El mundo según Guillermo Navarro, el documentalista que muestra la lucha de los animales para sobrevivir en un planeta modificado por la raza humana

Está al mando de la nueva serie documental "Planeta Hostil" presentada y narrada por Bear Grylls. El cineasta mexicano ganador del Oscar a Mejor Fotografía por "El laberinto del fauno" muestra en este nuevo proyecto la naturaleza virgen sin contacto directo con el hombre, pero no por eso ajena a sus consecuencias. "El planeta ha avanzado más en los últimos 50 años que en los 6 millones anteriores y los animales no tienen posibilidad de adaptarse", dijo a Infobae

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El Ártico hostil. Un oso polar, diferente al que existía 50 años atrás camina sobre el poco hielo que se deshace debajo de sus pies. (Tom Hught Jones / National Geographics)
El Ártico hostil. Un oso polar, diferente al que existía 50 años atrás camina sobre el poco hielo que se deshace debajo de sus pies. (Tom Hught Jones / National Geographics)

Huellas de pisadas sobre el hielo, el sonido de un caminar agazapado que se mezcla perfecto con el viento de la montaña. El hielo cristalino que congela la sangre. En lo más alto del Himalaya, donde pareciera que no existe más vida que esas rocas, un leopardo de las nieves busca alimento y justo allí encuentra a su presa. Es una cabra de los Alpes. La observa. Espera que se acerque un poco más a él, ella sube un peldaño en busca de alguna hierva para comer. Él no lo duda, salta y se lanza a la carrera. Su belleza se mezcla con la furia que lo enajena. La agarra y ambos caerán entre metros y metros de rocas. Esa es la ley de la vida salvaje.

Así lo refleja Planeta Hostil, la serie documental de seis episodios sobre la naturaleza, presentada y narrada por Bear Grylls y producida por el ganador del Premio de la Academia Guillermo Navarro, que presenta las especies más resistentes del mundo.

En cada episodio retrata los diferentes paisajes de montañas, océanos, praderas, selvas, desiertos y el ártico mientras transita las condiciones brutales que deben soportar algunas de las especies más complejas, implacables y asombrosas del planeta. Motivo especial para mirar celebrando este 22 de abril, el Día de la Tierra.

Infobae habló de manera exclusiva con Guillermo Navarro, el excepcional cineasta mexicano, quien contó sobre su nuevo trabajo para National Geographic que se estrena el domingo 21 de abril a las 23 en América Latina.

Video: Trailer de Planeta hostil. Estrena el domingo 21 de abril .

—¿Cómo fue la propuesta para que sea parte de Planeta hostil?

—Fui abordado por National Geographic que estaba buscando cineastas para incluirlos en sus proyectos. Existía la necesidad de hacer un proyecto agresivo, innovador, etcétera; no solamente en el tema a tratar sino en su forma y eso es lo que me interesó porque yo quería tener esa posibilidad.

Hace años, empecé mi carrera haciendo documentales y siempre tuve parte de mi interés ahí y una de las razones por las que tuve éxito al lado de la ficción es porque pude poner elementos de la realidad que aprendí en la experiencia documental. Y ahora ante el desafío de cambiar la manera en cómo se hacen estas películas de historia natural, la manera tradicional, vi la posibilidad de incorporar el aprendizaje de la ficción al documental y eso era crear la narrativa. Antes, tradicionalmente, el documental era una voz en off (se escucha, pero no sé quién habla) en el que el conductor era muy importante, ya que era quien narraba, entonces las imágenes ilustraban su narración. Pero propuse cambiar eso y distinguir el rol de la voz en off y darle el texto al lenguaje visual.

Guillermo Navarro nació en México en 1955 y posteriormente se mudó a Francia para trabajar junto al director de fotografía Ricardo Aronovich. Al regresar a su tierra natal, en la década del 90 trabajó con el director Nicolás Echevarría y tuvo su primer reconocimiento por la película Cabeza de Vaca, el Premio Ariel a la Mejor Fotografía. El film fue candidato mexicano al Oscar a la Mejor Película en Lengua Extranjera.

Gracias al reconocimiento a su trabajo, se mudó a Los Ángeles donde colaboró con directores como Robert Rodríguez y Quentin Tarantino en películas como Desperado, Four Rooms, entre otras. Además ha trabajado con su compatriota Guillermo del Toro, en películas como El espinazo del diablo, Hellboy o El laberinto del fauno, por la que obtuvo el Oscar a la Mejor Fotografía en la edición de 2006.

