La pregunta sobrevuela la mente de más de un padre o madre. Algunos observan con preocupación -o prurito- que su hijo no gusta de jugar a la pelota como el resto de sus amiguitos. Otros, sin decirlo, dudan sobre el real motivo que lleva a su hija a preferir los autitos a los vestidos de princesas. Porque los juguetes no tienen género, es verdad, pero lo cierto es que esas primeras manifestaciones de preferir juegos o juguetes que se asocian estereotipadamente con el "otro sexo" pueden ser las primeras señales.
Hoy la ciencia acepta que las expresiones características del género, incluidas las identidades (cómo la persona se autopercibe) que no están asociadas con el sexo asignado al nacer es un fenómeno humano común, culturalmente diverso que no debe ser juzgado como patológico negativo. Entonces, que el sexo no corresponda con el género hoy es un fenómeno que no debe ser consignado o tomado como patológico.
En el último tiempo se conocieron dos casos de hijos de reconocidas actrices que manifestaron no sentirse a gusto con el género "correspondiente" al sexo con el que habían nacido.
“Yo también pensaba que era un niño, hasta que cuando tenía tres años, me miró y me dijo: ‘¡No soy un niño!'”, contó la actriz Charlize Theron sobre su hijo Jackson
A los 11 años, Shiloh, la hija de Angelina Jolie y Brad Pitt, comenzó a tomar hormonas para que su cuerpo no se desarrolle como el de una mujer y convertirse definitivamente en el niño que siempre quiso ser. Desde muy pequeña se había encargado de dejar en claro que se sentía más cómoda como un niño, al punto de que con sólo cuatro años transformó su look por completo, se cortó el pelo y cambió sus vestidos de niña por ropa masculina.
En una entrevista reciente con el medio británico Daily Mail, Charlize Theron reveló sobre su hijo Jackson: "Yo también pensaba que era un niño, hasta que un día, cuando tenía tres años, me miró y me dijo: '¡No soy un niño!'". "Tengo dos hijas hermosas que como madre quiero proteger y ver prosperar. Mi trabajo es celebrarlas, amarlas y asegurarme de que tengan todo lo que necesitan para ser quienes deseen ser. Haré todo lo que esté a mi alcance para que tengan ese derecho y estén protegidas", aseguró la primera vez que se refirió al tema.
Para empezar, corresponde definir algunas cuestiones esenciales, como que "sexo es una cosa y género es otra".
"El sexo está básicamente ligado a los aspectos biológicos de los seres sexuados. Hay una forma de entender a las personas a través de su biología y generalmente está catalogado de manera binaria en varón – mujer sobre la base específicamente de características corporales, genitales. E históricamente se asoció de alguna manera, que al nacer en un sexo te corresponde un género, y el género es algo diferente". El médico psiquiatra Adrián Helien (MN 66698) explicó a Infobae que "el género es una construcción, un concepto cultural, político, psicológico y antropológico que alude a la clasificación subjetiva y social de las personas. Básicamente, el género es como cada uno se autopercibe -como varón, mujer, o fuera del binario- y cómo quiere de alguna manera insertarse socialmente, y ahí aparece la primera deconstrucción".
"Sexo y género no son la misma cosa y tenemos que de alguna manera deconstruirlo y separarlo. Antiguamente el sexo era mandatario y si nacías con un sexo -binario, como era conceptualizado- te adjudicaban un género que debía estar alineado con ese sexo, hoy sabemos que eso no es así", insistió.
Helien es coordinador del grupo de Atención a la Niñez y Adolescencia Transgénero del Hospital Durand, uno de los únicos dos equipos interdisciplinarios que abordan en el país el fenómeno de la niñez y la transexualidad (el otro funciona en el Hospital General de Niños Pedro de Elizalde) y marcó que existen señales previas o comentarios que dejan ver en un niño esta tendencia.
