Todos queremos que nuestros hijos alcancen su máximo potencial: que sean inteligentes y puedan adaptarse, y que marquen la diferencia en el mundo. Nos preguntamos por qué, para algunas personas, el éxito parece ser tan natural. Para el economista y profesor de Harvard Ronald F. Ferguson uno no tiene que ser rico o influyente para asegurarse de que su hijo alcance su mayor potencial. Lo que sí se necesita es compromiso y las estrategias descritas en su libro: La fórmula: desvelar los secretos para criar niños altamente exitosos.
Después de fascinarse con las habilidades de sus estudiantes más talentosos Ferguson realizó una investigación y determinó que hay ocho roles de los padres que conforman la fórmula óptima para la crianza de los hijos. Junto con la galardonada periodista Tatsha Robertson, el nombrado por el New York Times como el principal experto en la “brecha de logros” educativos de los Estados Unidos, estudiaron exhaustivamente cómo los diferentes estilos de crianza dan forma al éxito de los niños y revelaron una intrigante modelo.
“Hay algo universal en la forma en que estas personas altamente exitosas fueron criadas. Fue como un patrón oculto que se reveló gradualmente: un conjunto de cualidades ampliamente reconocidas y bien investigadas que son las bases básicas del éxito. Se podría pensar en los ocho roles como principios, pero los clasificamos como roles que vimos emerger de prácticamente todas las historias”, dijo Ferguson, director de la Iniciativa Achievement Gap de Harvard y profesor adjunto en la Harvard Kennedy School.
La Fórmula combina la investigación científica más reciente sobre desarrollo infantil, aprendizaje y crecimiento cerebral e ilustra con historias de vida de individuos extraordinarios. Los salarios y los títulos de trabajo no fueron la base del éxito en la investigación de Ferguson y Robertson. Más bien estudiaron lo que ellos llaman individuos “plenamente realizados”. “Algunas personas piensan que estamos hablando del éxito como el de obtener calificaciones altas o ganar más dinero que otros; de lo que realmente estamos hablando es de la realización del potencial humano", aseveró Ferguson.
Los primeros años de vida de un niño son algunos de los más importantes cuando se trata del desarrollo mental y social, por lo que no sorprende que el éxito de la configuración comience a una edad temprana. Ferguson y Robertson identifican el primer papel en su fórmula como “el compañero de aprendizaje temprano”, en donde el padre o cuidador fomenta un amor inmediato por el aprendizaje.
“Son importantes los primeros años de vida porque se forman los primeros aprendizajes. Los niños aprenden por imitación, es lo que se denomina aprendizaje vicario. Por lo tanto el entorno familiar y social cumplen un rol fundamental en los aprendizajes que el pequeño va a ir desarrollando”, aseguró en diálogo con Infobae el psicólogo Santiago Gómez, director de Decidir Vivir Mejor y del Centro de Psicología Cognitiva.
Los 8 roles de los padres de individuos exitosos
1. El “compañero de aprendizaje temprano”
Este papel hace que los padres hagan que sus hijos se interesen en aprender a una edad temprana, antes de comenzar la escuela. Ferguson llama al “compañero de aprendizaje temprano" el papel más importante de los ocho. Los niños más exitosos pueden leer palabras básicas en el jardín de infantes y experimentar lo que Ferguson llama “el efecto principal temprano”, donde el niño responde positivamente a la emoción de un maestro por ya poder leer.
2. El “ingeniero de vuelo”
Este es el tipo de padre que monitorea el ambiente de crecimiento del niño, asegurándose de que obtenga lo que necesita e interviene cuando no lo hace. Esto no es lo mismo que ser un padre “helicóptero”. Para Ferguson este último “está tan involucrado en la vida de sus hijos que no crean espacio para que desarrollen relaciones independientes, aprendan a negociar por sí mismos o identifiquen sus propios intereses”.
3. El “reparador”
En este rol, los padres aseguran que no se pierdan oportunidades clave para el mejoramiento de sus hijos, y no dejan que la falta de recursos los frene. Como dice Ferguson, "los padres podrían estar viviendo en la pobreza, pero si ven una oportunidad que consideran esencial para el éxito de sus hijos en la escuela o la vida, atravesarán las paredes para conseguirla".
4. El “revelador”
Los padres reveladores ayudan a sus hijos a descubrir el mundo yendo a museos, bibliotecas y exhibiciones, cualquier cosa para expandir su cosmovisión. Nuevamente, esto sucede incluso con falta de recursos; los padres reveladores se vuelven creativos en cómo acomodar tales salidas.
5. El “filósofo”
Ferguson dice que este es el segundo papel más importante, porque ayuda a los niños a encontrar un propósito. Aquí, los padres hacen y responden preguntas de la vida profunda, nunca subestiman la capacidad del niño para comprender la vida y comprender la idea del significado.
6. El “modelo”
Este es el clásico modelado de roles. Los padres que hacen esto bien tienen en claro qué valores son importantes para ellos y trabajan duro para transmitir esos valores a sus hijos, quienes luego aspiran a emularlos.
7. El “negociador”
Este papel le enseña al niño a ser respetuoso mientras se defiende a sí mismo y en lo que cree (especialmente frente a aquellos con poder y autoridad).
8. La “voz de navegación GPS”
Ferguson describió esto como: “La voz de los padres en la cabeza del niño después de que el niño se fue de casa, entrenando al joven adulto a través de nuevas situaciones en la vida”.
De manera tranquilizadora, el investigador de Harvard dijo que la cualidad más importante para que los padres exhiban mientras usan estos diferentes “sombreros” es simplemente la determinación de ser un gran padre. Él llama a esta la motivación, y dice que a menudo surge de las cosas en la historia de los padres. Podría ser algo que salió mal en su propia infancia que no quisieron repetir para sus propios hijos. Podría ser un legado familiar de excelencia en algún dominio que sintieron la responsabilidad de transmitir a su descendencia. Pero cada uno de estos padres tenía una visión del tipo de persona en la que querían que se convirtieran sus hijos. Esa visión, junto con la motivación, los guió e inspiró su crianza.
Sin embargo, hay una advertencia para la fórmula, y es que no funciona para todos los niños. Ferguson dijo que algunos niños son más receptivos que otros, incluso en la misma familia. “Hay niños que tienen mayor predisposición que otros, ademas de lo qué cada uno trae al nacer, esto significa que la misma crianza en la misma familia no garantiza que todos los hermanos sean iguales, más allá de la fórmula que se aplique”, concluyó Gómez.
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