“La indiscutible crueldad asociada con la producción de productos lácteos ha dejado en claro que el lacto-vegetarianismo no es más que un punto intermedio entre el consumo de carne y una dieta civilizada y verdaderamente humana, y creemos, por lo tanto, que durante nuestra vida en la tierra debemos tratar de evolucionar lo suficiente como para hacer el ‘viaje completo’”. La reflexión pertenece al maestro de carpintería Donald Watson y fue publicada en noviembre de 1944 en el primer número de The Vegan News, el periódico que explicaba las ideas de los pioneros del veganismo.
La publicación trimestral fue la conclusión de una de las etapas más importantes en la historia del movimiento, ya que marcó la definitiva separación de quienes “por cuestiones de ética y moral”, según aseguran sus escritos, necesitaron diferenciarse de las sociedades vegetarianas. A principios del siglo XX, los autoproclamados "no-lácteos” comenzaban a expresarse contra el consumo de leche de animales porque lo consideraban “anti natural e innecesario”.
Más tarde, el repudio a la vivisección (disección practicada en un animal vivo, con el propósito de hacer estudios o investigaciones científicas) dio nacimiento a los grupos que comenzaban a exigir el respeto a los derechos de los animales. El filósofo Tom Regan fue el primero manifestarse en contra de los laboratorios y en la década de 1980 difundió su proclama en seminarios, charlas y debates. Uno de sus discursos es considerado el más importante, ya que considera que el respeto a los derechos de las demás criaturas es “un deber moral” de las personas hacia todas las especies y no “un regalo que les hacemos”.
Donald Watson, uno de los pilares en la historia del veganismo
Fue el fundador de la Vegan Society y se lo considera el “inventor” de la palabra vegano aunque muchas cosas y personas pasaron hasta que el término se impuso definitivamente para diferenciarse de quienes seguían consumiendo productos animales.
Donald Watson nació en 1910 en Mexborough, un pueblo minero en Yorkshire del Sur (Inglaterra) en el seno de una familia en la que todos comían carne. Creció en Revelstoke rodeado de bellos paisajes montañosos y jugando al aire libre. Durante uno de los veranos de su infancia fue a pasear a la granja de su tío, lugar que sintió como “celestial” porque estaba rodeado de animales. Pero esa estadía marcó su vida para siempre.
“Uno de mis recuerdos más tempranos -recordó Watson en una entrevista que brindó en 2002- es el de las vacaciones en la granja de mi tío George que vivía rodeado de animales interesantes". Observándolos, el niño asumió que cada uno de ellos “‘daba’ algo: el caballo tiraba del arado, el caballo más pequeño tiraba del carro; las vacas ‘daban’ leche, las gallinas ‘daban’ huevos y el gallo era un ‘despertador’ muy útil; no me daba cuenta en ese momento de que también tenía otra función... Pero no podía comprender qué ‘daban’ los cerdos, pero parecían criaturas tan amistosas... siempre alegres de verme”.
A la mañana siguiente de esa reflexión bajó a desayunar y vio a dos mujeres al lado de su abuela. “Estaban muy ocupadas hirviendo grandes cantidades de agua. ¿De qué se trata todo esto?, me pregunté. Poco después vi a dos hombres cruzar frente a la ventana de la cocina cargando lo que parecía ser un caballete y lo llevaron al chiquero de los chanchos, agarraron a un marrano y comenzaron a matarlo. No hicieron ningún intento para alejarme de la escena, simplemente fui allí, intrigado y lo vi todo. Todavía tengo vívidos recuerdos de todo el proceso, incluidos los gritos. Las mujeres salieron con los recipientes de agua, una tras otra, y rasparon sus pelos”.
Esa tarde, Watson supo qué pasaba con los animales en las granjas a las que definió como “un corredor de la muerte donde se contaban los días de las criaturas”. En 1923, con 13 años, decidió ser vegetariano, y abandonar la escuela para aprender el oficio de carpintero, del que trabajó hasta la Depresión de la década de 1930. Luego se formó para ser maestro de carpintería y se jubiló dando clases.
Para fines de 1939, otra experiencia lo marcaría: algunos de sus amigos del movimiento vegetariano habían sido asesinados durante la floreciente Segunda Guerra Mundial. No concebía la idea de tener que ser soldado y asesinar personas, por lo que se convirtió en objetor de conciencia. Sus dos hermanos lo imitaron en esa decisión y en la de dejar de comer animales.
