Prevención, el eje central para combatir la obesidad

Se realizó la primera Jornada de Obesidad, un evento organizado por la Sociedad Argentina de Nutrición, donde se debatió sobre una enfermedad que afecta a 6 de cada 10 argentinos, de acuerdo a la Cuarta Encuesta Nacional de Factores de Riesgo del Ministerio de Salud y Desarrollo Social

Más del 70 por ciento de la población adulta sufre sobrepeso u obesidad, según los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (archivo)

Alrededor de 350 médicos, nutricionistas, psicólogos, entre otros profesionales de la salud participaron de la primera Jornada de Obesidad, organizada por la Sociedad Argentina de Nutrición (SAN) y llevada a cabo en el salón Canciller del Hotel Presidente de la Ciudad de Buenos Aires.

Se presentó la primera Jornada con el fin de abordar la problemática que actualmente afecta a un alto nivel de la población tanto en la Argentina como en el mundo, y teniendo en cuenta que 6 de cada 10 argentinos presentan sobrepeso y obesidad, según datos arrojados por la Cuarta Encuesta Nacional de Factores de Riesgo, llevado a cabo este año por el Ministerio de Salud y Desarrollo Social.

Mónica Katz, médica especialista en nutrición y presidenta de la SAN resaltó: “La obesidad es una enfermedad y para tratarla se deberían realizar campañas educativas masivas y transversales en diferentes contextos como en la escuela, la comunidad, los medios, la familia y el trabajo”. Además, sostuvo que se debería “desincentivar el consumo excesivo de alimentos que contengan exceso de nutrientes críticos e incentivar los más saludables”.

6 de cada 10 argentinos tienen sobrepeso u obesidad (DIEGO SIMÓN SÁNCHEZ /CUARTOSCURO.COM)

“Para los humanos, la comida, además de fuente de nutrientes y calorías, representa un pretexto para socializar; un recurso identitario; un determinante de la calidad de vida; una fuente de placer; una estrategia de afrontamiento emocional; una certeza accesible; el principal comportamiento durante el tiempo de vigilia; y el rubro de gasto en el que más dinero se invierte”, explicó también la experta y recomendó no realizar dietas extremas.

En tanto, Alberto Cormillot hizo foco en la discriminación que padecen las personas con obesidad de la mano de algunos profesionales que los ven como “perezosos, deshonestos e incumplidores”. “Lo mismo sucede -indicó- cuando otros les observan “más patologías, síntomas más severos, más atributos negativos y peor pronóstico”.

Asimismo, Cormillot remarcó que los niños con sobrepeso y/o obesidad sufren bullying en la escuela por parte de sus compañeros; y que, además, cargan con el estigma de que para algunos docentes son “desordenados, menos exitosos, muy emocionales y más propensos a tener problemas familiares”.

El doctor Alberto Cormillot fue uno de los disertantes en la primera jornada de obesidad organizada por la Sociedad Argentina de Nutrición (SAN)

Ana Cappelletti, médica endocrinóloga, sostuvo en su presentación que “la obesidad es una enfermedad crónica, es decir que no admite tratamientos de corto plazo”; y que “no solo altera el equilibrio físico, sino también el psicosocial”.

Por su parte, la médica Vanesa Anger, otra de las disertantes del encuentro, explicó la conexión que hay entre el estigma y el dietismo: “Impartir dietismo es estigmatizar la obesidad". Y agregó que “no asumir que la obesidad es producto de mucho más que sólo comer mucho y moverse poco, refuerza ese estigma”.

Además, la especialista indicó que “aquellos profesionales y no profesionales de la salud que imparten planes alimentarios para la obesidad y el sobrepeso centrados en un grupo de alimentos o en no comer, niegan la compleja etiología de la obesidad y desconocen su proceso evolutivo”. Y concluyó: “Negar la etiología frustra a la persona con obesidad, enlentece el diagnóstico, aumenta la epidemia, genera más enfermedad y profundiza el estigma.”

Durante la jornada, también se debatió sobre la utilización de los “fármacos antiobesidad”, los suplementos dietarios y el ejercicio físico como parte de los tratamientos para bajar de peso. Para finalizar, se realizó una mesa sobre los 20 años de implementación de la cirugía bariátrica en nuestro país.

La implantación endometrial y otras funciones reproductivas se ven afectadas en mujeres obesas (Shuttestock)

Una epidemia silenciosa

Tal como explicó Mónica Katz a Infobae, para determinar si una persona tiene sobrepeso, se utiliza el índice de masa corporal (IMC), que se calcula dividiendo el peso en Kg por el cuadrado de la altura en metros (IMC= peso (Kg)/altura (m²). Si este índice es igual o mayor de 30, se considera que presenta obesidad. En Argentina, según la Secretaría de Salud de la Nación, el 61,6% de la población tiene exceso de peso y la prevalencia de obesidad pasó a ser de un 14,6% al 25,4% en el año 2018.

Para poder bajar de peso, es imprescindible hacer cambios en el estilo de vida; mejorar el patrón alimentario sin prohibiciones que puedan disparar un descontrol y adoptar simultáneamente actividad física habitual con pequeñas modificaciones en la vida cotidiana. Además, existe evidencia de que 10 mil pasos por día en una persona adulta pueden hacer una enorme diferencia en salud y por último se debe aprender a gestionar las emociones y el estrés sin utilizar comida.

Mónica Katz, Médica Especialista en Nutrición (MN 60164) (SAN)

Recientemente, siete sociedades científicas locales presentaron un documento consensuado que recomienda los criterios para la indicación de cirugías bariátricas en pacientes con obesidad y síndrome metabólico, en particular en los casos de diabetes tipo 2. El trabajo fue presentado en el Senado de la Nación bajo el nombre “Consenso Interdisciplinario de Cirugía Bariátrica y Metabólica”, que estipula que los pacientes deben estar bien identificados y seleccionados para poder someterse a una cirugía bariátrica, deben tener un índice de masa corporal mayor de 40 (obesidad mórbida) o entre 35 y 40 (obesos severos), con una o dos enfermedades asociadas.

Además de las cirugías, en nuestro país existen tres fármacos aprobados para el tratamiento crónico de la obesidad. El primer fármaco fue aprobado hace dos décadas; el año pasado se lanzó un inyectable, la liraglutida, y este año finalmente se incorporó una tercera opción que es en un mismo comprimido la combinación de naltrexona y bupropión actuando en dos áreas del cerebro: el hipotálamo (centro de control del apetito) y el área mesolímbica (centro regulador del placer y la recompensa) que trabaja no solo cuando el paciente come mucho, sino sobre la compulsión. El nuevo medicamento aprobado por ANMAT este 2019 se vende exclusivamente bajo receta archivada.

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