Por mucho que pasen los años, y la cultura evolucione abriéndose a otras alternativas de ver la vida en pareja, aún no se ha conseguido una fórmula mágica que asegure para siempre la felicidad y/o perdurabilidad de un matrimonio. Sin embargo, que la monogamia pende de un hilo debido a que la vida está llena de tentaciones que junto a la monotonía de la rutina y el estrés diario provocan en general una menor conexión en las parejas que llevan años juntas, es moneda corriente.
Las relaciones, como todas las cosas, cambian con el tiempo. Y si bien hay muchas cosas hermosas sobre un compromiso a largo plazo con alguien, mantener la chispa viva a veces puede ser un desafío. Se sabe que a nivel mundial, al menos 200 millones de personas utilizan los servicios de citas en línea cada mes y ante las dificultades adversas que atraviesan las parejas, las personas buscan cada vez más consuelo en sus amantes.
Según los registros de Second Love, un sitio online exclusivo para infieles, respecto del año pasado se produjo un crecimiento de un 30% en la cantidad de usuarios debido principalmente a que en época de crisis económica la búsqueda de una relación paralela aumenta considerablemente. "Lo mismo sucedió en la versión europea del sitio durante la gran crisis financiera que afectó a Europa entre 2008 y 2010", aseguran desde la compañía.
"En momentos de crisis las personas están más predispuestas a sentirse irritables, intolerantes, ansiosas, y a menudo todos estos síntomas tienden a repercutir directamente en la pareja. Frente a esto, las parejas se resienten y la separación, con todo lo que implica, incluido el costo económico, no parece ser una alternativa posible. Por eso muchas personas prefieren continuar con sus relaciones estables y buscar reducir el estrés diario con una aventura paralela", aseveraron.
Según datos arrojados por una investigación que realizó el sitio para amantes en línea, el 54% de los usuarios señala las dificultades económicas como uno de los principales motivos de su infidelidad, dejando en un segundo lugar la poca frecuencia sexual en su pareja (30%) y la monotonía de la rutina diaria (16%) -motivos que siempre han sido señalados como los principales-.
"Nuestra base de usuarios se encuentra en constante crecimiento y los momentos de crisis claramente generan que las personas busquen un escape en un amorío que les provoque un alivio temporario y así lo vemos reflejado con el aumento abrupto de usuarios este último año", explicó Anabela Santos, manager regional de la compañía.
"Es cierto que 'algo sucede en la pareja', simplemente porque la convivencia la fustiga permanentemente con las miserias de la cotidianidad. Las parejas suelen sucumbir frente a la rutina, resignándose hasta que el tiempo, el efecto mágico de un viaje o la psicoterapia de pareja, brinde alguna alguna esperanza. Y en este contexto aparece la figura del amante: como fantasía, como deseo, como realidad", aseveró en diálogo con Infobae Walter Ghedin, médico psiquiatra y sexólogo.
Inquietos, ansiosos y buscadores de novedades
Para Ghedin, la ciencia se ufana en haber encontrado en los genes algunos indicios de la conducta infiel, sin embargo los resultados no la explican, aunque dan algunas pistas para entender la intención del "tramposo". "Si ponemos en una balanza los múltiples factores que afectan al vínculo amoroso: pérdida de intensidad sexual, rutina o falta de intimidad por la presencia de los hijos, serán más influyentes que cualquier determinante genético. No obstante, si se combinan estos condicionantes interpersonales con los biológicos la fuerza para la infidelidad tendrá más vigor", aseguró.
Más del 90 % de los hombres y el 80 % de las mujeres tienen fantasías sexuales con personas que no son su pareja. La infidelidad es una conducta de autocontrol mediada por pautas sociales, culturales y morales, más que por factores biológicos. No obstante, estudios realizados en la Universidad de Indiana, y otras investigaciones publicadas en 2011 en Archives of Sexual Behavior, acuerdan y concluyen que las personalidades inquietas, ansiosas y buscadoras de novedades ("novelty seeking" en ingles) son más propensas a las conductas infieles cuando se sienten insatisfechos en su vida marital.
"Es posible que estos sujetos -continuó- esperen mucho más de la relación de lo que ésta puede brindarle, o bien, sienten que la vibración que ellos le imprimen no encuentra eco en el otro. De estos resultados podemos deducir que hombres y mujeres con niveles altos de excitabilidad requieren que sus parejas estén a su altura en la búsqueda de variantes para mantener la intensidad del vínculo".
El perfil del infiel más frecuente
El rango etario se amplió y ahora se observan más solicitudes de personas mayores de 50 años quienes se conectan con más frecuencia, algo que nunca antes había sucedido. Actualmente, la mayoría de los usuarios en Argentina tienen entre 35 y 55 años, son profesionales, poseen estudios universitarios y tienen uno o más hijos.
Para el médico psiquiatra Juan Eduardo Tesone, miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), la infidelidad es una conducta que puede ser ocasional o repetitiva. Puede estar integrada en el vínculo, en cuyo caso no se vive como algo condenatorio, o puede ser una herida para la otra persona.
"La infidelidad puede significar muchas cosas, y no necesariamente una patología. Puede ser la consecuencia de un vínculo que se ha desgastado, producto del desenamoramiento, puede ser la expresión de una crisis pasajera de la persona o una actitud compulsiva que se repita regularmente", indicó en diálogo con este medio.
Sin embargo, el especialista sostiene que está demostrado que existan rasgos comunes o un tipo de personalidad particular de quien es infiel, dado que todo dependerá del tipo de acuerdo de cada pareja. "Se puede llegar a dicho acto por caminos y personalidades muy diversas", concluyó.
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