Por Valeria Román
Como en sus casas ya no cabe ni un alfiler, millones de seguidores encuentran una salida en el método de la japonesa Marie Kondo, que consiste en clasificar las cosas por categorías y no por habitación. Desde la investigación científica ya está comprobado: "Cuando hay más abundancia de cosas, es más probable que haya desorden. Cuanto más desorden hay, es más frecuente que se trate de un procrastinador crónico", dijo uno de los pioneros en los estudios de procrastinación, el doctor en psicología estadounidense, Joseph Ferrari, al ser entrevistado por Infobae por teléfono desde Estados Unidos . "El desorden lleva a postergar tareas y aumenta el estrés", recitó el experto.
Desde fines de los años ochenta, Ferrari investiga en la Universidad de DePaul en Chicago y no deja de producir trabajos sobre la procrastinación, que se define como la demora intencional y frecuente para empezar o completar una tarea hasta el punto de sentir disconfort. Es decir, significa que el procrastinador posterga una tarea a pesar de que sabe que puede tener una consecuencia negativa.
En uno de sus últimos trabajos, que fue publicado en la revista Current Psychology, Ferrari demostró que los procrastinadores crónicos son los que menos enfrentan el problema del desorden en sus hogares. Van dejando de organizar sus cosas hasta que la situación los desborda, y el hogar se vuelve un caos, una situación que interfiere en la calidad de sus vidas.
-¿Usted es un procrastinador y por eso investigó en el tema?
-No (risas), no soy un procrastinador. Sé que hay investigadores que estudian temas que los involucra, pero no es mi caso. Empecé a interesarme por la procrastinación cuando estaba estudiando Psicología en la Universidad Adelphi en Nueva York en los años ochenta. En una clase sobre comportamientos autodestructivos, pregunté si alguien había estudiado la procrastinación como una estrategia de auto-limitación. El profesor me sugirió ir a la biblioteca para encontrar la respuesta. Cuando fui, me sorprendí: no había nada publicado. Sólo encontré algunos textos sobre el bloqueo de los escritores.
Procrastinar viene del latín, que significa “esperar para mañana”. Popularmente, las personas que postergan son consideradas como vagas o tontas
Ya publicó más de 70 trabajos sobre la procrastinación, y un libro de divulgación en inglés para todo público que se llama "Still procrastinating? The No Regrets Guide to Getting It Done" ( ¿Aún procrastinando? "La guía para no arrepentirse de hacerlo"). Hoy, en cambio, la procrastinación está en la agenda de más investigadores. Ferrari fue el anfitrión de la "Bienal de investigación en procrastinación", en su Universidad en 2017.
-¿Por qué la gente procrastina?
-Procrastinar viene del latín, que significa "esperar para mañana". Popularmente, las personas que postergan son consideradas como vagas o tontas. Desde la investigación en psicología, se han postulado varias hipótesis sobre por qué se procrastina. Pero es importante remarcar que todo el mundo procrastina, es decir, posterga tareas, pero no todos son procrastinadores. Hay una diferencia entre demorar una acción en una ocasión y posponer tareas que debieran ser hechas. Si se retrasa para conseguir más información o se pospone una decisión porque la persona necesita hacer algo importante antes de la acción, no se trata de procrastinación.
A menudo, la gente confunde el retraso con la procrastinación.
-Entonces, ¿por qué hay procrastinadores?
-Son personas que tienen miedo al fracaso. Usan a la procrastinación como una estrategia de "self-handicapping", que se ejerce en situaciones de fracaso potencial. A veces, también procrastinan como una falla en la auto-regulación. Es decir, a través de la procrastinación, la persona trata de proteger su estima social, que es lo que los otros piensan sobre ella. Al nunca terminar algo, el procrastinador nunca puede ser juzgado como por su falta de capacidad. Los demás sólo podrían hablar de su falta de esfuerzo por no hacer algo, pero no juzgar el resultado.
-¿Hay procrastinadores crónicos en todo el mundo o es sólo una cuestión de Occidente?
En todo el mundo. Se han hecho investigaciones en Austria, Australia, Canadá, Grecia, Irlanda, Israel, Italia, Japón, Corea de Sur, Perú, Polonia, Venezuela, España, Estados Unidos, Japón, Reino Unido y Arabia Saudita. Aproximadamente, el 20% de los habitantes del mundo son procrastinadores crónicos. Es bastante alta su prevalencia, y tiene consecuencias negativas, a pesar de que no es considerado un trastorno de la salud. Incluso si los padres son procrastinadores, no significa que los hijos también lo sean. Lo bueno es que como la tendencia a procrastinar se va desarrollando después del nacimiento, se puede aprender a frenarla.
Procrastinar es eludir tareas intencionalmente por miedo.
-¿Cómo impacta la procrastinación en la vida de las personas?
-Afecta sus relaciones sociales. La gente tiende a tomar distancia de los que postergan tareas, incluso hay procrastinadores que se alejan de procrastinadores. Se ha encontrado que los procrastinadores tienen niveles más altos de estrés y un pobre manejo de sus cuestiones de salud, con más resfríos frecuentes, problemas estomacales, dolores de cabeza, entre otros.
-¿Qué recomienda hacer al procrastinador crónico?
El primer paso para recuperarse es el deseo de quebrar el ciclo de la procrastinación. Después de superar el obstáculo inicial, pueden empezar a vivir la vida que querían vivir y que han estado postergando por tanto tiempo. Para eso, recomiendo la terapia cognitiva conductual, que es la que más efectividad ha demostrado para controlar la procrastinación, porque cambia el modo en que la gente piensa y actúa.
Precisó Ferrari a Infobae: “Sabemos que el desorden no contribuye al bienestar. Estoy en desacuerdo con Kondo cuando dice que hay que tomar cada objeto de la casa y ver si brinda alegría. No coincido. Porque tocar esos objetos lleva a que uno los siga conservando y a no a desprenderse”.
-¿Qué más han descubierto a través de estudios sobre el desorden en las casas?
-Lo llamamos "hogar psicológico" al lugar donde la persona vive y siente que lo define en su propia identidad. Lo puede percibir como un refugio que le brinda protección, seguridad y privacidad frente al mundo externo. En ese hogar, las personas pueden desarrollar un fuerte apego a objetos y lugares.
En el trabajo que publicamos en la revista Current Psychology utilizamos una escala de la calidad de vida relacionada con el desorden, que fue desarrollada por Catherine Roster, de la Universidad de Nuevo México.
Hicimos el cuestionario a tres grupos de diferentes edades sobre desorden y satisfacción con la vida: estudiantes menores de 20 años, adultos que tienen entre 20 y 30, y mayores de 40 años. En la escala, los participantes tuvieron que registrar si pagan sus cuentas a tiempo o si el desorden en el hogar los enoja, entre otras preguntas. En los tres grupos estudiados, se encontró una asociación significativa entre los problemas de procrastinación y desorden. La frustración con el desorden tiende a crecer con la edad. A mayor edad, los problemas de orden en la casa están más ligados a la insatisfacción. Insisto el desorden tiene su impacto negativo, incluso puede inducir una respuesta fisiológica, como aumentar los niveles de la hormona cortisol que se libera como respuesta al estrés.
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