Hace dos décadas que está en la industria de la moda local. Y nueve al mando de una marca ya instalada -Mis Intimos Amigos, M.I.A- y en la actualidad, y pese a la crisis del sector textil, apostó a un nuevo concepto, a su propia etiqueta: Raimondi, prendas sin género.
Sebastián Raimondi, vestido de negro de pies a cabeza, y borcegos de cuero con cordones blancos, recibió a Infobae en la intimidad de su atelier en Palermo Soho. Con éxito y cada vez con más aprobación entre un grupo de hombres icónicos y elegantes del espectáculo argentino como Marcelo Tinelli, Juan Minujín, Gonzalo Heredia y el Chino Leunis , entre otros, presentó su primera colección de "Raimondi" en el marco de la BAFWEEK 2019.
Sebastián se hizo conocido con la primera etiqueta que creó junto a un grupo de diseñadores, M.I.A, Mis Íntimos Amigos, una firma que se identifica con la sastrería. "Buscábamos algo diferente para el hombre, un concepto distinto", dice el diseñador que emprendió un nuevo camino con Raimondi.
"Este proyecto nuevo es más chico, más exclusivo. La marca va a ser unisex, sin género, va a ser más street wear. También va a tener sastrería y es más para todos los días lo que busco, pero son prendas de lujo. Las telas son diferenciadas con terminaciones de sastrería, formas de trabajar diferente. Todo tiene una vuelta de tuerca en cuanto a la construcción, a la confección y esa es la idea: mostrar lo diferente".
– ¿Y cómo surgió el nombre?
-Me costó bastante. Después de consultarlo con amigos, que están siempre, me decían que llamar a la marca Raimondi, mi apellido, 'era yo', que me tenía entonces que representar . Ya venía trabajando aparte con algunos clientes, algunos que me pedían asesoramiento. Me pasó el año pasado con Marcelo Tinelli, con Leandro Leunis, y le ponía la etiqueta Raimondi y cuando me quise acordar era el nombre de la marca
– También es la primera vez que estás en la BAFWEEK con tu propia marca
– Es la primera vez que la marca verá la luz. Hace rato que venimos haciendo desfiles con BAF y M.I.A y siempre me apoyan mucho y esta vez lo primero que se verá de la marca va a ser ahí. Es un desafío hermoso, la idea es que sea diferente.
-BAFWEEK está dirigido, en general, a un público femenino. Vos te presentaste con una propuesta masculina, te dieron el espacio. ¿Cuál es tu opinión al respecto?
– Me encanta. En el mercado argentino, en la parte de hombre, no hay muchos que hagan lo que hago yo. Yo hago sastrería con la calidad de una marca de alta calidad. Marcas argentinas hay muchas pero siempre le doy una vuelta de rosca. Y BAF siempre nos apoyaba con "Mis Íntimos Amigos" porque mostrábamos a un hombre diferente. La propuesta, desde la calidad, me parece que es un poco lo que apoya BAF cuando nos convoca. En el caso de Raimondi, si bien la marca no tiene género por una cuestión general de diseño, yo siempre diseño muy masculino. Igualmente permite ser usada por la mujer, aunque no deja ser una marca con un tinte masculino. Me pasaba que venían las chicas que les gustaba las camperas y me decían "¿por qué no hacés para mí?". Pero era cuestión de un tema de talles.
– Claro, ¿por la moldería no?
– La moldería estaba armada para hombres. Entonces ahora cambiamos la moldería. Estamos haciendo tres talles. También al hombre le estoy dando otra visión de las cosas. Las prendas no son tan entalladas. Si bien lo tengo, me di cuenta a lo largo del tiempo que lo entallado se trabaja después. Cuando trabajas una sastrería, eso lo adaptas a la persona después. Eso es el concepto de lo nuevo. Creo que es lo que va a venir: la ropa en algún momento va a tener que ser personal o sin una delimitación de género.
– ¿Pensás que en un futuro las marcas van a empezar a trabajar personalizadas?
– Creo que en un futuro las marcas van a tener que trabajar por una demanda de la gente. O personalizadas o sin género. Porque hoy cualquiera se pone cualquier cosa, y está bien. No solo una mujer se pone ropa de hombre, sino que un hombre también se pone ropa de mujer. En esta colección no voy a presentar una colección de hombres con polleras porque no me salió de esa manera, pero el día de mañana puede ser. No quiero tener una limitación ni mental ni social para poder hacer algo. No me quiero encasillar con nada, quiero que fluya, que sea abierto, que la gente pueda ir y encontrar algo diferente.
– ¿Cuál es la impronta en tus colecciones?
– Son colecciones chicas, ediciones limitadas, pocas prendas. Todo el tiempo variando, cosa que si te gusta un buzo lo tenés vos y 10 más. Todo el tiempo entrando mercadería que no tenga temporadas. Hay una regla, las marcas presentan afuera, bajan una línea, pero el diseño es otra cosa, me gusta jugar a diseñar inspirado en algo. Si bien hay formas, hay colores que se usan. Me encanta que sea de esa manera porque inventar todo de cero tampoco se puede. Vos podés ir jugando con las cosas que se usan porque somos marcas de moda, porque hacemos un producto que la gente tiene que querer.