Guillermo Navarro es el productor ejecutivo de Planeta Hostil. (National Geographic)
Guillermo Navarro es el productor ejecutivo de Planeta Hostil. (National Geographic)

Cómo se hizo Planeta Hostil: los detalles del detrás de escena 

El escenario elegido para realizar esta superproducción fue la vida silvestre, la naturaleza virgen sin contacto directo con el hombre, pero no por eso ajena a sus consecuencias. Allí se crea una narrativa cautivante, actual y dramática en cada uno de los episodios en los cuales se presentan personajes en seis diferentes biomas y los animales que los habitan.

Durante 1300 días de filmación, un equipo técnico de 245 personas en cada una de las 82 locaciones registraron más de 1800 horas de material tan conmovedor como impactante. Recorrieron todos los continentes llevando tecnología innovadora con la que lograron acceder a algunos de los lugares más remotos y adversos del planeta.

"Estoy convencido de que el lenguaje de nuestro tiempo es el visual. No podemos concebir una existencia hoy en día sin él, entonces por eso hice mi propuesta para National Geographic, en términos de cambiar cómo se cuenta la historia", aseguró a Infobae.

—¿Cómo cambia Planeta Hostil la manera de contar la historia?

—Tradicionalmente, además de la voz en off de la que estábamos hablando, la fotografía era una fotografía distante que observaba cómo era el comportamiento animal y lo que empecé a trabajar con los equipos de rodaje, como productor ejecutivo de esta serie documental, fue cambiar la esencia de cómo rodábamos. Actualmente contamos con un equipo de cámaras más pequeñas y mucho más versátiles, por la cantidad de luz que necesita, etcétera. Por eso propuse contar las historias visualmente y ser acompañados por la voz en off solamente cuando fuera necesario o para resalta una escena, pero lo importante era que la narrativa fuera la imagen. Lo mismo fue con la cámara: el lente podía estar mucho más cerca de ellos y contar la historia, crear un acto dramático y conectar emocionalmente con el animal.

De esta manera, construimos una historia con ellos y así la audiencia tiene una experiencia mucho más inmersa, se vuelve una experiencia vivida en lugar de estar viendo algo a la distancia. O sea, en vez de ver una pecera se está dentro del medioambiente. Y eso, justamente, es  lo más satisfactorio de esta experiencia y de lo que más orgulloso y contento estoy: de que el lenguaje retomó su lugar porque son historias contadas por imágenes y eso contiene un peso dramático tremendo. Ese fue mi interés principal.

Las adversidades con las que viven día a día las especies con el centro de Planeta Hostil. (captura trailer Planeta Hostil)
Las adversidades con las que viven día a día las especies con el centro de Planeta Hostil. (captura trailer Planeta Hostil)

—¿Qué sensación le deja haber visto tan de cerca la convivencia de las especies animales en su hábitat?

El planeta ha evolucionado los últimos 50 años más rápido que los últimos seis millones de años anteriores y los animales no tienen la posibilidad de adaptarse, en este término académico de que un animal se puede volver anfibio. Para eso necesitaban décadas o siglos. Ahora no hay tiempo de eso, el animal tiene que sobrevivir y la adversidad en la que viven ahora es la máxima que experimentaban en su pasado. O sea, un oso polar de hace 50 años no tiene nada que ver con un oso polar de hoy.

Entonces, la gran lección es que ellos son los que están afrontando los problemas y sobreviviéndolos; y nosotros como seres humanos tenemos que aprender de ellos y tenemos que tener en claro que nuestra participación como humanidad ha creado conceptos de que el planeta está ahí y que los animales están haciendo su parte. Ahora nosotros como seres humanos tenemos que hacer nuestra parte y es nuestra obligación y responsabilidad garantizar que este planeta sea para todos. Lo tenemos que proteger.

“Como seres humanos tenemos que aprender de los animales, tener en claro nuestra participación como humanidad y proteger el planeta”

¿Siente que de alguna manera cambió su relación con los animales este trabajo? Su percepción, su mirada respecto de la vida animal.

—¡Siento que aprendí tanto de ellos! O corroboré cosas que sabía. ¡Me quedé con la boca abierta por ver que son capaces de hacer! Hubo una curva de aprendizaje sobre lo que ellos estaban experimentando ¡y hay tanto que aprender de ellos! Para mi fue una experiencia extraordinaria. Y espero que la audiencia lo viva y que abrace esa experiencia porque no es solamente un documental para decir solamente '¡Ay que bonitos son los animales!' sino para ponerse verdaderamente ahí con ellos y estar muy de cerca en el tipo de vida que tienen. ¡Hay tanto que aprender de ellos! Entonces se trata de un aprendizaje emocional y también se trata de entender cuál es el nivel de adversidad en el que vivimos.