Sexo y género no son la misma cosa y tenemos que de alguna manera deconstruirlo y separarlo
"Hay niños, niñas, niñes (y hablo en neutro porque hay personas que no se perciben ni varón ni mujer) que a partir de los dos años pueden expresar que no se identifican con el sexo biológico en el que han sido asignados. Pueden comenzar a expresar esta sensación de no autopercepción porque de alguna manera no se sienten bien o con sus características físicas o con el rol genérico que les asignaron al nacer", comenzó a explicar el especialista, que también preside el capítulo de Sexología y Diversidad de la Asociación de Psiquiatras Argentinos (Apsa) para quien "esto se puede comenzar a expresar con preferencia de ropa, de juegos o juguetes estereotipadamente asignados en 'los mundos del rosa y del celeste', y es posible que se asocien con ropas, juguetes y juegos que se asocian estereotipadamente con el 'otro sexo' o prefieren jugar con compañeras y compañeros del sexo opuesto al biológico".
– ¿Qué es recomendable que haga un padre, madre o familiar a quien su hijo le plantea que su sexo biológico no corresponde con el género con que se autopercibe?
– Lo primero es escucharlo y validar el relato. Este relato no es caprichoso ni casual; de alguna manera lo que hay que evaluar es el grado de insistencia, persistencia y coherencia en el planteo. Y lo segundo es aceptarlo. Y esto es muy importante porque es ahí donde se juega probablemente la calidad de vida de ese menor y algunas situaciones más complejas que deberían ser escuchadas.
Como cualquier chico, chica, chique los padres tenemos una función importante que es vital que no se pierda. La función paternal no debe perderse. Todo niño, niña, niñe necesita básicamente el afecto de sus padres, la educación, la protección y también los límites que pone ese padre. Primero no hay que perder de vista lo importante: el adulto responsable primero tiene que escucharlo y validarlo en el relato. Puede ser una cosa transitoria (si es un juego va a desaparecer, si es algo esporádico se va a diluir en el tiempo), pero cuando es insistente, persistente, coherente o consistente respecto a esta demanda de percibirse fuera del sexo al que se asignó en el nacimiento hay que escucharlo.
– ¿Cuáles son los principales temores de los padres?
– Los principales temores de los padres de niños o adolescentes con expresiones trans están basados, primero en el desconocimiento, en el miedo acerca de situaciones que son prejuiciosas y que hemos oído todos de alguna manera de la representación del colectivo LGBT que está asociado a un futuro negativo o situaciones negativas. Los estereotipos negativos asociados a las personas trans son la base de los prejuicios que luego van a llevar a la transfobia.
Los principales temores de los padres de niños o adolescentes con expresiones trans están basados en el desconocimiento, en el miedo acerca de situaciones que son prejuiciosas
Básicamente los padres tienen miedo de haber sido los causales de esta situación ("algo hice para que mi hijo sea trans") y eso es totalmente prejuicioso porque en verdad no se sabe por qué las identidades cis (el término hace referencia a aquellos individuos cuya identidad de género coincide con su fenotipo sexual) o trans se conforman; se sabe que hay una base biológica y algo que tiene que ver con la interacción social, vínculos tempranos, etc, pero no se sabe cómo se conforma ninguna identidad, ni cis ni trans, que por otro lado, son perfectamente normales y no tienen nada de malo. Ninguna identidad es patológica.
– ¿Y de los niños?
– Los niños, niñas, niñes a veces tienen miedo de expresarse. Primero, a veces no saben lo que les pasa, tienen miedo de expresarlo, a veces no tienen las palabras o conceptos porque básicamente las palabras que tenemos para expresar las identidades son binarias y los chicos, chicas, chiques tienen miedo de perder el afecto de sus padres, de comunicar y ser castigados por sus pares, de no ser aceptados. Es una situación importante porque todos necesitamos en algún punto ser validados en nuestras identidades por eso es importante decir que todas las identidades son normales, no hay identidades patológicas y que hay tantas identidades como personas y todas son válidas y merecen ser validadas, escuchadas y cada uno merece poder expresarlas socialmente de manera legítima. Cada forma de autopercepción tiene una forma de expresarse socialmente también válida.