La fundación de la Vegan Society y el veganismo como movimiento social
“El veganismo es una filosofía de vida que excluye todas las formas de explotación y crueldad hacia el reino animal e incluye una reverencia a la vida. En la práctica se aplica siguiendo una dieta vegetariana pura y alienta el uso de alternativas para todas las materias derivadas totalmente de animales”. Donald Watson
Para 1944, Watson comenzó a reflexionar sobre el consumo de leche. Consideraba que producirla implicaba el padecimiento de las vacas y sus crías, los terneros, los reales dueños de esas leches. “La producción de estos alimentos implica mucha crueldad, explotación y matanza de vidas altamentes sensibles”, escribió en The Vegan News. En febrero de ese año, dio una charla en la Sociedad Vegetariana para compartir sus pensamientos sobre la industria láctea.
Viendo la necesidad de contrarrestar lo que consideraba como “problemas” junto a su compañera y amiga Elsie Shrigley propuso a la sociedad una sección no-láctea dentro de la misma entidad, pero aquellos prefirieron “concentrarse en la abolición de la carne como alimento humano” y no hacer hincapié en un problema que no veían, y les sugirieron sentirse libres de tomar un camino propio. Decepcionados por la respuesta, aceptaron la sugerencia y en noviembre de 1944 fundaron la Vegan Society para diferenciarse del vegetarianismo proclamando “principios morales a los que los vegetarianos deberían aspirar” .
Lo que siguió para el fundador de la Sociedad Vegana fue comenzar a investigar todos los padecimientos de los animales y continuaba alentando a los vegetarianos. “Como resultado de las investigaciones realizadas -expuso Watson- durante los últimos años, han surgido dos hechos de gran importancia para el movimiento vegetariano. El primero es que una dieta organizada con sensatez y libre de alimentos para animales es segura y practicable. El segundo, no hay motivos para hacer una distinción entre las objeciones morales al uso de alimentos cárnicos y las relativas al uso de productos lácteos. Esto debería aceptarse ahora, ya que se basa en pruebas fácticas”.
"El lacto-vegetarianismo es extraño y sigue siendo posible solo por la capacidad de la humanidad para explotar las funciones reproductivas de otras especies”, dijo Donald Watson en 1944.
Fueron 25 los miembros de la nueva sociedad y estaban dispersos en el país, lo que les impedía agruparse pero no determinar cómo se manejarían. “Nuestro grupo, nosotros y nuestro periódico tendremos un nombre. ‘No-lácteos’ es muy negativo, necesitamos un nombre que sugiera qué comemos”. Así surgió la palabra vegano (vegan, en inglés) que tiene raíz y final en vegetariano (vegetarian).
Si bien, Watson no definió formalmente el veganismo, su definición se toma de la transcripción de una conferencia suya durante un congreso: “El señor Donald Watson ha manifestado que los veganos defienden la idea de que si queremos ser verdaderos libertadores de los animales debemos renunciar absolutamente a nuestra tradicional y egoísta actitud de creer que tenemos derecho a utilizarlos para nuestras necesidades. Debemos satisfacer nuestras necesidades mediante formas que no impliquen usar a otros animales”.
La etimología de la palabra “veganismo” proviene del término inglés vegan, que a su vez deriva de VEGetariAN (utilizando las tres primeras y las dos últimas letras). Con los años, distintos filósofos y activistas por los derechos de los animales fueron creando y ampliando el concepto. El nacimiento de grupos de acción a favor de la liberación animal determinó que el veganismo sea la lucha por los derechos de los animales no humanos que busca la abolición de todas formas de explotación.
El 1 de noviembre de 1944 se creó la Vegan Society y días después el primer periódico para informar sobre el veganismo, The Vegan News.
“Mi mayor logro es sentir que fui un instrumento para comenzar un gran movimiento nuevo que no sólo podría cambiar el curso de las cosas para la humanidad y el resto de la Creación, sino para alterar las expectativas del Hombre para sobrevivir por mucho más tiempo en este Planeta", dijo Donald Watson en el final de una entrevista brindó en 2002 a un medio británico. Murió el 16 de noviembre de 2005, en Keswick, Reino Unido, a los 95 años.
Fue Louise Wallis, entonces presidente de la Sociedad Vegana del Reino Unido, quien en 1994 instauró esta celebración, al cumplirse 50 años de la fundación de esta organización. Actualmente, la fecha se conmemora en todo el mundo con marchas para reclamar el reconocimiento a los derechos de los animales.
