Jean Paul Gaultier: "La mujer es el sexo más fuerte y el hombre debería poder mostrar su lado femenino"

El diseñador francés colaboró con la escuela de samba Portela, y creó los trajes que lucirán sus integrantes durante el Carnaval de Río de Janeiro. Durante una entrevista con Infobae, "l'enfant terrible" de la moda reveló por qué quiso participar de este proyecto y ahondó sobre el espíritu rebelde y subversivo que tiñó su obra a lo largo de toda su trayectoria. Además, compartió lo que más admiraba de su colega Karl Lagerfeld

Jean Paul Gaultier creó diseños exclusivos en conjunto con una escuela de samba que se verán en el Carnaval de Río de Janeiro (Guille Llamos)

Subversivo, rebelde, inquieto. Las palabras que en general se esgrimen para describir a Jean Paul Gaultier hablan de una personalidad en constante movimiento, un carácter irreverente y un incansable espíritu vanguardista. Durante más de 40 años de carrera, el diseñador francés transgredió los límites entre lo femenino y masculino, y provocó a generaciones enteras con una dicotomía que buscaba empoderar a la mujer para que se escuche su voz y liberar al hombre de las expectativas de la masculinidad.

Su primera colección la presentó en 1976. Su influencia en el mundo de la moda se desprende de sus grandes hitos, como el corsé con bustier cónico que creó para Madonna y sus clásicas remeras marineras. Los roles de género invertidos y la diversidad desfilan en su pasarela desde el principio. Lo ortodoxo nunca fue su juego.

El icónico corsé creado por Gaultier que lució Madonna

El universo de las fragancias también fue su figurita fuerte para acercarse al público, como en la mayoría de las grandes marcas de lujo actuales. Su primer perfume fue Classique, en 1993, con un frasco con forma de torso femenino.

Y en pos de una creatividad inagotable, ahora Gaultier colaboró con la escuela de samba Portela para crear los vestuarios de sus integrantes. Trabajó de manera conjunta con la legendaria diseñadora carnavalesca Rosa Magalhães, y durante el fin de semana largo de Carnaval, sus diseños ataviarán a ritmistas y bailarines en el sambódromo de Río de Janeiro.

En diálogo con Infobae, el diseñador francés contó detalles sobre este proyecto, y repasó las influencias y las inquietudes que tiñeron su carrera a lo largo de estas más de cuatro décadas de creatividad.

El azul y el blanco, colores que comparten la escuela y la obra del diseñador francés

-Diseñaste el vestuario para la escuela de samba Portela. ¿Qué te atrajo de este proyecto y cómo fue la experiencia?

-Compartimos los colores azul y blanco. Los colores de Portela me recuerdan a mi Breton Stripe (N. del R.: su camiseta a rayas estilo marinero que volvió a poner de moda en la pasarela en su primer desfile del año 1978 y que, en 1983, utilizó en su colección Boy Toy). Así que cuando me ofrecieron la oportunidad de trabajar con ellos dije que sí sin dudarlo. Me encantó conocer a todos en la escuela y compartir su entusiasmo por el Carnaval. Ellos trabajan muy duro durante todo el año para esos pocos días, y los admiro. De alguna manera es parecido a un desfile de moda. Seis meses de trabajo para 15 minutos de pasada.

-¿Cuál fue la inspiración detrás de los diseños?

-Me inspiré en nuestros códigos en común, en especial las rayas marineras, pero también incorporé algunos de mis otros códigos, como por ejemplo el corsé.

-Tu legado en el mundo de la moda incluye corsés cónicos y polleras para hombres. ¿Creés que la moda debería ser subversiva? ¿Y qué significa ser subversivo hoy en día?

-Yo creo que la moda debería reflejar los tiempos que vivimos y las realidades sociales a nuestro alrededor. Tengo la sensación de que ser subversivo hoy en día es continuar manteniendo los estándares más altos, mantener vivo el savoir faire y no estar constantemente pensando en lo que conviene hacer en relación a las redes sociales….

-Recientemente organizaste un "Fashion Freak Show" en Folies Bergère. ¿De qué manera la cultura del cabaret influyó en tu obra a lo largo de los años?

-Poder armar un show en Folies Bergère fue un sueño que siempre tuve a lo largo de mi infancia, que pude lograr el año pasado, y podrá verse hasta junio. Tuve ganas durante mucho tiempo de hacer un show de revista o cabaret pero quería tener una historia. ¿Y cuál es la historia que conozco mejor? La mía. Así que es la historia de mi vida pero también de los últimos 50 años de la cultura popular. La escribí de manera visual y trabajé con un gran equipo para hacerla realidad.

