Por Graciela Gioberchio
Se inicia un nuevo capítulo en la lucha para lograr una verdadera inclusión de la diversidad de cuerpos en la Argentina. La pelea lleva casi veinte años de idas y vueltas, y catorce normas en distintas ciudades y provincias, todas distintas, y ninguna se cumple. Ahora, con la media sanción que por unanimidad el Senado dio a fines de marzo al proyecto de ley nacional de talles, se abre un promisorio camino de consenso entre los legisladores, la industria, las organizaciones civiles y la opinión pública. La anhelada ley parece haber encontrado anclaje en la realidad.
Si bien aún está en ciernes el "escaneo" de los cuerpos de los argentinos que realiza el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), todos los sectores sostienen que el relevamiento es clave para la implementación de un sistema de normalización de talles de indumentaria en el país.
"Hoy nadie dice que el estudio antropométrico argentino no es necesario. Se ha alcanzado un importante punto de acuerdo", afirmó esperanzada a Infobae Sharon Haywood, fundadora y directora de AnyBody Argentina, la ONG que promueve una moda inclusiva y sin estereotipos. "Más de 60 países del mundo lo tienen y lo actualizan cada diez años porque está demostrado que con el paso del tiempo el ser humano cambia sus medidas. La ropa de los argentinos no se puede seguir fabricando en base a parámetros europeos o de otros países".
En la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria (CIAI) ven con buenos ojos el proyecto que obtuvo media sanción. "El objetivo es que cuando el consumidor compre una prenda en el local de una marca, por ejemplo, talle 46, encuentre ese mismo talle en otro negocio, como sucede con el calzado: nadie se prueba zapatos del 35 al 40 para ver cuál le va bien. Sin dudas, normalización es la palabra clave de esta historia", aseguró a Infobae, Alicia Hernández, gerente general de la CIAI.
"La diferencia con algunas leyes provinciales y de ciudades -explicó- es que hablan de curva de talles, y para la industria textil eso es imposible de implementar. Por eso no se pueden aplicar y fiscalizar. Creemos que una ley nacional será el referente para las distintas jurisdicciones del país y se podrá dar una respuesta al reclamo social". Casi 7 de cada 10 mujeres en Argentina se enfrentan a problemas para conseguir ropa, según la última encuesta realizada por Anybody a 8.565 personas, de las cuales la amplia mayoría (95,1%) utiliza indumentaria femenina.
"Esta ley será un gran aporte a la industria de la moda porque se adecua a los procesos productivos y normaliza los talles, no solo en los shoppings, locales de avenidas comerciales y ferias sino también en la venta online que, a pesar de la coyuntura, está creciendo. Eso sí, ante todo necesitamos que se recupere el consumo para que el sector textil respire un poco", reclamó Hernández apuntando al contexto económico actual.
Tres comisiones lo analizarán en Diputados
El proyecto, que propone estandarizar medidas corporales para fabricar, confeccionar, comercializar e importar indumentaria destinada a la población a partir de los 12 años, ya fue girado a las comisiones de Defensa del Consumidor, Industria y Comercio de la Cámara de Diputados, aunque aún no hay fechas precisas para su tratamiento.
La diputada nacional Lucila Lehmann, de la alianza Cambiemos, dijo a Infobae que se trata de "una ley que la agenda política venía postergando injustificadamente porque es una temática transversal que no genera rispideces en lo político y responde a una demanda de la sociedad de hace muchos años".
En cuanto a las disposiciones del proyecto, la legisladora afirmó que es necesario que se distinga entre una marca de ropa masiva con locales propios en shoppings y un pequeño comercio revendedor de una localidad del interior del país, que cuenta con limitados recursos para adquirir mercadería y solo procura abarcar las prendas que puede vender en el menor tiempo posible.
"Cuando se trate en la Cámara baja -adelantó- vamos a proponer que se exija que tengan, al menos, un modelo de las prendas que venden en todos los talles, y que deben variar al menos cada 6 meses, en función de los cambios de estación (primavera/ verano y otoño/ invierno)".
En este sentido, Haywood insistió en que "cuando salga la ley, porque confío en que así será, es necesario que el Gobierno ayude a las marcas con créditos blandos, especialmente a las pymes. Conocemos marcas con las que comenzamos a trabajar, algunas ampliaron su rango de talles y aumentaron sus ventas".
Salir a "escanear" cuerpos
Desde hace más de cuatro años el equipo del INTI -integrado por 12 profesionales y técnicos- trabaja para establecer medidas estandarizadas y coherentes con las necesidades de los argentinos. Sienten que la votación en la Cámara alta brindó un nuevo impulso al primer estudio antropométrico argentino: requiere de 12 mil a 15 mil muestras provenientes de las cinco regiones representativas del país (NOA, NEA, Centro, Cuyo y Patagonia) y hasta ahora se completó la mitad.
La última vez que tomaron muestras fue en octubre del año pasado en el Museo Histórico Municipal de la ciudad de Rafaela, Santa Fe. Ahora esperan que se definan cuestiones organizativas y logísticas para poder montar el equipo escáner corporal 3D en la Ciudad de Buenos Aires, donde se barajan dos posibilidades: el edificio del Congreso y el Centro Cultural Kirchner. Resta además el Gran Buenos Aires y las zonas norte y sur del país; luego cruzar y centralizar los datos. El proyecto de ley dice que el estudio tiene que terminarse en el plazo de un año a partir de su aprobación.
"Para poder continuar con la toma de muestras es importante que haya una organización en las zonas que faltan cubrir, definir los lugares de acceso público donde se colocará el escáner y hacer la difusión para que la gente pueda acercarse a medirse", señaló a Infobae Paulo Thompson, responsable técnico del aparato, comprado especialmente por el INTI en 2013, cuando la aprobación de la ley de talles se frenó porque no se conocían las medidas de los argentinos.
La muestra tiene que ser representativa y lo más azarosa posible. La convocatoria es para cualquier persona mayor de 12 años (de 12 a 18 años deben tener autorización de los padres porque, si bien está rodeado de cortinas, el escáner toma las medidas en ropa interior, malla o prendas deportivas ajustadas al cuerpo). El INTI no elige a los participantes, sino que se acercan a través de las publicidades, o son convocados ese mismo día, en la vía pública, por empleados del Instituto.
"Toda la medición se realiza en base a parámetros internacionales, así en el futuro los resultados se pueden medir con los de otros países", explicó Thompson. De acuerdo con esas normas, el procedimiento consta de cuatro etapas: se toman los datos personales (sexo, edad, región, alimentación y condiciones socioeconómicas); se mide la altura, sin calzado; se toma el peso en la balanza y, por último, la persona pasa a un escáner corporal 3D, que en 10 a 15 segundos hace un paneo con sensores infrarrojos que captan de 300 a 400 puntos del cuerpo, como el contorno de la cintura, los bíceps y las rodillas.
"El primer estudio antropométrico argentino no solo es importante para la industria textil y del calzado, sino también para la salud de la población. Creemos que la ley nacional de talles no es la solución para la discriminación de peso, pero es una medida concreta que puede atacar ese problema", concluyó Haywood.
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