Como todo en la moda, la ropa interior también fue evolucionando con el tiempo, en su estética y su uso. Dejó de ser utilizada solo como una prenda de protección femenina y se reinventó como una prenda fetiche que no puede faltar en el vestidor. Y que agrega valor a cualquier look.
Durante muchos años exhibir la ropa interior era considerado de mal gusto. Las prendas íntimas se trataba de ocultar y se elegían colores oscuros para que quedaran opacadas debajo del resto de la vestimenta.
La recordada Bettie Page desde sus inicios pensó lo contrario. Icono sexy de los años ´50 por su voluptuosa figura, cabello negro y ojos celestes, fue una de las pioneras en imponer el uso de la lencería como el corset, portaligas, soutiens y ropa interior sexy como una prenda más.
Infobae dialogó con Jesús Fernández, diseñadora argentina de lencería, para conocer este proceso con mayor profundidad: “Una de las grandes referencias de la ropa interior son las abuelas, estas prendas nos remontan al pasado: las enaguas, las puntillas, los encajes y los conjuntos “hechos a mano” eran muy característicos de aquellos años”.
Madonna, la reina del pop, fue la que introdujo en los ´90 el doble uso de la ropa interior. Se la identificó como la pionera del uso del corsé como una prenda femenina. De seda, raso y encaje, así viajaban los distintos modelos que la acompañaban en sus recitales y giras mundiales.
“La lencería pasó a ocupar un rol protagónico en la indumentaria femenina. Antes quizás lo que se usaba debajo nadie lo notaba, pero ahora sí. Las transparencias y la tendencia de usar tops o corpiños sobre las remeras y camisas como también los culottes o los vestidos lenceros”, opinó Fernández.
En el 2016 fue furor la superposición de prendas, allí predominaban los bralettes, corpiños de encaje sin aro, ni push up sobre camisas o remeras básicas blancas. Las celebridades y modelos como Kendall Jenner, Kim Kardashian, Emily Ratajkowski, Selena Gomez y Rihanna fueron las primeras que se sumaron a la tendencia.
Pero no solo los bodies o el bralette fueron los protagonistas. La primera inclusión en la pasarela fue de la mano de Marc Jacobs para Louis Vuitton en invierno 2013 al salir a saludar al público en pijama.
A raíz de este boom y las inspiraciones de las influencers, bloggers e it girls fashionistas, poco a poco los grandes diseñadores como Calvin Klein, Alexander Wang y Givenchy completaron sus colecciones con prendas lenceras.
Modelos y diseños de lencería
Bodies: tres funciones componen el clásico body. En sus comienzos era la prenda íntima ideal para modelar la figura del cuerpo y dejar lucir la silueta sin imperfecciones, pero hoy dejó de serlo. Un body se puede usar tanto para el día como la noche, incluyendo diseños de trajes de baño.
Bralette: es la prenda furor que las mujeres argentinas eligen para la tendencia de la superposición. En su mayoría tienden a ser de encaje y en varias tonalidades. Un modelo que se lo considera el más sexy por la transparencia que deja ver la piel.
Vestido lencero: son los clásicos camisones de raso que se usaban en los 90. Acompañan al suave género detalles de encaje y finos bordados que suman a que la prenda deje de ser un simple pijama.
Corset: Desde María Antonieta hasta Balmain adaptaron la prenda de época que hoy en día sigue estando presente en la moda. Modela, estiliza y ajusta al torso y busto de la mujer para resaltar su figura.
“Se ven los breteles, encajes, las remeras son cavadas y se dejan ver los corpiños, entonces tener uno lindo, sexy, delicado de buena calidad, que sea funcional, con buen calce y cómodo es fundamental”, concluyó la diseñadora.
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