– ¿Cuáles son los principales escollos que plantean los padres? ¿Son reales o mitos? (por ejemplo si plantean que su hijo va a sufrir con el cambio)
– Lo que hay que evaluar es el grado de sufrimiento que tiene el chico y lo que hay que evaluar es el grado de sufrimiento que tiene el chico y lo que no se ve acá es la pregunta contraria: cuánto sufre este chico cuando no puede vivir fuera de su género. Va a sufrir muchísimo y va a tener una limitación importante en su calidad de vida.
Lo que hay que tener en cuenta es la incomodidad que tiene con su cuerpo, o cuánto va a sufrir por no poder expresar socialmente la identidad con la que se autopercibe. Hay un sufrimiento porque a veces el cuerpo no representa la identidad de género y a veces también está asociado esto a la otra parte de la identidad, que es la expresión de género o el rol de género, es decir, cómo elijo vivir expresando este género.
En vez de plantearse cuánto su hijo va a sufrir por los cambios hay que ver cuánto su hijo va a sufrir si no cambia o si no puede vivir en su género y ese es el monto de sufrimiento mayor que hay que evaluar primero, después vemos todo lo que implica la transición, que es cómo ese niño, niña, niñe va a llegar al punto en el que se siente bien con su identidad.
La atención de la niñez trans exige una formación que no existe en las carreras de medicina ni psicología
– ¿A qué profesional debería recurrir?
– La atención de la niñez trans exige formación que no tenemos en las carreras de formación médica y psicológica. Es un déficit casi inexplicable que no haya formación en salud transgénero (en medicina no lo hay ni en pregrado ni en posgrado) entonces es muy complejo saber a quién recurrir. Simplemente lo que hay que tener en claro es que deben ser profesionales de la salud que estén formados en salud transgénero, que hay muy pocos en la Argentina. De hecho hay sólo dos equipos interdisciplinarios que atienden salud transgénero: uno de ellos es el que funciona en el Hospital Durand, que yo integro y que en el último tiempo hemos decidido empezar con lista de espera por estar desbordados respecto a nuestra capacidad de atención y a la cantidad de gente que estamos atendiendo (actualmente atienden 70 niños y adolescentes y brindan acompañamiento a sus familias y grupos de pares) con muy pocos recursos.
En general, se necesita un equipo interdisciplinario porque se requieren múltiples especialistas para acompañar la niñez y la adolescencia transgénero. En ese sentido, se aconseja que haya pediatra, hebiatra, que es el especialista en adolescencia, especialistas en salud mental, psiquiatría, clínica médica con formación en género. A veces se necesitan intervenciones específicas de endocrinólogos infanto juveniles y también, en adolescentes y adultos jóvenes, puede requerirse algún tipo de intervención quirúrgica.
No hay una intervención única para cada niño, niña, niñe o adolescente; va a requerir distintos acompañamientos e intervenciones que tienen que ser evaluadas por este equipo en forma única, individual, subjetiva y personal.
– ¿Cómo se debe proceder con sus grupos de pertenencia? (amigos, colegio, actividades extras, familia)
– Cada niño, niña, niñe va a transicionar hacia su identidad autopercibida en sus propios tiempos y en sus propios momentos. Lo que sí es cierto es que cuando lo expresa y no puede tolerar vivir fuera de su género (esto es algo difícil de comprender para quienes no están cercanas a la temática trans, pero debe saberse que esto no es un capricho, es una situación consistente con la historia genérica y la persona no puede vivir de otra manera por un montón de situaciones que afectan a su calidad de vida) la primera palabra que recalco todo el tiempo es la aceptación.
La aceptación salva vidas y no en un sentido metafórico sino real porque hay estudios que demostraron que los chicos, chicas, chiques con identidades trans que no son aceptados tienen un riesgo suicida de ocho veces mayor que los que sí son aceptados.
Los niños, niños, niñes y adolescentes tienen derechos y la identidad es el derecho más profundo que cualquier ser humano puede tener
En algún momento, cuando el niño, niña, niñe sale del closet y empieza a hacer la transición hacia el género autopercibido y empieza a poder hablarlo con sus padres, que deberían poder escucharlo y aceptarlo; del mismo modo lo hará con su red de amigos y debería poder hacerlo en el momento que lo considere en el colegio y al resto de la familia.
En este punto, es importante destacar que para la Ley de Identidad de Género y nuestro Código Civil, los niños, niños, niñes y adolescentes tienen derechos y la identidad es el derecho más profundo que cualquier ser humano puede tener. De allí que aún no habiendo cambiado el nombre en su documento, tienen derecho , según el artículo 12 de esa norma a ser nombrados por el nombre de elección tanto en la escuela como en todas las entidades que participa.
– ¿En qué momento se debe encarar el cambio efectivo?
– No hay una fórmula, esto es un debate en el mundo y cada situación es particular. Cada chico, chica, chique va a ir marcando el tiempo y tiene que ser acompañado por un equipo interdisciplinario que guíe esos momentos, porque básicamente lo va a definir cada uno de acuerdo a sus necesidades y el monto de angustia que tenga. Hay una situación umbral o límite donde no pueden vivir en el género que no les corresponde y empiezan a decidir y a expresar con sus propias palabras esa necesidad de empezar a hacer la transición o cambiar la forma de expresarlo socialmente, la elección del nombre, que es importante y de los pronombres, que reafirmen la verdadera identidad que es la autopercibida.
No hay un momento, no hay una edad; antes se hablaba de edades específicas en las que se recomendaba hacer determinado tipo de intervenciones médicas, pero, primero, no todos los chicos, chicas, chiques necesitan intervenciones médicas (eso también es un prejuicio) y, segundo, cada uno, junto a un equipo interdisciplinario y sus padres va a definir de acuerdo a la edad que tenga y respetando sus derechos y sus posibilidades (con la capacidad progresiva que tenga de poder decidir, también avalada legalmente) pero esto corresponde evaluarlo el equipo de salud junto con el niño.
No hay una edad, hay momentos en los que cada chico va a expresar sus distintas necesidades. Algunos simplemente transicionan sin intervenciones médicas y otros necesitan intervenciones, como los tratamientos hormonales, que hay dos tipos: uno llamado "de freno de eje hormonal", que es una intervención reversible que permite que el chico, chica, chique no sufra ya que se le detiene el desarrollo hormonal para que pueda explorar, reafirmar su identidad y decidir de acuerdo a su capacidad progresiva si necesita más adelante un tratamiento hormonal cruzado. Esto, que en verdad se llama "tratamiento de reafirmación masculino femenino" consiste en empezar un tratamiento acorde al género autopercibido, con hormonas masculinas o femeninas que reafirman la identidad de género y produce cambios progresivamente irreversibles.
Lo que corresponde aclarar es que hay personas que no se sienten identificadas ni con masculino ni con femenino; son personas trans no binarias y hay un montón de categorías autodefinidas, como agénero, bigénero, género fluido, genderqueer, y otras infinitas más que son no binarias y que a veces necesitan intervenciones hormonales y/o quirúrgicas de forma totalmente personalizada acorde a cada identidad.
Hay personas que no se sienten identificadas ni con masculino ni con femenino; son personas trans no binarias y hay un montón de categorías autodefinidas
– ¿Cómo cambia, además de lo físico, la vida de un niño que elige empezar a vivir de acuerdo al género que se autopercibe y es escuchado?
– Cambia la situación de vida porque nadie puede vivir fuera del género y porque en general cuando no viven en el género autopercibido se angustian, se deprimen, se aíslan, tienen conductas oposicionistas, tienen síntomas como querer dejar la escuela, muchas veces sufren bullying de parte de sus propios compañeros o incluso docentes por ser "diferentes" (situación que hay que trabajar con una educación sexual inclusiva que incluya el tema de la diversidad). La angustia que les genera no poder ser nombrados por el nombre de elección, o el hecho de no poder asistir al baño del género que se autoperciben son situaciones de discriminación y desigualdad que estos niños tienen y que deberían ser abordadas por el sistema educativo y toda la sociedad.
