Dicen que la historia familiar "se cuela" en todas las elecciones de la vida. Y las relaciones de pareja no son la excepción. "En toda relación de pareja se despliega la novela familiar, y según la teoría psicoanalítica de Sigmund Freud, el narcisismo es una importante etapa del proceso de estructuración de la personalidad ", comenzó a explicar la licenciada en Psicología María Eugenia Calvo (MN 44884).
"Narciso rechazaba todas las relaciones de amor, por temor a la relación directa con los demás, a manifestar y recibir afecto, por el miedo al abrazo y al contacto físico. Enormemente inseguro y siempre insatisfecho, el narcisismo puede ser definido como la conducta motivada por el placer de ser admirado, el excesivo deseo o necesidad de atención y admiración, una forma de presentarse como único y exclusivo -señaló la especialista-. No es lo mismo el narcisismo que el amor a sí mismo. El narcisista no se ama, el deseo es consecuencia de su frustración, de un vacío interior que necesita constantemente la confirmación de los demás, para mantener su autoestima".
El narcisista no se ama, el deseo es consecuencia de su frustración, de un vacío interior que necesita constantemente la confirmación de los demás
Sobre las características de la personalidad narcisista, Calvo consideró que "si en la historia de esta estructuración hubo carencias, falta de empatía de los adultos cuidadores, dificultades o desórdenes, esta insuficiencia se puede manifestar en la adultez en un narcisismo más o menos exacerbado".
"Necesidad irreflexiva de colmar sus expectativas, ejercer control sobre otros para satisfacer sus propias necesidades (y para ello utiliza todos los artilugios de encantador y gran seductor, en busca de reconocimiento y valoración de sí), dificultades para establecer empatía, o identificarse con los sentimientos y necesidades de los demás, sentir envidia de los demás o creer que los otros son los que le envidian a él", son algunas de las cualidades que, según la experta, pueden tener este tipo de personas. A las que sumó: "Dificultad para sentir emociones como tristeza, y registrar su necesidad afectiva y su vulnerabilidad, escaso contacto con sus sentimientos íntimos y necesidades profundas, muy sensible a la crítica y personalidad sostenida en la imagen o impresión que genera a los otros, ya sea por su belleza física o su atractivo despliegue verbal o histriónico que convoca la atención".
Las relaciones amorosas, ¿ponen de manifiesto la personalidad narcisista?
"La relación con un amante es el campo propicio para establecer vínculos con características que parecen inscribirse dentro de una orientación más narcisista: recibir aquello que les falta o les faltó en su temprana edad, para tenerlo todo, la búsqueda de completud, ir en busca de ideales, poco desarrollo de la capacidad de registrar y expresar sus necesidades afectivas y el sufrimiento silencioso por parte de la persona amante no es tenido en cuenta". Calvo consideró que "se establece una relación de desigualdad en la que la persona amante se va adaptando a la disponibilidad y a las reglas de juego de la clandestinidad y el secreto, que impone el otro. Básicamente, relación de dominación que queda camuflada por algún discurso del permiso a sentir".
Dichas relaciones -según la especialista- "parecen además sostenerse en la distancia, en la evitación, en la imposibilidad, en la frustración y en el sufrimiento y en la falta de empatía". "Se orientan a relaciones con amantes para no implicarse, y a la vez quedar enlazados en una espiral de atracción ingobernable: estas sensaciones de alta tensión sexual ocultan un sentimiento de sí de gran desvalorización", argumentó.
¿El inconsciente elige por uno?
El recurso y las estrategias del silencio, la mentira, o de ocultamiento, es también parte de una dinámica que pertenece al inconsciente familiar y por lo tanto expresa el lugar que se ocupa dentro de ese sistema.
"La búsqueda de un amante en términos narcisistas pone de manifiesto una frágil relación consigo mismo, que necesita reforzar desde el exterior con la admiración, el reconocimiento que obtiene de los demás", destacó la especialista, quien agregó: "Toda relación habla de la relación que tenemos con nosotros mismos. En la búsqueda de un amante, también hay una búsqueda infructuosa de restablecer un narcisismo que quedó no integrado. Es decir, aquel momento en el cual el niño se toma como objeto de amor a sí mismo para diferenciarse, y construye su sentimiento de sí, este proceso de estructuración psíquica de alguna manera quedó aún en construcción".
"Detrás de todos estos artilugios y demandas se está encubriendo un niño herido que aprendió a no registrar sus necesidades, porque estas no eran escuchadas. Siempre está la oportunidad, en el camino hacia la adultez, de prestar atención a nuestro sentimiento de fragilidad para darle el espacio y el lugar y así aprender a prodigarnos lo que no fue dado", finalizó.
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