Antes de Watson, los "no lácteos”
Entre 1909 y 1912, tras la Primera Guerra Mundial, el diario de la Sociedad Vegetariana, The Vegetarian Messenger and Health Review ( TVMHR ), presentó un informe “vigoroso” sobre productos animales no cárnicos y reveló que en la entidad algunos miembros evitaban consumirlos. Ante la revelación, el editor de la publicación aseguró, en 1912, que “hay dos tipos de vegetarianos: los que comían lácteos y huevos, y los que no” y aseguró que tenían un fuerte argumento para no hacerlo, mientras que los argumentos para hacerlo “no eran satisfactorios”. Las opiniones sobre el consumo de lácteos, como vemos, son anteriores a la reflexión de Watson.
Rupert Wheldon afirmó al publicar el primer libro de comida basada en vegetales que “es bastante imposible consumir productos lácteos sin sacrificio”. Y esa afirmación no fue la única: en 1909, un corresponsal de TVMHR afirmó que “los ‘supuestos’ vegetarianos son responsables del número de vacas, terneros y aves asesinadas”. También pusieron la mirada en las aves de corral. "No puedes tener huevos sin tener también en tus manos una cantidad de pájaros machos, que debes matar”.
Wheldon publicó No Animal Food, el primer libro británico de cocina basada íntegramente en vegetales que estaba dividido en tres secciones. Las dos primeras eran ensayos: Por qué comer comida animal no es una buena idea y otra que exponía sobre los beneficios de esta alimentación para la salud, éticos, estéticos y económicos. Contenía 100 recetas.
Más tarde, en 1935, Muriel Davies afirmó que “el ganado debe sufrir abuso, cautiverio y finalmente será asesinado para que los humanos consuman el alimento de los terneros". En 1943, Leslie Cross, que tendría más tarde un papel importante en los primeros años de la British Vegan Society, afirmó que "la leche y sus derivados son productos del dolor, el sufrimiento y la interferencia abominable la ley del amor ".
En 1944, Dugald Semple aseguró que “si la crueldad es el criterio, es probable que los productos lácteos causen más dolor que los productos cárnicos” mientras que Watson escribió en TVMHR que “la vaca siente la pérdida de su cría de la misma manera que una madre humana sentiría la pérdida de su hijo: a veces llorará por días".
Otros nombres influyentes en la historia del veganismo y los derechos de los animales: algunas de sus definiciones
Arthur Ling fue uno de los pioneros del veganismo (mucho antes de que se pensara en este movimiento) y creador del Plamil Foods. Ling se negó a consumir carne y huevos, en 1926, cuando solo tenía siete años. En su etapa adolescente investigó los aspectos nutricionales de una dieta vegetal e innovó produciendo las primeras leches no lácteas. “Ahora su leche puede provenir de una planta”, decía la publicidad de Plantmilk en la edición de invierno de 1956 del diario de la Vegan Society, The Vegan News.
Leslie Cross fue vegana en 1942 y pionera del movimiento social vegano, tesorera y secretaria de la Plantmilk Society (más tarde Plamil Foods, la primera fábrica de leche vegetal). Sostenía que “el veganismo es una parte central de la moral en la evolución de la humanidad” y creía que los miembros de un mundo futuro basado en valores veganos no podían ser uno en el que los humanos usaran otros animales para su propio interés. También lo relacionaba con la libertad: "Las relaciones humanas con otros seres sintientes no es hacer ‘soportable’ una relación amo / esclavo, sino abolir totalmente esa relación de explotación. El veganismo es en verdad una afirmación de que donde está el amor, la explotación se desvanece. Posee continuidad histórica con el movimiento que liberó a los esclavos humanos”.
Según Joanne Stepaniak, la palabra “vegan” fue publicada por primera vez en el Diccionario Ilustrado de Oxford en 1962 y la define como “vegetariano que no come mantequilla, huevos, queso o leche”
Elsie Shrigley es una de las pioneras junto a Donald Watson para impulsar una sección no láctea de la Sociedad Vegetariana y fue parte de la fundación de la Sociedad Vegana. Fue inspirada por Cross para dejar de consumir lácteos. Hasta su muerte trabajó en la Vegan Society ocupando distintos cargos.
Fay Henderson era más visible en el movimiento vegano que Watson ya que escribió artículos para la revista de la Vegan Society, donde se desempeñó como vicepresidenta y realizó una gira por Gran Bretaña e Irlanda dando conferencias y demostraciones de cocina. Fue una de las principales impulsoras del “modelo de concienciación para el activismo vegano”, haciendo hincapié en la educación. “Es nuestro deber reconocer la obligación que tenemos con estas criaturas y comprender todo lo que implica el consumo y el uso de sus productos vivos y muertos”.
En 1964, Eva Batten publicó “¿Por qué el veganismo?”, texto que se considera uno de los más concretos: “El veganismo es una cosa y una sola cosa: una forma de vida que evita la explotación, ya sea de nuestros semejantes, de la población animal o del suelo del que todos dependemos para nuestra propia existencia”.
