Si a las personas se les diera un menú limitado de características para elegir en una pareja, ¿cuáles serían los no negociables? Eso busca explicar un nuevo e ingenioso informe que realizó la Universidad de Swansea en el Reino Unido. Los investigadores lograron que 2.700 estudiantes universitarios de cinco países revelaran qué características eran más importantes para ellos en un compañero para toda la vida.
El estudio, publicado en el Journal of Personality, comparó las preferencias de citas de estudiantes de dos países tradicionalmente considerados como "orientales" (Singapur y Malasia) y tres considerados "occidentales" (Australia, Noruega y el Reino Unido). El mismo ofrecía ocho atributos en los que los participantes podían gastar "dólares de pareja": atractivo físico, buenas perspectivas financieras, bondad, humor, castidad, religiosidad, deseo de tener hijos y creatividad.
Al principio, los participantes “gastaron” mucho en todo, pero a medida que su presupuesto se achicaba en cada ronda del estudio, tuvieron que limitarse a invertir en lo que realmente querían. Los resultados sugieren que, en general, los hombres muestran una preferencia por la juventud y la belleza, mientras que las mujeres muestran una preferencia por las buenas perspectivas financieras.
"Este es un hallazgo que surge una y otra vez dentro de la psicología evolutiva. La teoría más convincente es que los hombres y mujeres ancestrales evolucionaron para elegir parejas de manera que los ayudaran a reproducirse con éxito, y que los hombres y mujeres modernos continúan haciendo esto hoy", aseguró en una entrevista con la revista Time Andrew G. Thomas, profesor titular de Psicología en Swansea y autor principal de la investigación.
"Debido a que la fertilidad de las mujeres disminuye con la edad, los hombres ancestrales priorizaron la juventud y la belleza para asegurarse de elegir una pareja fértil. Del mismo modo, debido a que los recursos pueden facilitar la crianza de un hijo, y debido a que la capacidad de proporcionar recursos varía de un hombre a otro, las mujeres ancestrales evolucionaron para priorizar el estatus social para asegurarse de elegir un compañero que pudiera invertir en ellos y en su descendencia", continuó el especialista.
Como psicólogo evolutivo, Thomas sostiene que algunos comportamientos que surgen de manera consistente en todas las culturas son “universales humanos”. “Observar grupos culturales muy diferentes nos permite probar esta idea. Si descubrimos que los hombres y las mujeres actúan de manera similar en todo el mundo, entonces esto agrega peso a la idea de que algunos comportamientos se desarrollan a pesar de la cultura y no debido a ella”, explicó.
A su vez, el humor terminó siendo una prioridad en el grupo occidental, pero no en el oriental. Para los expertos el hecho de que el humor fuera importante no fue sorprendente, ya que existen algunas buenas teorías que lo sugieren. Sin embargo, la diferencia Este-Oeste sí fue sorprendente.
Después de reflexionar, llegaron a la conclusión de que esto se debe a que algunos de los rasgos incluidos en la investigación (por ejemplo, religiosidad y castidad) son más importantes en las culturas orientales que en las occidentales. Entonces, cuando los presupuestos se ajustaban, los participantes occidentales pudieron ignorar estos atributos y gastar más en humor, mientras que los orientales no pudieron hacerlo.
"Encontramos diferencias culturales para casi todos los rasgos. Sin embargo, en la mayoría de los casos, estos fueron simplemente una cuestión de grado. Por ejemplo, para hombres y mujeres de ambas culturas, el rasgo más importante, sin lugar a dudas, era la bondad. Esto supera con creces rasgos como la creatividad, la religiosidad y el humor. Sin embargo, hubo pequeñas diferencias culturales en la importancia que le daban a esta característica de la personalidad, pero el verdadero hallazgo es que este era constantemente un rasgo principal.
Diferencias significativas entre culturas y géneros
Una diferencia interesante fue la del deseo de formar una familia. Los datos arrojados por el estudio demostraron que esto no era una prioridad en la muestra oriental en absoluto. Sin embargo, dentro de la occidental, las mujeres le dieron prioridad, pero no los hombres. "En culturas donde la anticoncepción es generalizada, el deseo de una pareja por tener hijos puede predecir la probabilidad de comenzar una familia. Por el contrario, en culturas donde el uso de anticonceptivos está menos extendido, tener hijos puede ser una consecuencia natural del sexo dentro de una relación, lo que hace que el deseo real de tener hijos sea menos relevante", indicó Thomas.
Si bien el número exacto de dólares asignados a la bondad es diferente entre las culturas y el sexo, estos no cambian la conclusión general de que este rasgo es el primordial. "Sin embargo, -aseveró- sabemos que el contexto mata la bondad. En nuestro estudio, les pedimos a los participantes que diseñaran un ideal de pareja a largo plazo. Pero otras versiones de la investigación han pedido a las personas que diseñen un socio a corto plazo. Cuando esto sucede, la bondad tiene mucha menos prioridad".
A menudo, la creatividad queda en segundo plano frente a la mayoría de los otros rasgos, y este patrón se repitió en la comparación intercultural. Para los investigadores, las personas creativas altamente exitosas, como músicos y artistas, a menudo son compañeros muy deseables, pero tal vez lo que realmente se valora aquí no es la creatividad como tal, sino el estatus social que lo acompaña.
"Si los hallazgos de nuestro estudio son correctos, entonces los hombres podrían aumentar su atractivo en mayor medida al enfocarse en el desarrollo de sus perspectivas financieras en lugar de su creatividad o religiosidad. Y esta táctica puede ser tan exitosa en Noruega como en Malasia", concluyó.
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