Quién es Wala, el exótico peluquero de los más famosos cantantes de trap

Elegido por reconocidos artistas del género, abrió las puertas de su salón a Infobae, y reveló cómo comenzó su pasión por la peluquería y cómo llegaron a contactarlos los máximos referentes del trap, entre ellos Duki

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El cantante de trap Duki lo elige para sus cambios radicales. La influencer, María Becerra también confía en él para teñir de colores su cabellera, y recientemente el trapero C.R.O pasó por su peluquería para que le cambie el look. Ellos son algunos de los clientes de Wala, y se fían ciegamente en las manos del estilista que confiesa que antes de diciembre no usaba las redes sociales, y que un día para el otro, le cambió la vida.  "Es muy loco saber que va haber un millón de chicos que van a ver lo que le voy a hacer en pelo. Realmente me cambió la vida bastante. Tomarme un bondi y que la gente me salude y y me pida una foto es muy loco".

Wala tiene su salón en el corazón de Belgrano, sobre la calle Amenábar, que está a punto de ser remodelado a nuevo. Con una estética muy particular y ambientada con grafittis y con los Simpsons en todas las paredes, el estilista de los cantantes de trap recibió a Infobae para contar los secretos que hay detrás de los colores fantasía que piden todos los traperos.

Su historia con las tijeras comenzó a los 16 años. Él sabía que quería hacer algo relacionado con la moda y las tendencias, pero no lo tenía bien definido. Fue entonces que su hermana comenzó a trabajar en una conocida peluquería de cadena y él arrancó con ella. De a poco, el pequeño Wala fue aprendiendo todo lo que hoy sabe: desde barrer hasta hacer trenzas, rastas y cortar el pelo.

Wala, el estilista elegido por
Wala, el estilista elegido por los cantantes de trap

-¿Quién te enseñó todo lo que vos fuiste aprendiendo?

-En el primer lugar donde yo trabajaba tenía como un proceso de aprendizaje. Si bien tenías cosas pautadas para hacer, pasabas por diferentes puestos, arrancabas barriendo e ibas aprendiendo cosas de peluquería. Después, me empezaron a interesar los pelos en serio. Yo tenía referentes pero también fue cuestión de probar. Cuando yo empecé no se hacían los colores fantasía, y era quedarme después de hora probando cosas, haciendo pelos blancos y colores fantasía. Te hablo de 10 años atrás que era muy loco, donde no había casi información, no había YouTube y era experimentar y jugármela.

– ¿Cómo describirías vos tu estilo?

– Busco no encasillarme en nada y que la gente conecte con lo que a la persona realmente le pasa. Hay muchas cosas que tienen que ver con la vida cotidiana y otras que no. Hay muchas veces que uno se termina encasillando porque la moda es así y terminás siguiendo las tendencias.

– Entonces, ¿se puede decir que no sos de seguir las tendencias en pelo?

– No, para nada, no las sigo, las invento. Hago lo que "me pinta". Borro todo lo que tengo en la cabeza, conecto con la persona, veo lo que le pasa, lo que siente, cómo se expresa con su imagen y busco sentir que trabajar en su cabeza va a ser única y auténtica, para ser diferente, porque sino sos un clon más.

Los sillones de la peluquería
Los sillones de la peluquería de Wala son con grafittis y patches de recortes de revistas

– Cuando viene algún cliente con alguna idea diferente, ¿cuál es tu reacción?

– Por lo general la gente ya está acostumbrada a venir y ya viene con ideas súper locas. Antes era un sueño. Antes quizás no, porque tenía que convencer a gente a que se lo haga y era un poco jugado decirle "hacemos una mecha rosa". Ahora la gente viene predispuesta. Hoy me dicen, "hacé lo que quieras". Antes tenías que pedirle por favor a la persona que se lo hagas y hasta he regalado colores fantasía, solo con el hecho de saber que en algún momento esto se iba a ver e iba a "hacer ruido". Antes la gente nos miraba raro y no entraba. Pasamos de eso a que la peluquería esté llena.

– ¿Hace cuánto empezaste con los colores fantasía?

– Se dio muy rápido, no tenía referentes y no era algo que se usaba acá en Argentina. Había gente que había "flasheado" en usarlos, y para mí ir afuera no me interesa y me parecía una pavada de los noventa que nunca me copó mucho. Para mí, dentro de lo que uno tiene y de las herramientas en el lugar en donde está, si no hace lo máximo posible, esperar a que alguien lo haga por vos es malísimo. Acá mucha gente se preocupa por su estética, y preguntaba por la calle cómo se teñía su pelo de color y me decía que con papel crepé. Entonces desarrollé yo un arte que no existía.

