Por Sergio Federovisky
“Todo empezó cuando la organización no gubernamental `A Todo Pulmón’, recibió una denuncia: que se iba a derribar un árbol muy alto y añoso en la localidad de Itapúa, al sur de Paraguay”, explicó Víctor Ibarrola director ejecutivo de la organización. Para contrarrestar esta situación decidieron premiar a ese ejemplar y difundir a través de los medios de comunicación ese reconocimiento.
Así nació la búsqueda de los árboles gigantescos, que casi no tienen fin. Este año se postularon 559 árboles ubicados en diez departamentos del país y en la provincia de Misiones, Argentina, de las especies palo borracho, lapachos, y timbós o Samu’u, Kurupa’y, Yvyra pyta en guaraní.
Para concursar los árboles deben tener como mínimo tres metros de circunferencia en el tronco o veinte metros de longitud. Una vez que se postulan se fiscalizan en el terreno las tres medidas que darán el puntaje final. La circunferencia, que se mide entre los 1.3 y 2 metros con una cinta métrica; y la longitud total del ejemplar, mediante un clinómetro que se mide alejándose entre 15 a 20 metros y así poder lanzar una visual a la punta del árbol. Cada una de estas representa el 40% del puntaje total y el 20% restante lo completa la circunferencia de la copa, que es la parte frondosa del árbol.
Luego un jurado calcula, con todas los datos, cual es el coloso del año. Y también premia a sus mentores. En esta octava edición el árbol ganador del Paraguay, fue un Yvyra Pytâ de la localidad de Edelira, en Itapúa, que fue postulado por Fátima Hein, con una altura de 46 metros, una circunferencia de copa de 65,86 metros y un tronco de 6,60 metros. El segundo puesto para un Timbó, de Horqueta, presentado por Nelson Otero, que tiene una altura de 35 metros, una copa de 104,98 metros y un tronco de 7,20 metros. El tercero para un Guapo y de Paso Horqueta, en Concepción, postulado por Ricardo Díaz con una altura de 26 metros, y un tronco de 7,10 metros. El cuarto puesto fue también para un Timbó, pero de Independencia, presentado por Dominica Paniagua, con una altura de 38 metros y un tronco de 4,84 metros. Finalmente, el quinto puesto se lo llevó un Samu’u de Loma Plata, postulado por Cornelius Funk que tiene una altura de 15 metros, 54,76 metros de circunferencia de copa y un tronco de 10 metros. Uno de los árboles más característicos de la región del Chaco en Paraguay, debido a su curiosa forma de botella.
Por primera vez se entregó el premio “Primer Coloso Internacional” a un Timbó de la provincia de Misiones, Argentina, en la Reserva Natural Guaraní, postulado por Romario Dohmann, con más de 300 años. La premiación se completa con un círculo de personas agarradas de las manos para demostrar de forma visual las colosales dimensiones.
Según Naciones Unidas, en Paraguay desaparecen 325.000 hectáreas de masa forestal al año, aun cuando el Bosque Atlántico del Alto Paraná (BAAP) está protegido con la ley de Deforestación Cero desde 2004. Por eso, el concurso es una efectiva estrategia de preservación para los árboles amenazados, por la deforestación impulsada por las actividades agrícolas, y para visibilizar a las comunidades, familias y personas que protegen a los colosos de la tierra.
El Parlamento del Mercosur (Parlasur) declaró la iniciativa de interés regional e insta a que se replique en los países vecinos como estrategia de conservación y de respeto a los cientos de colosos ancestrales que aún están de pie
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