyleesi, este nuevo medicamento para tratar el bajo deseo sexual en mujeres está diseñado para ser utilizado 45 minutos antes de tener relaciones sexuales, pero con la advertencia de que aquellas mujeres que tengan presión arterial alta o historial de alguna enfermedad cardíaca deben abstenerse de utilizarlo.

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En junio de 2019 se aprobó un nuevo medicamento que actúa como "viagra femenino" (Shutterstock)

Este medicamento está conformado por una pluma de autoinyección que se aplica en el muslo o en el abdomen y así activa los receptores de la melancortina. Se desconoce el mecanismo por el cual mejora el deseo sexual y la angustia y se recomienda a los pacientes que padecen este trastorno y utilizan este tratamiento no exceder la dosis dentro de 24 horas o superar las ocho dosis por mes. Asimismo, informaron desde la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos que en el caso de no detectar una mejoría en el deseo sexual luego de ocho semanas deben interrumpir el tratamiento.

Entre los efectos secundarios nombrados a partir de este nuevo medicamento aparecen las náuseas, vómitos, enrojecimiento, reacciones en el lugar de la inyección y posible dolor de cabeza.

Por su parte, esta nueva droga no restringe el consumo de alcohol a diferencia de la lanzada en 2015 y se percibe con mayores ventajas sobre su competidor, incluyendo efectos secundarios tolerables, acción rápida y sin la necesidad de tomarlo todos los días, según los analistas.

Sin embargo, sus efectos secundarios registrados durante los ensayos clínicos incluyeron náuseas entre moderadas y severas que duraron hasta dos horas y ocurrieron a lo largo de las primeras tres dosis, según la farmacéutica Amag. Un 40% de las pacientes en estos ensayos experimentaron náuseas. La polémica surge a partir de que ni la FDA explica como funciona y este mecanismo tampoco fue aclarado por Palatin Technologies, la farmacéutica que lo desarrolla.

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