Cómo aprovechar el estrés positivo para mejorar la productividad y la creatividad

Si bien el término tiene una connotación negativa y se relaciona con cansancio, agobio y malestar físico y mental, el llamado “eustrés” es la respuesta adecuada tanto a nivel psicológico como fisiológico a un estímulo; genera motivación y permite alcanzar objetivos. ¿Es posible lograr el equilibrio?

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Cuando el estrés incapacita o dificulta el normal desenvolvimiento de la persona, es ahí que hay que preocuparse (Shutterstock)
Cuando el estrés incapacita o dificulta el normal desenvolvimiento de la persona, es ahí que hay que preocuparse (Shutterstock)

La palabra “estrés” se asocia con angustia, pesar, agobio, y es que, cuando se experimenta esta sensación la persona suele sentirse fatigada, atosigada. Pero, hay un matiz de este estado, el denominado “eustrés”, también llamado estrés positivo, que resulta un elemento esencial en la vida.

“Es de destacar que todo cambio puede producir estrés: exámenes, exigencias del trabajo y/o la familia, eventos sociales a los cuales es necesario asistir, momento de balances, época de replantear proyectos a futuro, encuentros con familiares, amigos, etc. Siempre, ante este tipo de situaciones, hay un intento de adaptación de la persona a determinadas exigencias del medio que lo rodea”. Para la licenciada en Psicología Gabriela Martínez Castro (MN 18627), “en el caso normal y deseado, se ponen en marcha mecanismos que preparan la psiquis y el organismo para favorecer la adaptación, como el desarrollo de capacidades intelectuales y físicas para enfrentarlo”.

Pero también puede suceder que, cuando fracasa el intento de adaptación, la persona se vea a sí misma con incapacidad de recursos para afrontarla. Entonces, el individuo agota recursos, y enferma, es decir, se estresa. Según la directora del Centro de Estudios Especializados en Trastornos de Ansiedad (Ceeta), “cabe destacar que el estrés es la respuesta fisiológica o psicológica que manifiesta una persona ante una estímulo o estresor ambiental”.

“No está mal tenerlo, lo que no hay es que sufrirlo”, aclaró, en torno a que “cuando el estrés incapacita o dificulta el normal desenvolvimiento de la persona, es ahí donde hay que consultar con un especialista”.

El estrés positivo o eustrés es la respuesta adecuada tanto a nivel psicológico como fisiológico a un estímulo (Shutterstock)
El estrés positivo o eustrés es la respuesta adecuada tanto a nivel psicológico como fisiológico a un estímulo (Shutterstock)

En ese sentido, es importante diferenciar que existen dos tipos o formas de estrés: uno positivo, que se denomina eustrés y el otro, negativo, conocido como distrés.

El estrés positivo o eustrés es la respuesta adecuada tanto a nivel psicológico como fisiológico a un estímulo. Este estrés permite el funcionamiento del organismo y la adaptación al medio por lo que es indispensable para nuestro funcionamiento y para nuestro desarrollo”, explicó la especialista, quien agregó que “el estrés negativo o distrés ocurre cuando las demandas del medio son excesivas, intensas y/o prolongadas, y superan la capacidad de resistencia y de adaptación de la persona. Este tipo de estrés produce en el individuo malestar corporal y psicológico”.

Este estrés positivo “es el que permitió la evolución humana; la tensión aumenta la innovación y la creatividad”, apuntó en tanto el médico e investigador español Víctor Vidal Lacosta al diario ABC.

“Este tipo se sensación, que es lo que nos mueve y nos motiva día a día, cumple un papel muy importante en el ámbito laboral -explicó Vidal Lacosta-. Gracias al eustrés las empresas aumentan su productividad, así como se fomenta la creatividad entre los empleados”. Asimismo, según el profesional, “estos nervios positivos consiguen que bajen los niveles de ausentismo, se produzcan menos bajas y, sobre todo, los trabajadores se ilusionen”.

¿Y qué debe hacerse para que el estrés positivo prime frente al negativo? Vidal Lacosta dio consejos concretos, empezando por cuidar la alimentación: “Debemos alimentarnos bien, con productos como frutos secos, pescado blanco y vegetales y fruta”. También explicó que es importante evitar alimentos procesados, así como grasas y azúcares, que “en altas cantidades perjudican y hacen que se gestione peor el estrés”.

En tanto la psicóloga española Patricia Gutiérrez puso el foco sobre la importancia de la regulación emocional para poder superar este estado de nervios perjudicial. “Lo primero es tener localizado qué nos está pasando. Muchas veces la gente tiene cuadros de estrés o ansiedad pero no sabe reconocerlos”, comentó la especialista, para quien “es importante identificarlo, ponerle nombre y a partir de ahí buscar una solución”. También hizo hincapié en la importancia de tener una buena higiene de sueño y hacer deporte para conseguir regularizar el estrés.

Organizar las tareas y no dejar pendientes es una manera de evitar el estrés, ya que esto queda en nuestra cabeza y no permite la relajación (Shutterstock)
Organizar las tareas y no dejar pendientes es una manera de evitar el estrés, ya que esto queda en nuestra cabeza y no permite la relajación (Shutterstock)

Finalmente, Martínez Castro recomendó una técnica efectiva para la resolución de problemas concretos, en ocho pasos:

1- Definir el problema

2- Descomponerlo en pequeñas partes

3- Analizar causas posibles del problema

4- Identificar un conjunto de posibles soluciones

5- Seleccionar una solución

6-Desarrollar un plan de acción

7-Poner en práctica el plan de acción selecto

8-Evaluar el proceso

Y también sugirió “tener en cuenta realizar meditación, yoga o ejercicios de respiración o relajación; una música tranquila o los propios sonidos de la naturaleza ayudan a encontrar el punto de relajación adecuado”.

- Lograr comunicarse asertivamente para evitar “malos entendidos” y poder expresar correctamente lo que se quiere decir.

- Organizar las tareas, no dejar pendientes porque esto queda en nuestra cabeza y no permite la relajación. Organizar correctamente de acuerdo con objetivos y prioridades.

- Disfrutar de momentos en familia, con lo que nos gusta, caminar, hacer ejercicio físico o simplemente “nada”.

- Una buena alimentación, saludable y balanceada, ayuda a bajar los niveles de estrés.

- Intentar dejar de lado las multitareas, abocarse a un tema por vez, para destinarle a cada cosa el tiempo y la atención que se merece.

- Es bueno también darse los gustos, ocuparse de uno, hacer lo que a uno le reconforta ayuda a nivelar la ansiedad y manejar el estrés.

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