– ¿Qué paleta de colores elegís ? ¿Qué texturas, qué géneros te representan?
– Las texturas y los géneros son interesantes, se van a ver prendas que parecen una cosa pero son otras. Hay una serie de tapados que están hechos con unas telas de tecnologías nuevas que tienen una cámara de aire en el medio, lo que genera que sean cómodas y diferentes a un cuero, a una gamuza y lo ves puesto y parece eso. Estoy haciendo buzos con telas de algodón doblemente frizado que generan espacios acolchados, camperas selladas con columnas de agua como si fueran de montaña. Están selladas para ir a la montaña y no pasar frío, soportan la lluvia y son camperas de día. Es la parte linda: jugar con cosas que no son lo normal. Hay camperas de cuero forradas con red. Hay mucho gris, mucho rosa, y beige, azul, negro, blanco, son bastante saturados los colores.
– No te gusta anclarte a un color específico, vos te animás a cambiar y a no encasillarte… ¿es así?
– Quiero eso, que todo el tiempo cambie. Nos cambiaron las reglas porque antes si no viajabas, no podías conocer las tendencias. Hoy te metes en la computadora y ves todo. Hay una generación que no lo concibe de otra manera. Ves a Gucci que presenta una colección y al mes te está mostrando otra colección con otra idea. Te presenta algo romántico y al otro día te lo hace futurista.
– ¿Cómo ves la industria de la moda en la actualidad?
– Lo que está pasando en el país -sin ser político porque no me interesa- nos afecta. La venta bajó mucho, más que crisis hay una recesión de compra, lo cual hace que sea muy difícil tener que salir a generar cosas diferentes. Porque generar cosas diferentes no es fácil. Las marcas grandes se cuidan bastante y tenés menos margen de error. En un momento del país como éste, donde hay un consumo bajo, donde todo está aumentando, jugártela es muy complicado, las marcas tratan de quedarse quietas y ver qué pasa, son pocas las que van para adelante, planteándose cosas diferentes.
– ¡Pero vos lo hiciste!
– Yo lo estoy haciendo porque me parece que en estos momentos es donde te tenes que diferenciar y buscar algo diferente. Hoy más que nunca, cuando la gente cuida el bolsillo, realmente cuando te gusta algo vas y te lo comprás y el secreto está ahí.
– En el ámbito del diseño, ¿que opinás de las propuestas argentinas ?
– Soy un enamorado de mi país. Tuve posibilidades de irme a trabajar afuera, de hecho mi padre vivió afuera 8 años. Sin embargo, nunca quise, siempre me quedé acá. Acá hay gente muy capaz, mucho talento, mucha gente que la tiene muy clara y que tiene ganas de hacer cosas; yo tengo un equipo de trabajo increíble.
“Este país tiene mucho potencial. Sería una pena que no podamos sacarlo adelante y mostrarlo. No puedo creer cómo no hay un diseñador argentino top en el mundo. Cómo existen Oscar de la Renta, Balenciaga, hay alemanes, rusos, y no hay un argentino que haya triunfado”.
Creo también que es por la inestabilidad que hay y vivimos adaptados a eso. Un día entran las telas, otro día no entran, un día no te compra la gente, al otro día te compran todo. Es muy difícil mantener y mantenerlo.
“A vos de pueden copiar 25 millones de personas, pero que lo hagan como lo hacés vos es imposible, lo van a hacer mejor o peor que vos pero nunca igual, entonces eso creo es lo que tenemos que valorar y eso te hace crecer”.
– Dijiste que te eligió Marcelo Tinelli para vestirlo, ¿cómo fue esa experiencia?
– Muy interesante, muy bueno desde todo punto de vista. Desde el trato con él, que me pareció una persona increíble. Es súper buena onda, y como experiencia de trabajo es increíble, y ver cómo se mueve ese monstruo que es Showmatch es terrible.
– ¿Te pedía él los trajes o vos le llevabas?
– Cuando trabajo con alguien personal, doy mi opinión y mi impronta. Cuando me buscan a mí yo hago una bajada de asesor y diseñador y se conversa. Él fue súper abierto, a todo. Había cosas que me decía con las que se sentía más cómodo, con otras se dejaba más, pero estuvo buenísimo.
– ¿Qué opinás sobre la copia literal en la moda?
– Todos copiamos, todos. Steve Jobs copió el teléfono que tiene todo el mundo. Lo bueno es eso, tomar una idea y mejorarla, buscarle una vuelta de rosca o sumarle algo a lo que ya está. Hay cosas que realmente te gustan y sentís que le podés mejorar, pero ahí está el secreto de los diseñadores: meterlo en otro contexto, llevarlo a una explicación diferente. No me parece robar una idea y hacerla propia, por ejemplo, no me parece agarrar una marca y copiarla literalmente por un tema de información.
Como diseñador miro todo, películas, revistas, pasarelas, colecciones de aquí y del mundo, telas, todo el tiempo estás viendo cosas, la mezcla de todo más tu impronta es sacar algo y darle algo a la gente, algo diferente a lo ofrece el de al lado.
Fotos: Nicolás Stulberg
SEGUÍ LEYENDO: