En el atelier de Jorge Rey, en la mítica esquina de Avenida Callao y Avenida Santa Fe de la coqueta zona de Recoleta, hay espejos en todos los ambientes. El estilo francés se nota en las decoraciones y en las arañas que cuelgan del techo. Aquí fue precisamente donde el joven diseñador de 20 años recibe a Infobae.
En una de las habitaciones hay un perchero de ensueño con todos los vestidos que Rey había preparado para su desfile en el Hipódromo de Palermo, evento que se enmarcaba dentro de la Argentina Fashion Week. Para su colección otoño-invierno llamada "Universo de Estrellas" hubo 30 diseños de alta costura cocidos a mano por él y su equipo sin parar durante dos meses.
Jorge Rey todavía sigue cursando en la Universidad de Palermo la carrera de Diseño de Indumentaria, pero su talento es innegable y es uno de los diseñadores emergentes con mayor promesa.
– Vos sos oriundo de Rufino, Santa Fe. ¿Qué te trajo a Buenos Aires?
– Mis sueños y las ganas de triunfar. Además, en Santa Fe no estaba la carrera de Diseño de Indumentaria así que me tuve que venir a Buenos Aires más que obligado a estudiar. Mi hermana vivía acá hace 2 años y me anoté en la universidad. Abrieron una convocatoria para el Six o'clock y decidí participar. Y ahí fue como comenzó mi carrera, estuve en el Mar del Plata Moda Show, y estuve todo el verano haciendo desfiles por la Costa Atlántica.
– ¿Cómo fue dejar tu pueblo y enfrentarse a una ciudad tan grande?
– La verdad es que venir a Buenos Aires fue un revuelo. Dejar a mi familia, mis amigos, amigas, a mi mamá y a mi papá… lo representé en mi primera colección Renaissance, es renacer lo que estaba haciendo, salgo devuelta a la luz. Me sentí identificado con Shallow de Lady Gaga porque dice: "Juntos nos vamos a sumergir". Y es verdad, uno se sumerge dentro de uno para sacar lo mejor y para volver a salir a la luz, encontrar la luz.
-¿Qué es lo que te llevó a estudiar Diseño? ¿Ya de chico lo sabías?
– Sabes que sí. Y mi abuela Luisa que me crió me lo contó con una anécdota que hice a los cinco años. Fui a una de las tiendas más paquetas de Rufino y una mujer me preguntó si teniía las manos limpias para tocar el vestido. Yo, como niño inocente y chiquito, se las mostré y lo toqué y dije que se lo iba a comprar a mi mamá, a lo que la vendedora me pregunta si le iba a entrar, y yo respondí "no, no importa, yo se lo arreglo". Yo ya a los 5 años tenía visión sobre la moda. También a los 14 iba a la casa de mi mejor amiga y en vez de jugar con ella me iba al taller con su mamá, Nancy, que falleció y empecé a coser con Rosa, que es la actual modista de mi marca.
– Y todo esto sucedió cuando tenías 14 años..
– Sí, la muerte de Nancy significó mucho para mí. Ella ahora está viviendo en Ushuaia, ahora nos llamamos y estamos 3 horas hablando por teléfono, nos contamos cosas, nos abrazamos a la distancia. Fue muy fuerte. Yo con ella veía muchas revistas de moda, mirábamos la moda. Ella siempre se acuerda que cuando yo iba a su casa se enojaba y me decía "vos sos mi amigo y estás con mi mamá viendo revistas". En vez de ir a la habitación a jugar bajaba al taller para ver la ropa que estaban haciendo.
– ¿Por qué decidiste hacer alta costura?
– Porque creo que faltaba una vuelta de rosca tal vez. Como la visión de que la alta costura también es para todos. Hoy la alta costura está muy mezclada con el ready to wear o el prêt-à-porter o el fast fashion. Antes el denim reflejaba antes lo que era el prêt-à-porter pero hoy puede estar hecho como alta costura. Con aplicaciones de bordado se puede jugar mucho más. Son piezas únicas y podes crear más cosas, a un blazer le podés hacer una manga súper ancha con un moño, perlas, bordado, podes jugar con las texturas.
– ¿Y qué es lo que más te gusta crear a vos?
– Los vestidos de noche. Pero un vestido, que tenga cola, accesorios, con flores. Me gusta que venga la clienta acá al atelier y asesorarla desde el pelo y maquillaje. Algunas me dejan que me encargue de todo, hasta los zapatos.
– ¿Con qué géneros trabajas para tus colecciones?
– Me gusta mucho la seda, amo definitivamente la seda, hay un satén que lo tocás y "te acaricia el alma" y cuando la rasgas para cortarla es un placer. También mucho tul, el tul de seda que tiene una caída diferente al tul común de poliéster.
– ¿Y tus bordados cómo los realizás?
– Todos son a mano. Para la próxima colección queremos hacer el bordado "Lunéville", que es una técnica francesa que se hace con aguja en un bastidor. Es complicada pero no imposible. Porque imposible es no intentarlo. Yo hice una colección de 30 vestidos de alta costura en 2 meses.
– ¿Cuáles son tus diseñadores favoritos del país y cuáles internacionales?
– Me encanta Elie Saab. Pablo Sebastián también me gusta mucho, que es un diseñador de Nueva Zelanda; Chanel, un clásico; Dior y Gucci, que todavía es la parte de Jorge que no está explotada. Yo me suelo vestir con estampados pero no está plasmado en mi colección de alta costura. Y de acá de Argentina, Jorge Ibañez me gustaba mucho y Gabriel Lage.
– ¿Cómo ves el diseño en Argentina?
– Muy bien. Hay un montón de gente creativa y de creativos jóvenes y eso me encanta. A mi Instagram me escriben un montón de chicos jóvenes y chicas que me preguntan dónde pueden estudiar y a lo mejor yo tuve la posibilidad de que a mí eso me lo enseñaron y poder comunicarlo, recomendarle ciertas cosas, decirle dónde comprar tal tela, eso está re bueno, el poder ayudarlos y acompañarlos. Creo que hay un montón de gente creativa y artistas que a lo mejor están escondidos y que todavía no salieron a la luz.
-¿Los diseñadores ya posicionados te dieron un espacio en la moda argentina?
– Sí, creo que sí. Desde que empecé hice la mía. No doy nunca el brazo a torcer, no me importa mucho el qué dirán. Pueden decir lo que quieran, es arte, cada uno lo interpreta como quiere. Yo me manejo en esa sintonía. Lo que quieran decir que lo digan, lo que no me pueden cuestionar es la confección porque es exacta, en el fitting probamos a las modelos y lo único que tuvimos que hacer fue correr botones.
– Si tuvieras que vestir a Juliana Awada, ¿qué vestido le harías?
– Un vestido en color rosa palo. Todo trabajado con flores hipermega chiquitas largo con un poquito de cola y unas mangas súper ajustadas, y la textura sería como un recamado de flores y bordado.
-¿Y sobre su estilo qué opinas?
– Me encanta. Me gusta mucho Juliana. Ella tiene el don de la elegancia. Ella se puede poner cualquier cosa y todo le va a quedar bien. El maquillaje siempre muy sobrio, los peinados también. Muy etérea siempre en la forma de vestir.
Al desfile de Jorge Rey no faltaron famosos. Contó con la presencia de dos divas argentinas. Mirtha Legrand y Moria Casan. También dijeron presente Anamá Ferreira y Stefi Xipolitaxis. En el mundo de las influencers, Lucía Ugarte de Chicas Guapas y Lucía Martínez Nash de The Style of Lucia también acompañaron al diseñador en una noche única.
Jorge Rey y su familia
– ¿Y tu familia?
– Me súper apoya, ahora.
– ¿Por qué ahora?
– En Rufino sufrí de bullying, por ser el "gordo puto", es así de crudo como suena, ahora lo digo riéndome, fui al psicólogo, pero entendí que el problema no era mío sino que era de ellos. Pero ahora sí, súper bien, me súper apoyan, están re contentos , estuvieron en Buenos Aires. Fue todo un proceso, un duelo y a cada persona le lleva su tiempo y yo lo súper respeto.
-¿Tardaron mucho en aceptarlo?
– No mucho, un año y medio. Perdí la noción igual. Ahora me ven feliz. Me he perdido encuentros familiares pero también es parte de mi trabajo, de ir a los eventos, de las notas, de producirme, ir a la peluquería, ellos me ven contento.
– ¿Volverías a Santa Fe en algún momento?
– No, porque ya tengo mis amigos acá, me siento pleno. Tampoco sé si me quedaría acá, yo no me ato a nada. Soy un ser muy libre como que hoy puedo ser esto, y en 5 minutos te lo desarmo y te armo otra cosa. En las amistades soy muy fiel y me gusta que me sean fiel.
Fotos: Christian Bochichio, China Soler y Ph Juan Villagran Photojohnny
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