Bárbara Borello Castillo tenía 3 años cuando contrajo una rubéola que afectó gravemente su sistema auditivo, provocando una disminución en la audición de un 80%. Desde ese día la pequeña vivió 4 años más sin poder escuchar bien, entender a la maestra, identificar sonidos, disfrutar el canto de los pájaros o una simple melodía. A los 7 años recibió sus primeros audífonos y a sus 29 decidió adquirir el implante coclear de Med-el que le cambió la vida.
Desde que en 1957 los doctores franceses André Djourno y Charles Eyrés insertaron por primera vez un hilo de cobre dentro del oído interno de un paciente, logrando que fuera capaz de percibir el ritmo del lenguaje, cada 25 de febrero (fecha de la implantación) se conmemora el Día internacional del Implante Coclear.
La discapacidad auditiva constituye el 18% de las discapacidades en Argentina, en donde entre 750 y 2.250 niños nacen con estos problemas cada año. Un problema que afecta al 5% de la población mundial. En Argentina, las prótesis auditivas de uso interno permanente, como el implante coclear, se encuentran dentro del Programa Médico Obligatorio (PMO). Quienes cuenten con obra social sindical o prepaga deben recibir el 100% de la cobertura.
"Me implanté hace un año y me arrepiento de no haberlo hecho antes, es un después en mi vida", comentó a Infobae Bárbara Borello Castillo. A pesar de que hoy es una joven de 30 años con proyectos y sueños por cumplir, su infancia y adolescencia fueron difíciles: "Nací con una audición normal y eso es más difícil emocionalmente porque sentís como todo se va apagando. En el jardín no se daba cuenta de mi problema y yo recurría a la violencia para que me escuchen o me hablen. Haciendo un análisis, a los nenes les daba vuelta la cara para que me miren, estaba tratando de comunicarme, de hacerme entender".
Y es que en los niños, la audición es clave para aprender el lenguaje hablado, tener un buen desempeño escolar e interactuar socialmente. Es por ello que quienes padecen pérdidas auditivas tienen dificultades para afrontar estos procesos. Sin embargo, podrían beneficiarse enormemente con un diagnóstico temprano y con el equipamiento adecuado en el momento adecuado.
"A los 7 años me diagnosticaron oficialmente hipoacusia y empecé con audífonos. Tampoco escuchaba mucho, pero comparado a lo anterior entendía mucho más los sonidos. A partir de que tuve audífonos la primaria y secundaria fueron un poco duras porque cualquiera que no escucha bien se persigue y piensa que todo el tiempo lo están juzgando", enfatizó la joven.
A sus 18 años, Bárbara comenzó a estudiar para ser directora de cine y se dio cuenta de la dificultad que tenía ser una joven hipoacúsica en un aula con más de 100 personas. "Fue la primera vez que me enfrenté a mis limitaciones. Hoy con una mirada mucho más adulta y objetiva, sé que las aulas de los colegios y las universidades tendrían que estar preparadas para un alumno con hipoacusia, ya que es muy difícil seguir el ritmo sin poder verle la cara a la docente, por ejemplo", recordó Borello Castillo.
Impulsada por sus vivencias, Bárbara decidió que quería mostrarle al mundo lo que ella sentía y volcarlo en la pantalla grande. "Yo quería contar algo, no sabía qué. La idea apareció en el cumpleaños de una amiga, en donde no me podía adaptar. La hipoacusia te genera eso. Es como si uno completara con la mente lo que no escucha. Desde ahí me puse a escribir y surgió la idea que desencadenó en Claramente, un cortometraje con Benjamin Rojas y Candela Vetrano", contó la cineasta.
En ese contexto, la joven escribió un guión en donde invita a la audiencia a vivir y sentir cómo escucha una persona con pérdida auditiva: "Claramente tiene como objetivo acercar esta condición, que no se ve, al público general y busca que la persona pueda ponerse en los oídos del otro, conocer sus miedos, inseguridades y así poder involucrarse con su problemática".
La falta de información, el problema mayúsculo de la hipoacusia
La joven estuvo cuatro años hasta que le diagnosticaron oficialmente la enfermedad. "La información la fui a buscar yo y eso no debería pasar. Creo que es clave entender para poder perder el miedo", confesó Bárbara.
La joven también trabaja de fotógrafa y actualmente está planeando una película que intente abordar la temática del implante coclear, un antes y un después en su vida. "Quiero hacer está película que relate un poco los miedos que enfrenté y enfrentan la mayoría de los no oyentes al momento de decir que sí a la cirugía, los quiero ayudar y decirles que es la mejor decisión que uno puede tomar", aseguró la directora de cine.
Hoy la joven disfruta de cada uno de los sonidos, comprende las letras de las canciones y hasta diferencia cada instrumento. Su vida cambió y tiene como deseo transmitir con su profesión a las personas lo que siente una persona con una discapacidad auditiva. u mensaje es simple: "Hablen, infórmense, atraviesen el miedo que todo va a estar bien".
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