Tom Regan, filósofo y pionero de los derechos de los animales basados en los derechos. Fue autor del libro The Case for Animal Rights, de 1983, y el creador de los derechos de los animales abolicionistas. “Si todos los llamados ‘animales de consumo’ también son (lo que luego describiría como) ‘sujetos de la vida’, ¿no deberíamos respetarlos y cuidarlos de la misma manera que hacemos con nuestros animales de compañía?”, se preguntó luego de saberse abatido por la muerte de su perro.
Regan participó de protestas contra la Guerra de Vietman y solían estar en manifestaciones en favor de los derechos humanos. En 1973, conoció al filósofo utilitario Peter Singer y juntos escribieron “Derechos de los animales y obligaciones humanas”, en 1976. Pero las diferencias entre ellos, hoy conocidas como “bienestarismo y abolicionismo”, los dejó en veredas separadas ya que Regan pretendía excluir a los animales de todo tipos de utilidades humanas.
Su defensa a favor de los derechos de los animales le valió el título de “el padre de los derechos de los animales”, que rechazó por considerar que ello implicación que alguien le había dado derechos a los animales cuando “no le damos derechos a los individuos sino que descubrimos que siempre lo tuvieron".
Regan se opuso acaloradamente a la vivisección. Para 1990 organizó “La Marcha por los Animales”, en Washington, que convocó a 70.000 personas.
“El peso de la evidencia indica que los seres humanos no son los únicos que poseen los sustratos neurológicos necesarios para generar conciencia. Animales no humanos, incluyendo todos los mamíferos y pájaros, y muchas otras criaturas, incluyendo los pulpos, también poseen estos sustratos neurológicos”, Declaración de Cambridge sobre la Conciencia (2012).
Gary Francione, fundador y director del Rutgers Animal Rights Law Centre, es otro de los teóricos del veganismo que asegura que “todos los seres, en tanto sensibles, aunque sea deberían tener un derecho: a no ser tratados como propiedades” y asume que el veganismo debe ser “el inequívoco punto de partida de aquellos que ven a los otros animales como poseedores de un valor moral que les es intrínseco”.
Con el paso de los años, nuevos nombres y referentes surgieron a nivel mundial para reclamar por el reconocimiento de los derechos de los animales no humanos como seres con conciencia y capacidad de sentir. Destacadas estrellas como Paul McCartney, Brian Adams, entre otros, se manifiestan a favor de esos derechos al igual que el asombroso actor Joaquin Phoenix, vegano desde los años, y activista animalista, que deslumbró con su interpretación de Joker. Incluso el ex gobernador de California, actor y ex fisicoculturista, Arnold Schwarzenegger es vegano desde 2011 y dirigió un documental para desmitificar la relación entre el consumo de carne de vaca y el deporte de alto rendimiento. The game changers es presentado por James Cameron, Jackie Chan, Lewis Hamilton, Novak Djokovic y Chris Paul, y se trata de una nueva y revolucionaria película sobre la carne, proteínas y la fuerza.
Las personas veganas asumen la convicción de respetar íntegra y prioritariamente la conciencia y sintiencia de los animales por lo que rechazan cualquier tipo de actividad, en cualquier contexto, que los someta, explote y mate. Desde el consumo alimentario hasta la experimentación para cosmética, los animales son utilizados y obligados a padecer vidas de sufrimiento y dolor.
En Argentina, el movimiento vegano se afianzó desde 2010 con el incremento de grupos, asociaciones y fue in crescendo la población que desistió de consumir animales y ser parte del sistema que se sirve de ellos. Ana María Aboglio, abogada especializada en Filosofía del Derecho y Ética para los derechos animales, y fundadora de Ánima, la primera organización de Derechos animales de Latinoamérica, escribió “Veganismo”, el primero libro argentino sobre el movimiento.
“Desde el punto de vista individual, el especismo es un prejuicio por el cual desconsideramos los intereses de los otros cuando estos no son humanos, es decir, una discriminación moralmente arbitraria”. Además, definió que "una vía crucial utilizada para consolidar y perpetuar el uso de los otros animales como recursos es la utilizada por la denominada Industria Animal que se vale de prácticas discursivas y materiales vehiculizadas por instituciones marcadamente antroponcéntricas”.
En conmemoración de la fecha, este viernes desde las 17:00 se realizará en Buenos Aires la tercera marcha consecutiva por los Derechos de los Animales. La convocatoria es en Plaza de Mayo. La actividad se repetirá en todas las ciudades del país y del mundo.
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