—De todo lo que pudo ver, vivir, experimentar ¿qué fue lo que más lo maravilló y qué le generó dolor?

—Hay dos cosas con el dolor: hay que entender en dónde estábamos y dónde estábamos hace 50 años, tiempo en que se modificó la historia del planeta y la otra es también un poco como un código que hay en los equipos de rodajes: imagínalo como en el caso de los corresponsales de guerra o en el caso de los documentalistas que hacen trabajos antropológicos o sociológicos pero en ese medio de vida salvaje o natural, digamos… Ya el término "salvaje" le pone una connotación ideologizada al punto de que es también como el rol del cineasta el de construir historias y eso no debe afectar el comportamiento con la propia presencia.

Tenemos que tener una capacidad de ser invisible y, sin embargo, estar ahí y no afectar el resultado ni el proceso natural de las cosas. El corresponsal de guerra no puede correrse de un lado al otro, ni exponer su vida ni la de otros que están dándole información, etcétera, bueno aquí es igual. Se podría haber salvado a esa tortuga, pero es importante estar documentando y viendo qué es lo que están sufriendo ellos y cuál es el nivel de adversidad que tienen. Eso es una situación difícil de experimentar en el campo.

Las especies sobreviven ante la hostilidad del planeta que cada vez les plantea más adversidades. (National Geographic)
Las especies sobreviven ante la hostilidad del planeta que cada vez les plantea más adversidades. (National Geographic)

La serie documental se desarrolla en seis capítulo y cada uno recorre las montañas más altas de la Tierra: los océanos, los medioambientes dinámicos donde los animales deben adaptarse a una vida en constante cambio. Recorre también las praderas, el hogar de las grandes estrellas del reino animal, pero que deben soportar un entorno de constantes cambios abruptos: temperaturas heladas, fuego, inundaciones y sequías. Las junglas, los desiertos y el Ártico, el hábitat más frío en el que los verdaderos supervivientes incluyen a los osos polares cazadores de ballenas, los pingüinos que evitan a la foca leopardo y una manada de lobos árticos que derriban a un par de bueyes almizcleros.

Las especies polares han desarrollado cuerpos y comportamientos que les ayudan a combatir la intensa hostilidad de sus hábitats, pero ahora, su mundo está cambiando demasiado rápido y literalmente se está deshaciendo bajo de sus pies y su resistencia será probada más allá de sus límites.

—¿Cuanto tiempo llevó realizar este trabajo?

—Desde mis primeras reuniones hasta el estreno pasaron más de 3 años. Hubo un lapso de investigación y para analizar qué, cuándo y en dónde. Y luego había muchos equipos de rodajes alrededor del mundo en distintas temporadas porque hay cosas que se filmaban en distintas estaciones. Entonces fueron más de mil días de rodaje.

Un ocelote en Perú. (National Geographic/Adrian Seymour)
Un ocelote en Perú. (National Geographic/Adrian Seymour)

Estuvieron en, prácticamente, todo el mundo y más de mil días. ¿Cuántas personas participaron?

—No sabría decirlo. El equipo de investigación era amplio, los equipos de rodaje pequeños porque tienes que tener una mella, la menor posible. Entonces hay equipos de rodaje compuestos por muy pocas personas y ayudantes locales, pero que se quedan muchos días o semanas esperando que el evento buscado, u otro que sorprenda, tenga lugar. Y están filmando constantemente buscando todos los planos necesarios.

Hay gente que estuvo en los Himalayas, por ejemplo, durante tres semanas sin poder encontrar nada hasta que todo pasó en la última semana, la cuarta. Entonces, es una manera difícil de evaluar respecto a otros rodajes porque son bien distintos. Hubo rodajes en los que durante cuatro semanas de permanencia se rodaron tres días, pero hay que contar que el equipo estuvo ahí un mes. Además hay otra cantidad de personas trabajando en la post producción. Llegó a haber 14 equipos trabajando en más de 80 locaciones.

¿Qué sensación le queda haber concluido este trabajo de tres años?

—Estoy feliz con el resultado porque la propuesta de cambiar la narrativa funciona y creo que es una serie en la que todos vamos a aprender mucho y vamos a estar emocionalmente muy conectados con los animales. Es una experiencia rica y estoy muy satisfecho con eso. Es una de las mejores cosas que he hecho en mi vida.

¿Qué desea dejar con este documental?

—Quiero que la audiencia sea sensible y que vea cuál es el rol de la humanidad para hacer que esto siga adelante. No es suficiente lo que hacemos, entonces tenemos que empezar a realmente transformar nuestro propio comportamiento.

*Planeta Hostil será estrena para América Latina el domingo 21 de abril, a las 23.00 por NatGeo.

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