Aunque muchos se imaginan que ser parte de la realeza es sinónimo de castillos, coronas y fiestas de gala, ser miembro de la familia real británica es un trabajo de tiempo completo regulado por muchas normativas. Lo que visten hasta lo que comen y cómo actúan está dictado por un protocolo rígido. Formar parte de la corona británica tiene sus beneficios pero también conlleva responsabilidades y sacrificios.
Desde ingresar a un salón en un cierto orden establecido hasta no cruzar las piernas y mantener sus faldas de cierto largo, existe un libro extenso de normativas estrictas que Kate Middleton, Meghan Markle y otros miembros de la familia real siguen mientras están en servicio real.
Según Greg Agnew, un fanático real que asistió a una de las fiestas en los jardines de Buckingham que organiza la reina Isabel II en 2017, a los fanáticos no se les permite tomar selfies con los miembros de la realeza porque "no quieren que la gente les de la espalda". Y aunque el Palacio de Buckingham aún no ha comentado sobre las afirmaciones, Meghan Markle lo confirmó en el pasado cuando en su primera caminata real en Nottingham, Reino Unido, después de su compromiso con el príncipe Harry se disculpó con los fanáticos: "No se nos permite tomarnos selfies".
"Lo único que exigían mucho era que no se tomaran selfies, y la razón era que no querían que la gente le diera la espalda a la familia real ni la reina. Y eso era muy importante para ellos", explicó Agnew en una entrevista con Insider. A su vez, aseguró que a los fanáticos no se les permitió acercarse a Kate Middleton y al príncipe William, que asistieron a la fiesta.
Sin embargo, algunas de estas reglas, incluido el no contacto físico con los fanáticos, han sido violadas por ambas Kate Middleton y Meghan Markle en el pasado. Abrazar a la realeza también está prohibido por razones de seguridad y por respeto a sus posiciones, pero en el marco de la celebración del Día Internacional de la Mujer y cuando Sophia Richards, de 10 años, le dijo a Harry que quería ser actriz y conocer a Markle, ella la abrazó.
Cuando se encuentran con miembros de la familia real, los hombres deben hacer una inclinación con el cuello y las mujeres una reverencia. "No es una genuflexión hasta el suelo, es una inclinación de la cabeza, las manos tras los costados, un pie detrás del otro, doblar las rodillas y mantener la espalda recta", explicó William Hanson, experto en protocolo y etiqueta real.
Si bien un beso (siempre comenzando con la mejilla derecha) es correcto en los Estados Unidos, y dos en el Reino Unido, en la cultura real británica, un apretón de manos para un saludo en circunstancias comerciales o sociales es lo más acertado. Un abrazo como saludo inicial podría resultar ofensivo, salvo en situaciones meramente sociales compartidas con gente conocida.
A los reales tampoco se les permite firmar autógrafos por razones de seguridad para evitar que se falsifiquen sus firmas o letras, pero eso no impidió que la duquesa de Sussex firmara el libro de autógrafos de la pequeña Caitlin Clarke, de 10 años, en una visita al Castillo de Cardiff en Gales.
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