El hito del corsé cónico y un diseño realizado para la película “Kika”, de Pedro Almodóvar

-Comenzaste tu carrera desde abajo, sin dinero ni ayuda de nadie. ¿Creés que, a nivel creativo, esto ha sido una ventaja?

-Por supuesto. Pase lo que pase, sé que puedo hacer algo con casi nada. Entré en esta profesión porque me apasionaba, no porque quería ser rico y famoso. En esta era, los jóvenes diseñadores pueden gozar de un auge meteórico pero es probable que en tres temporadas nadie se acuerde de ellos. Cuando yo estaba empezando no había grandes grupos y no había tanta presión por parte de los anunciantes. La moda se sentía más libre.

-Durante años estuviste redefiniendo lo que significa ser un hombre o una mujer, la dicotomía entre lo masculino y lo femenino. ¿De dónde nace este deseo de desafiar los estereotipos?

-Siempre pensé que la mujer era el sexo más fuerte y que el hombre debería poder mostrar su lado femenino. Me horrorizaba el concepto de "sois belle et tais-toi" (sé bella y cállate), porque creo que las mujeres son a menudo más fuertes y más inteligentes que los hombres. Ésa es una de las razones por las que insistí para que los maniquíes de mi exhibición (una muestra organizada por el Museo de Bellas Artes de Montreal) hablaran.

Gaultier posa con una bailarina en Caminito durante una de sus visitas a la Argentina en el 2016 (Nicolás Stulberg)

En los sacos de los hombres hay un bolsillo interno que se supone que es para la billetera, y no se ve en los sacos de las mujeres. Me pareció escandaloso que las normas de la sociedad se reflejaran de esta manera en la vestimenta, por lo que decidí incluir este bolsillo interno también en el saco de las mujeres.

Además, cuando diseñé el corsé, lo hice para empoderar a las mujeres, no para esclavizarlas. Y a principios de los 80 me di cuenta de que los hombres estaban mucho más listos que antes para arreglarse. La primera falda para hombres en realidad fue inspirada por los delantales que solían usar los mozos parisinos, un pantalón-pollera.

-¿Qué pensás, tantos años después, del apodo "l'enfant terrible"?

-Hoy creo que soy más un "vieillard terrible" (viejo terrible), pero la verdad es que no me molesta. El hecho de que la palabra "enfant" (niño) se siga usando para hacer referencia a mí es de cierta manera halagador. Significa que la gente siente que sigo teniendo una curiosidad infantil.

Gaultier, fotografiado por Pierre et Gilles

-¿Creaste varios vestuarios para la pantalla grande. ¿De qué manera el cine influyó en tu carrera como diseñador?

-Las películas son una de las fuentes más importantes de inspiración. Una en particular me dio mi vocación: Falbalas, de Jacques Becker. La vi en la televisión con mi abuela y me quedé completamente embelesado. Es una historia triste sobre un modista y su musa, pero había un desfile en la película, e inmediatamente me di cuenta de que eso era lo que quería hacer. Siempre vi a la moda como algo vivo y en movimiento, un conjunto o una percha nunca me interesaron realmente.

Más tarde en mi carrera tuve la suerte de trabajar en los vestuarios de películas de los directores que yo admiraba, con Peter Greenaway, por ejemplo, o con Marc Caro y Jean-Pierre Jeunet para La ciudad de los niños perdidos. También trabajé con Luc Besson para El quinto elemento y con Pedro Almodóvar en tres films. Amo tratar de crear un Gaultier que se corresponda con sus historias y sus ideas. Cuando preparo mis propios desfiles decido todo yo mismo, pero cuando trabajo con un director ya hay una narrativa y un elenco que se decidió sin mí, por eso trato de adaptarme de la mejor manera posible.

-Karl Lagerfeld falleció recientemente. Tu visión y la suya eran bastante diferentes. ¿Qué recordás de él y qué pensás de su legado?

-Admiro a Karl por todos sus talentos y por su energía infatigable. No sólo fue el diseñador de tres casas durante tres décadas, sino que era fotógrafo y un increíble ilustrador. Y lo admiro por trabajar hasta su último aliento. De alguna manera, murió en el escenario, en el escenario de la moda.

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