Ella es Carmela Bustelo, oriunda de Bahía Blanca y tiene 23 años. Viajó hace unos años a Buenos Aires para estudiar Arquitectura, carrera a la que, luego de cuatro años, tuvo que poner en pausa y dejarla de lado con la esperanza de algún momento poder recibirse. Es que en el 2017 su vida dio un vuelco inesperado cuando le detectaron un linfoma de Hodgkin. Sin embargo, lejos de derrumbarse, replanteó sus planes y siguió para adelante de una manera que no imaginaba: creó un emprendimiento llamado House of Cholas, para el que diseña turbantes y vinchas aptos para pacientes en tratamiento oncológico.
La historia de “Chola", como la llaman a Carmela sus amigas y familiares, se revolucionó durante los últimos días de octubre del 2017, el mismo día que cumplía años una de sus mejores amigas. “Durante seis meses tenía tos seca. Estaba en cuarto año de Arquitectura a punto de recibirme, me quedaba un año. Me enfermé, tenía mocos, un resfrío y fui a la guardia del hospital a que me hagan una placa y ahí salió que tenía un tumor de 16 centímetros”, recuerda.
"Literalmente se te viene el mundo abajo, pero desde el primer momento opté por ir adelante por hacer por lo que tenía que hacer. Les pregunté a los médicos qué era lo que tenía que hacer, si me tenía que operar y cómo me tenían que tratar y ahí arrancó todo”, contó en diálogo con Infobae en el showroom de House of Cholas del barrio de Palermo.
Con el turbante diseñado por ella y con la voz entrecortada, la futura arquitecta dijo: “Lo más fuerte que me dijeron fue la palabra tumor. Lamentablemente todos conocemos a alguien que tuvo cáncer o un tumor o una quimio y no se sabe bien qué es hasta que uno lo pasa, así que cuando me dijeron la palabra tumor me dio mucho miedo y me largue a llorar”.
El día que fue al hospital, un médico le dijo simplemente: “Un tumor no es más que una masa que produjo tu cuerpo que no tiene que estar ahí, lo vamos a tratar, a operar para achicarla y poder sacarlo”. Así, logró calmarse un poco.
“Justo ese día, el 28 de octubre a las 12, osea el 29 de octubre, era el cumpleaños de mi mejor amiga y teníamos todo preparado para salir. Teníamos la fiesta de Halloween de disfraces y les tuve que escribir que no iba a ir, les dije que no podía ir, que al día siguiente les contaba. Al día siguiente les conté todo y vinieron al hospital con una torta y festejamos el cumpleaños juntas en el hospital. Aunque fue muy fuerte, estuvieron desde el primer momento poniéndole onda, sumándole poniéndole actitud y alegría”, recuerda entre risas, orgullosa de sus amigas.
-¿Qué es lo que más extrañas de la Carmela anterior?
-No te podría decir algo que extrañe de la Carmela anterior porque soy bastante personaje, incluso con el tratamiento y la enfermedad, yo seguí mi vida; esto para mí es un paréntesis, yo soy la misma Carmela de siempre. Sí ha habido momentos en los que me tuve que limitar un poco, por ejemplo, no podía ir a la cancha de River, que para mí es fundamental todos los domingos. Ahora por suerte puedo salir con mis amigas, puedo ir a la cancha, todo siempre con responsabilidad, y tomando recaudos: me tengo que cuidar del sol, no puedo tomar alcohol. No sé si extraño a la Carmela de antes, creo que fue una etapa de mi vida. A mí me tocó pasar por esto, hay gente a la que le toca pasar por otra cosa y es parte de la vida.
- ¿Hoy cómo está tu tratamiento?
- Hoy estoy muy bien por suerte. En febrero me hice un autotrasplante de médula y ahora sigo con todos los chequeos y con el tratamiento, viendo a ver si hago rayos.
Tras el diagnóstico de aquella madrugada de octubre, la joven confiesa que nunca en sus 22 años (edad que tenía en ese momento) se había tratado en terapia. Su mamá le presentó entonces a Eve, su psicóloga, a quien considera como un ángel salvador. Actualmente sigue siendo su especialista y Chola recuerda un gran gesto: “Ella fue la que me prestó sus turbantes, porque ella pasó por lo mismo que yo hace unos años. Me prestó sus turbantes y ahí con telas que había en mi casa y con camisas mi mamá me mandó a hacer vinchas y turbantes parecidos a los de Eve para que yo pueda usar en el tratamiento y en el verano”.