Partes de autos tampoco faltan
Partes de autos tampoco faltan en las decoraciones en los techos de la peluquería de diseño en Belgrano

– ¿Qué recaudos hay que tomar si se quiere teñir el cabello con colores fantasía?

– Siempre hay que priorizar la calidad del pelo, porque quizás vos haces un color lindo, pero la calidad no está bien y no se luce tanto,. Es como tener una linda remera, pero si está rota no sirve y pierde impacto.

– ¿Asesorás con las tonalidades?

– Si, tratamos de asesorar sin imponer nuestras ideas. Es tomar lo que ellos traen con lo que nosotros sabemos y ponernos a trabajar en ello. Hacer las preguntas correctas es lo que te lleva a un color correcto. No se lo cuestionás, pero sí se lo hacés pensar. Y lo que hacemos con los colores fantasía es que son creados en el momento, y que la experiencia sea algo único para vos.

– ¿Qué fue lo más extraño que hiciste?

– He hecho desde dibujos hasta animal print en pelos lacios. Rapé una cabeza y la hice toda de cebra. No tenés límites con el pelo. Ahora estoy desarrollando unas nuevas tinturas que brillan en la oscuridad y cambian con la temperatura. Es un campo muy desarrollado a diferencia de la indumentaria.

El mundo del trap 

“Un día me desperté y tenía miles de mensajes con tildes azules y dije ‘de dónde me sacaron estos locos’. Realmente estás en todas partes en todo el tiempo si estás en las redes”

– Sos el estilista de todos los traperos de nuestro país…

-Sí, me parece re loco porque con toda la movida de las redes sociales… Arranqué en diciembre, antes no usaba y las personas que conocía era por el boca en boca, y en un momento dije: "Vamos a empezar a usarlas, voy a mostrar lo que hago". Yo me estaba por comprar una moto y dije, mejor me compro un celular bueno para mostrar con mejor definición, porque vos podés hacer un pelo increíble pero sacás una foto que no puede captar todo lo que vos hiciste y hasta parece feo el color. Y esto fue de un día para el otro, porque subía fotos y tenía el celular estallado con 1.000 mensajes. Si bien yo entendía cómo funcionaban las redes, no entendía que eran tan masivas y tan instantáneas, me pasó de no usar redes a que por día me agreguen 10.000 personas.

Entre todas esas personas me empezaron a agregar influencers. Con los chicos del trap fue muy loco porque un día me contrataron, fui a vestirlos para un videoclip y lo bueno es que lo conecté desde un lado más real. Son chicos jóvenes que están preparados para otro tipo de mundo, vienen desde abajo, tienen sus sueños y al no tener tanta diferencia de edad estuvo bueno y entendí todo lo que generaba, tener influencia sobre los influencers. Me hacían caso en todo lo que yo les decía.

Cualquiera de los videoclips tiene 100.000 millones de visitas y me llegó a dar un poco de adrenalina. Hoy en día esto ya lo naturalicé y trato de que no me afecte porque soy un tipo normal que hace pelos, pero sí recibo mensajes de todas partes del mundo diciendo "che, quiero que des cursos, workshops" por haber visto un video.

El estilista en plena acción.
El estilista en plena acción. Desde los 16 años ejerce la profesión sin haber estudiado. Con grandes maestros, Wala tiene su propia peluquería y los millennials lo eligen y confían en el

– ¿Terminaste formando amistad con ellos?

– Sí, pero igual estás muy cerca. Pensá que estás en la peluquería y sos vulnerable, estás dándole tu cabeza y la seguridad a otra persona. Vos venís con tu pelo y sé todo lo que te puedo hacer. Pero de ahí a conectar es un trabajo muy minucioso. Yo puedo tener toda una expectativa de todo lo que te puedo hacer, pero hasta no conocer un poco de tu historia es muy difícil llegar a eso. Hay algunos a los que atiendo en casa porque se "pasan de famosos". A varios ya los considero amigos. Si bien venden eso de "estamos re locos", son chicos re normales que quieren verse lindos y quieren transmitir cosas piolas y entienden que su imagen trasmite un montón. Duki por ahí tiene un pegue más fuerte con la gente. Juego dentro de la facha que tiene uno y la potencio a lo máximo que él se anime. A Duki le he llegado a hacer un cuadrado en la nuca y al otro día tenía una fila de 1000  fanáticos queriéndose hacer lo mismo, que eso me copa, pero la idea es que no se haga en masa.

– ¿Te pasó que te digan "quiero el mismo look de Duki"?

– Sí. Lo acabo de lookear y al segundo tengo 1000 mensajes de gente que se quiere hacer lo mismo es súper loco.

Fotos y video: Lihue Althabe

Edición: Augusto Fornaciari

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