La niñez trans cambia radicalmente cuando pueden vivir en el género autopercibido. Repito, cuando se vive fuera del género se la pasa muy mal o hay una limitación importantísima de la calidad de vida. La identidad de género es un derecho humano básico sin el cual es muy difícil vivir la vida, es decir la transición hacia el género autopercibido tiene muy buen pronóstico, lo cual no quiere decir que muchas veces no sea sencillo porque muchas veces la sociedad ataca, no comprende, estigmatiza al diferente desde una situación de ignorancia o discriminación.
Dos investigaciones para tener en cuenta y algunas conclusiones
Helien citó dos trabajos, uno realizado por su equipo en el Hospital Durand y otro de la Universidad de California, que reflejan la realidad de la niñez y adolescencia transgénero y la importancia de la aceptación familiar como primer paso hacia una vida de integración, en la que estos menores no tengan que atravesar más barreras que el resto de sus pares para realizarse y cumplir sus sueños.
En 2014 Helien y su equipo preguntaron a adultos trans cuándo se habían dado cuenta que no se identificaban con el sexo asignado al nacer. Y las respuestas no hicieron más que confirmar sus sospechas: "El 67% se dio cuenta antes de los cinco años, el 21% entre los cinco y los diez años, el 3% después de los diez años y un 9% no se acordaba o desconocía cuándo se habían autopercibido trans". "La realidad es que entre el 67% que se dio cuenta antes de los cinco años y el 21% que lo hizo antes de los diez hay un 88% que se advirtió antes de los diez años que se autopercibía de un género que no coincidía con el sexo asignado al nacer, es decir que la niñez trans existe y hay una investigación seria que así lo avala", sostuvo el experto.
El rechazo familiar multiplica por ocho el riesgo de suicidio en homosexuales y transexuales y por seis el riesgo de padecer depresión
El otro estudio que mencionó Helien es uno realizado en la Universidad de California, a cargo de Caitlin Ryan y que concluyó que "el rechazo familiar multiplica por ocho el riesgo de suicidio en homosexuales y transexuales y por seis el riesgo de padecer depresión; además incrementa por cuatro el riesgo de consumir drogas ilegales". "Es decir que realmente el otro mensaje que tiene que quedar es que la aceptación familiar es la mejor protección que podemos dar a un niño trans porque disminuye drásticamente las posibilidades de que padezca problemas de salud mental, deserción escolar, abuso de sustancias y suicidio. Es simplemente la mejor prevención que conocemos", enfatizó.
Para el psiquiatra, otro tema que no debe descuidarse es el de la educación sexual integral (ESI), ya que "hay investigaciones que aseguran que los estereotipos de género se consolidan a una edad temprana de la vida -probablemente antes de los diez años, independientemente de la situación económica y familiar-".
"Básicamente, evitar el bullying escolar, educar en identidad sexual, en identidades no binarias, en equidad de derecho es un tema importante porque reduce la discriminación escolar, permite que las personas diversas sean integradas y que la educación sexual hable de que hay cuerpos diversos", consideró Helien, quien enfatizó que "las expresiones no binarias son las que más han crecido en la población adolescente en los últimos tiempos: las expresiones de género más fluidas, que son variables de chicos que no quieren ser etiquetados y se definen como género fluido, varones femeninos, mujeres masculinas, agénero, etc".
"Creo que es importante hablar de que los diversos somos todos, que no hay una sola forma de ser y que hay distintas trayectorias de género, distintas expresiones sociales, que hay diversidad corporal y que todas son maneras normales de ser personas con equidad de derecho y hacia allí debería ir esta sociedad -quiso dejar Helien a modo de mensaje final-. Hay que comprender que los diversos no son los otros, los 'diferentes', y que nos compete a todos poder incluir a todas las personas en equidad de derechos. Hasta la Ley de Identidad de Género en el país las personas trans no tenían esa equidad y hoy sí la tienen y creo que eso termina con una situación de desigualdad enorme. Todos somos diversos, todos somos normales y todos tenemos derecho a tener una calidad de vida, a poder desarrollar nuestras potencialidades como seres humanos. De eso se trata: todos los seres humanos somos diferentes y todos tenemos derecho a la salud y a poder desarrollarnos como personas en la máxima potencialidad posible".
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