Carla y Nicolás se conocieron por una red social de encuentros hace tres años y medio. Él le propuso matrimonio a ella en París. Hoy, se casaron en frente de más de 700 personas entre familiares, amigos y…completos desconocidos, que participaron de la cuarta edición de la Noche de los Templos.
Se trató de una ceremonia abierta para todos, pertenezcan o no a la comunidad del templo. “Originalmente queríamos hacer una boda más bien íntima, y casualmente coincidía con esta iniciativa, y nos preguntaron si nos interesaba la propuesta y obviamente dijimos que sí, pero no nos esperábamos que la sinagoga estaría de esta forma repleta de gente, bajo ningún punto de vista”, confió a Infobae Carla Narbay, la novia, minutos después de finalizada la boda.
La pareja, oriunda de Caballito, eligió el Templo Dor Jadash -que celebra sus 103 años de historia- para reafirmar su amor y decidió participar del evento con esta original propuesta.
El rabino Marcelo Bater, director espiritual de la Comunidad Dor Jadash, contó a este medio cómo surgió la idea: “quisimos salir de lo tradicional que es mostrar el templo y sus símbolos, para poder compartir con la gente una ceremonia en vivo de lo que es una de las partes del ciclo de vida judío: la jupa o consagración del novio con la novia; por lo cual los invité a los novios y nos dieron el primer sí”. Por este motivo, los que recorrieron las distintas sedes de los templos de fe pudieron ser parte de una jupa -boda judía- en vivo, donde Carla y Nicolás se unieron en matrimonio bajo la tradición y costumbres de la ley judía”.
Con todas las miradas de los presentes dirigidas hacia ellos, se dio comienzo a la boda. Primero caminó a paso firme y seguro de sí el rabino, quién dio la bienvenida a las más de 700 personas, entre familiares, amigos, conocidos y completos desconocidos de la pareja, que seguían atentos cada detalle, cada minuto de la ceremonia.
Allí, al son de la canción “Can’t Help Falling In Love” (No puedo evitar enamorarme de ti), de Elvis Presley, entró NIcolás, acompañado por su madre. Segundos más tarde, hizo lo propio su padre y consuegra. Y posteriormente llegó el momento que todos esperaban: Carla hizo su ingreso tomada del brazo de su tío. Varios de los presentes registraron el trayecto con sus celulares, expectantes ante la emoción que se respiraba.
Seguidamente Bater, el rabino, los bendijo. En un momento bromeó “esta ceremonia tendrá más repercusión que la boda de Pampita”, lo que generó la risa de todos.
Allí se hizo el último brindis como novios, denominado lejaim, donde tanto Carla como Nicolás y sus familiares más cercanos bebieron esta tradicional copa de vino, y llegó el momento del intercambio de anillos y posterior beso que los unió en una escena digna de una película romántica.
“Este momento es la consagración del uno para con el otro, ahí se formaliza el matrimonio”, explicó Bater. En ese momento, ambos dieron el sí que emocionó a más de uno de los concurrentes. Seguidamente se llevó a cabo la firma del documento legal que certifica esta unión, la ketová.
El momento más emotivo de la noche fue sin lugar a dudas cuando el rabino compartió reflexiones de los recién casados del momento en que se fueron conociendo entre ellos, en los encuentros que mantuvieron en el templo meses antes de la boda: “Se enamoraron sin saber lo que les iba a deparar el destino y ahora están aquí en esta gran noche de festejo”, manifestó Bater.
“Cuando le pregunté a Nico por las cualidades de Carla me dijo ‘es mi único amor, mi amor de verdad, cuando la vi por fotos me di cuenta que tiene una luz especial, única, además es frontal, honesta, es el mejor valor que tengo’”, contó el rabino. Respecto a lo que respondió la flamante esposa sobre NIcolás sostuvo: “Es diferente a mi, es cariñoso y dulce, y al mismo tiempo es mi apoyo y sostén, me da seguridad, y puedo ser con él como yo soy, realmente es una bendición para mi estar hoy acá con él”.
La celebración se dio por finalizada con la rotura de la copa, que recuerda la destrucción del templo de Jerusalén, “pero cuando vemos una pareja casarse, esa tristeza se ve transformada en alegría través de la construcción de un nuevo hogar en el pueblo de Israel, en el pueblo judío, como con cada matrimonio que se lleva a cabo”, explicó el rabino.
Mientras gran parte de sus familiares, amigos y curiosos que participaron de la boda lo felicitaban, Nicolás le relató a Infobae: “Con Carla empezamos a salir, de repente nos pusimos de novios, pasaron un par de meses, y empezamos a convivir”. Así es como decidieron dar el paso más importante de sus vidas. En este sentido, Carla agregó: “Para mí esto es más importante que el civil, ya que por ejemplo mi tío vive en Israel y vino especialmente para estar acá con nosotros y lo bueno es que coincidió todo”. Carla le dio la sorpresa de su vida segundos antes de que comenzara el evento, ya que lo eligió para que entre con ella y caminaran juntos hasta el altar, donde los esperaba el novio, expectante.
Mayer Finvarb, tío de la joven, contó su historia al borde de las lágrimas: “Hace cuarenta años vivo en Israel, vinimos a pasear a Buenos Aires. No sabía que iba a tener el privilegio de poder acompañar a mi sobrina hasta el altar”. Sobre la boda sostuvo: “Donde yo vivo, al lado hay tres, cuatro templos, y vivo a 200 metros del mar mediterráneo, pero esto lo viví como algo fantástico, y estoy radiante de felicidad, es la nena nuestra y la sorpresa que me dio fue algo increíble”.
“Antes sentía mucha responsabilidad por el hecho de unirnos ante Dios (Hashem), y ahora lo que siento es plenitud, no sé cómo explicarlo”, exclamó Carla, al mismo tiempo que Nicolás completó: “Siento mucha felicidad, no estaba nervioso hasta los últimos cinco minutos antes de dirigirme al altar”.
“Estamos maravillados con el evento, no todas las personas tienen la posibilidad de poder vivir algo así, un montón de gente se nos acercaba para decir que habían venido por la ceremonia, que les había encantado, nunca habían estado en una, nos felicitaban emocionados”, manifestaron los recién casados.
La flamante esposa le dedicó unas palabras a Nicolás: “Para mí esto fue una prueba de amor hermosa que él me hizo, acá estamos, te amo”. Por su parte, él le respondió: “Dos días antes de viajar a París, fui a buscar un anillo perfecto para la ocasión, pensando en qué lugar le iba a proponer matrimonio y sabiendo que esta ciudad le encanta a Carla y era su sueño conocerla, en un restaurant me animé. “No me lo esparaba”, completó ella.
La Sinagoga Dr. Max Nordau, ubicada en Murillo 665, Villa Crespo, tiene más de 100 años de vida y desarrolla una gran cantidad de eventos, talleres, cursos, exposiciones, paneles especiales con renombrados invitados y demás reuniones alusivas a las cuales asisten sus asociados y todos aquellos que deseen ser partícipes.
FOTOS: Gustavo Gavotti
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