A lo largo de la historia, a las mujeres se les dijo que guarden silencio, que se queden quietas, que se repriman. Y su valía decrecía aún más al llegar a la mediana edad, porque el tiempo de lograr sus sueños ya había pasado, la oportunidad se había perdido.
Pero el mundo está en plena revolución, y los paradigmas cambiaron. Hoy, cada vez más, las mujeres se animan a cambiar el rumbo de sus vidas, a llevarse el mundo por delante. Sin edad, tiempos o condicionamientos.
Encontrarse, muchas veces sin querer, con uno mismo. Volver a descubrirse. Eso fue exactamente lo que le sucedió a la autora del libro Una gloriosa libertad, la estadounidense Lisa Congdon, que invita a las mujeres a animarse a dar un giro inesperado en sus vidas. "Cuando cumplí mis 30 años, comencé a tomar clases de arte y descubrí una pasión. Una vez que empecé a dibujar y pintar, lo amé. Eventualmente empecé a vender mis pinturas y dejé mi trabajo como maestra para dedicarme únicamente a esto que es mi gran pasión", reveló a Infobae.
De este modo, Congdon a los 42 se convirtió en escritora, a los 44 publicó su primer libro y a los 45 se casó. Su motor de inspiración para escribir su libro fueron mujeres que hicieron un giro en sus vidas después de los 40: "Me inspiré en aquellas que se reinventaron a una edad mayor. Que decidieron salir de la zona de confort y animarse a cumplir sus sueños. Mujeres vencedoras, luchadoras que inspiran a todas a recordar que nada tiene un límite".
"Les pedí a mis seguidores que me ayudaran a identificar distintas mujeres de todos los tiempos que fueron flores tardías, que llegaron a la cima de sus carreras más tarde en su vida o que hicieron una apuesta osada para vivir de manera interesante después de sus 40 años", comentó Congdon.
De este modo, la ilustradora entrevisto o escribió sobre distintas mujeres que cumplieron objetivos y sueños, derribando mitos y barreras que decían que ya estaban muy grandes. Historias como la de la diseñadora Vera Wang; la escritora Stephanie Young; la reconocida cocinera Julia Child; Madonna Buder, conocida como la la madre superiora del triatlón; y Helen Gurley, editora de Cosmopolitan. Todas tienen un factor común según la autora: "Cada una de las mujeres en el libro tomó la decisión de salir de la zona de confort. Aprendí que no hay, literalmente, forma de concederles grandes cosas a las mujeres, especialmente si son mayores, sin coraje y determinación".
Vera Wang
Nació en Nueva York en 1949 y se dedicó al patinaje durante 15 años, luego fue editora de Vogue. Sin embargo, años más tarde encontró su pasión más grande, por la que hoy es actualmente conocida: la de diseñadora. Justamente a sus 40 años, luego de frustrarse con la oferta disponible de vestidos de novia, identificó la necesidad que había de vestidos sofisticados y abrió su primera boutique en 1990, y perfeccionó sus habilidades como diseñadora pasados sus 40 años.
Durante los últimos 25 años, su emporio del diseño se ha extendido y ahora incluye colecciones de ropa, fragancias, joyería e incluso vajilla. A los 60, Wang continúa dando su toque distintivo a sus productos.
Julia Child
La reconocida chef comenzó a cocinar en serio recién a sus más de 30 años. El camino de Child para llegar a ser un ícono de la cocina inició cuando su esposo, el diplomático Paul Child, fue asignado en Francia y Julia pudo conocer bien de cerca la gastronomía francesa que la enamoró. Posteriormente inauguró su propia escuela de cocina y tardó más de 10 años en terminar su primer libro: El arte de la cocina francesa.
Cuando por fin publicó su libro, Child había cumplido 50 años. Luego de que el público quedara cautivado cuando apareció en un programa de televisión para promover su libro, le ofrecieron su propio show: The French Chef, la chef francesa, en español. Child continuó escribiendo libros de cocina, produjo y protagonizó una serie de programas televisivos, gano un premio Peabody y varios Emmys. Trabajó de forma activa casi hasta su muerte en el 2004, a la edad de los 92.
Madonna Buder
Conocida como la "madre superiora del triatlón", forma parte de las Hermanas para la Comunidad Cristiana en Spokane, Washington. En 2012, a los 82 años, se convirtió en la persona de mayor edad en completar el triatlón Ironman– que consiste en 3,9 kilómetros de nado en mar abierto, 180 kilómetros en bicicleta, y 42,2 kilómetros de running- en un tiempo de 17 horas.
No fue hasta los 82 años que Marie Dorothy Buder comenzó a correr hasta convertirse en triatleta. Además, fue pionera como participante en varios grupos de Ironman, lo que permitió que la competencia abriera categorías para mujeres de 60, 70 y 80 años. En 2014 la hermana Madonna ingresó al Salón de la Fama del Triatlón en Estados Unidos.
Helen Gurley Brown
De publicista a editora. Alcanzó el éxito al mando de la revista Cosmopolitan a sus 43 años, en plena madurez, cambiando las nociones que rodeaban la independencia sexual y profesional para la generación de mujeres menores que ella. Helen era la viva imagen de la longevidad, y se dedicó a la revista por casi 50 años.
Aunque en 1977 dejó su cargo como directora ejecutiva, continúo trabajando para la revista como editora de las versiones internacionales, hasta su muerte a la edad de los 90 años, en el 2012.
Sensei Keiko Fukuda
Se convirtió a los 98 años en la mujer con el grado más alto de judo en el mundo, luego de soportar varias décadas de discriminación por parte del instituto Kodokan, dominado por hombres.
Con menos de metro y medio de estatura, Keiko era una maestra de artes marciales fuera de lo común. A sus 98 años de edad, la Federación de Judo de los Estados Unidos la ascendió al puesto más alto que una mujer haya conseguido en estas artes marciales. Keiko continuó enseñando judo en su dojo hasta el día de su muerte, a los 99 años.
"La edad es importante como cada aspecto de quien es la persona lo es. La edad significa que una persona tiene más experiencia, más sabiduría, más perspectiva. Es algo para celebrar", enfatizó la autora del libro.
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