“Las chicas por Instagram me empezaron a preguntar dónde las compraba y mis amigas me las pedían para salir. Y ahí me dijeron ‘por qué no hacés un emprendimiento para distraerte vos y también para ayudar al resto de las chicas para que se puedan sentir lindas y cancheras, con onda y que no necesariamente se tengan que poner un pañuelo aburrido y que el turbante no sea una marca registrada de la enfermedad sino un accesorio más para la cabeza’ y así nació House of Cholas", resumió.
-Te siguen un montón de chicas y te escriben por tus looks. ¿Te gusta mucho la moda?
-Sí, me encanta la moda desde muy chiquita, pero fue todo muy orgánico, nunca lo busqué y lo re disfruto; no fue por eso que empecé a contar mi historia pero se re prendieron y está bueno porque me siguen chicas de todos los gustos. Hay chicas que me siguen porque están pasando por una situación parecida a la mía y lo ven como una motivación; hay otras que me siguen porque les gusta lo que me pongo y cómo lo uso y me siguen para inspirarse en sus outfits. También hay chicas que se ríen con mis historias y les causa gracia y las miran, hay de todo, pero mi pasión por la moda fue desde muy chiquita.
-¿Cómo ves las redes sociales? ¿Te gustan?
-Me encantan las redes sociales, pero son un arma de doble filo sobre todo Instagram. Es una gran responsabilidad, mostrarme tanto y ser una “referente” de alguna manera. Por eso no me gusta mucho la palabra influencer porque es una gran responsabilidad influenciar, sobre todo porque no sabés quién te ve del otro lado, entonces no sabés cómo lo puede tomar o cómo puede reaccionar. Yo trato de mostrarme como soy, las cosas buenas, las cosas malas, de una persona. Me mostré desde haciendo una quimio, hasta si me voy de viaje o estoy con mis amigas y salgo. Por suerte la gran mayoría son mensajes buenos y positivos y son con respeto y buena onda. Sin embargo, nunca faltan los haters pero es cosa de ellos y trato de no engancharme con las cosas malas que dicen.
-Hablaste sobre tu fanatismo por River, del 1 al 100, ¿cuán fanática sos?
- 1 millón. Me hizo muy fanática de River mi papá y con él vivimos muchos años separados porque yo vivía en Bahía Blanca y él acá en Buenos Aires así que nos veíamos cada dos meses y ahora poder ir todos los domingos a la cancha con él es lo más, me llena el corazón y compartir esta pasión con él, me encanta y es algo único. Ir a la cancha es el mejor plan del mundo. Nuestro grupo de Whatsapp se llama “Soldados del Muñeco” (por Marcelo Gallardo) y todo el tiempo estamos mandando noticias de River.
-Por último, ¿qué mensaje le podrías dejar a las chicas que están pasando por la misma situación que vos?
-Que se rodeen de la gente que aman y que les hace bien, que hagan cosas que les llenen el corazón, que son muchísimo más grandes los fantasmas que lo que es en realidad, que no tengan miedo y que todo se puede. Con paciencia, algunos llevan más tiempo, otros son más dolorosos pero se puede.
Por su historia y lucha, Carmela Bustelo, el día miércoles 9 de octubre a las 18 horas en la Legislatura Porteña, será declarada como “Personalidad Destacada de la Juventud de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires”.
“Este reconocimiento que me van a dar en la Legislatura creo que es por ser una chica joven que tomó la iniciativa frente una adversidad de tener una enfermedad en un momento tan complicado y emprender, apostando al país, armando una marca y un emprendimiento. Para mí es un orgullo que no lo puedo creer y está buenísimo darles a los jóvenes este espacio para mostrarse, sobre todo a los pequeños emprendedores que la remamos mucho. Porque si se hace con amor, dedicación, trabajo y esfuerzo, todo se puede”.
Fotos y video: Matías Arbotto
Edición de video: Carolina Villanueva
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