Sin dudas los millennials son el centro de atención del análisis de muchos profesionales que intentan comprender la psicología y accionar de esta generación en el mundo actual. En lo que respecta sus relaciones amorosas se caracterizan por buscan socios que pueda satisfacer todas sus necesidades: alguien del mismo estatus financiero, un socio erótico, un mejor amigo y, algún día, un fuerte padre o madre de familia.
"La genitalidad para los jóvenes de este nuevo siglo no es una prioridad, tampoco cumplir con las reglas impuestas por el entorno. Quieren saber de qué se trata esto de ser libres en cuerpo y alma, una revuelta que exige ser sentida con todo el cuerpo y sentidos, y no solo con las sensaciones que aporta la unión genital", aseveró en diálogo con Infobae Walter Ghedin, médico psiquiatra y sexólogo.
Según, una nueva investigación realizada por la compañía de juguetes sexuales Lovehoney, el 39% de las mujeres de 18 a 25 años tiene relaciones sexuales más de dos veces por semana, pero solo una de cada tres (36%) de ellas siempre alcanza el orgasmo con su pareja, en comparación con el 63% de las mujeres mayores de 45 años.
Más de una de cada seis personas de 46 a 50 años (16%) calificaron sus niveles de felicidad sexual como 10/10 y el 14% de los de 51 a 55 años también se dieron las mejores calificaciones. Sin embargo, estas cifras se redujeron al 11% para los menores de 25 años y al 10 por ciento para las personas de 31 a 35 años.
Para Mariana Kersz, psicóloga especialista en terapia de parejas y sexóloga, entender el estilo de vida de las millennials permite comprender por qué las mujeres de esa generación tienen más actividad sexual, pero menos orgasmos en comparación."Estamos ante una generación hiperconectada pero poco o mal comunicada, con grandes deficiencias para el encuentro cara a cara", explicó.
"Lo cierto es que -continuó- probablemente estén esperando a que espontáneamente aparezca ese orgasmo que vieron en una película porno, el que les contó la amiga de una amiga o el que dicen las revistas que hay que tener, pero al que nunca le han dedicado demasiado tiempo de exploración en sus propios cuerpos para poder tomar el control".
Para el experto, si en las mujeres el cuerpo erógeno ha sido desde siempre objeto de represión y de temor,"en estos tiempos se libera, no solo para sentir, también para guiar al partenaire expresando lo que necesita y le gusta". La anorgasmia es una disfunción que afecta a más del 20 % de las mujeres adultas; revisando las causas, el escaso contacto con el cuerpo y de las sensaciones que de él provienen, es la más frecuente.
"En algunos casos nunca visualizaron sus genitales y desconocen las partes que lo configuran; creen que los orgasmos son vaginales y clitorianos (solo este último órgano genera el orgasmo); esperan que la penetración por si sola dispare la respuesta orgásmica y no se estimulan el clítoris en el encuentro erótico porque 'qué podría pensar el hombre si lo hace'", indicó.
Según advirtió Kersz, sin educación sexual la generación de mujeres no puede ni siquiera mirarse los genitales en un espejo o hablar con los términos correctos sin sonrojarse. "Un ejercicio que doy en mi consultorio es que traten de dibujar una vulva. Más del 90% de las mujeres jóvenes no sabe qué partes tiene una vulva, o la diferencia entre vagina y vulva o incluso dónde está ubicado el clítoris", admitió la especialista.
Más diversión, menos orgasmos
En cuanto a lo que las personas disfrutan más del sexo, la encuesta identificó diferentes razones entre las mujeres jóvenes y mayores. El 77% de los menores de 25 años confesó que era la "diversión", en comparación con el 58% de los mayores de 45 años, muchos de los cuales dijeron que valoran más la "conexión emocional".
Según los resultados de la encuesta, los jóvenes también usan el sexo más como un estimulante de la confianza. El 47% de los encuestados menores de 25 años dijo que el sexo mejoró su confianza en sí mismo, en comparación con el 35% de los que tenían entre 25 y 44 años y el 22% de los mayores de 45 años.
Definitivamente se trata de una generación con un gran acceso a la información, pero no necesariamente esto se ve replicado en cómo esta se usa. "No es extraño pensar que así, la mayor parte de las mujeres de esta generación (y seguramente de muchas otras), tengan un profundo desconocimiento de su cuerpo, de las sensaciones clitorianas, y mucho más, de lo poderoso que resulta para un encuentro en pareja poder pedir lo que ya sabemos que nos gusta, y explorar nuevas posibilidades de a dos", concluyó.
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