"Carolina, una escritora que trabaja en una revista de espectáculos, se acaba de separar y en su búsqueda de placer se enreda con un actor, un músico y un conductor de radio. ¿Su objetivo? Encontrar sensaciones intensas para despegar de la chatura de la vida cotidiana y la falsedad del mundo del jet set, y convertir a esos hombres en personajes de su nuevo libro, mezcla de diario íntimo y crónica, mientras ella misma se vuelve un personaje literario".
Así se resume Verano. Un diario íntimo (Planeta) -la segunda novela de la periodista y escritora Karina Noriega-, una historia que hace hincapié en las relaciones efímeras, la superficialidad de los eventos sociales y las fiestas "glam" para alejarse de los mandatos sociales.
En su libro, Noriega busca reivindicar el lugar de la mujer exponiéndola a "situaciones masculinas". La protagonista vive a golpes de likes en las redes sociales y es aficionada a los romances pasajeros que solo le dejan angustia. El resultado es una novela que se lee como un artefacto de época, un juego de seducción que combina el erotismo con la frivolidad de un mundo construido en la delgada línea entre la realidad y la ilusión.
–¿Qué te llevó a escribir Verano?
-Es como la continuación de Punta del Este (Planeta), que fue mi primera novela. Lo que tiene en particular es como un paso de cierta superficialidad a otro tipo de situaciones efímeras. Más que nada tiene que ver con lo sentimental y con lo sexual, con los encuentros, con lo pasajero. Hay una construcción ahí que me interesaba hacer de lo pasajero, pero también utilizando algunos aspectos de mi vida personal como disparadores.
-El problema de las relaciones livianas, sin profundidad, es uno de los temas centrales..
-Tenía que ver con una necesidad de contar ese reflejo de época también acerca de las nuevas relaciones, de lo fugaz, de las mujeres en otro lugar, en el que buscamos placer, no buscamos completarnos con otra persona. Creo que uno experimenta mucho acerca de lo sexual y pone en duda la heterosexualidad. Es algo que me interesó mostrar: relaciones muy diversas, algunas de las cuales me atravesaron, otras no, pero bueno, en las que obviamente hay mucho de construcción y de ficción pero que necesitaba en algún punto mostrarlo como nunca antes lo había hecho.
–¿Qué buscabas transmitir?
-La idea de que la mujer tiene otro lugar, como otra posición. No mira hacia atrás, está muy lejos de los mandatos y de las necesidades del patriarcado. En definitiva, es una historia que es un reflejo de esta época del feminismo y las mujeres ya no estamos esperando, no estamos a la espera de nada, tal vez no necesitamos convalidación o validación de los hombres y bueno, vamos a buscar lo que queremos.
Aparte todo esto de redefinir la soledad y el placer, o sea, es algo que todos hoy un día disfrutamos muchísimo, como nuestro tiempo libre, propio, de la soledad, de quedarnos a ver una serie en Netflix, a disfrutar de lo propio, de la copa de champagne o lo que fuera, que tal vez es algo que uno va aprendiendo a medida que se desliga de los mandatos.
También se aprende a construir nuevas relaciones con otras personas que pueden ser otro tipo de pactos, incluso hay muchas relaciones que no por no duraderas puedan llegar a ser interesantes para uno, no es que lo perdurable y lo que dura para toda la vida tiene un nivel de súper interés, y en parte me parece que estamos educados con el chip sentimental de los finales felices, de la que se quiere casar o el que quiere determinada cosa para sentirse completo. Me parece que ese tiempo ya está bastante diluido, muchas personas construyen otras relaciones.
-Cuando terminaste de escribir este libro, ¿qué te generó?
-Me gustó mucho porque fue la decisión de buscar, de elegir. De modo taxativo, utilizar mi realidad para disparar hechos de ficción. Fue un camino como de autodescubrimiento y de mostrarme, digamos, de exhibir ciertas cosas sin temor, y sin censura. Y de construcción, obviamente. Es un personaje que no lleva mi nombre, pero mucha gente puede identificar muchas cosas que han pasado en mi vida, como por ejemplo la historia de una escritora y periodista que se acaba de separar ¿no? Y bueno, desde ahí es una elección. Este personaje elige separarse en busca de su libertad.
Yo lo que traté de hacer es alejarme de la expectativa ajena, de las miradas, y después, así como yo no juzgo a los personajes, y no juzgo a nadie y respeto todas las libertades, es algo muy difícil de lograr para cualquier ser humano, y esos procesos siempre -les pasa a muchos amigos- me parecen como súper especiales, como sagrados, y tal vez el libro, es cierto, refleja esa etapa en la que yo decido decidir, digamos, decidir por mí.
-¿Te llevó mucho tiempo escribirlo?
-Me parece que la escritura es un lugar en el que uno hace esa catarsis y va evolucionando y va descubriendo cosas en uno, sobre todo la decisión de partir de algunas cosas personales, que ya marcaban que el camino iba a ser ese.
-Sí, poner en palabras cosas que uno piensa pero que a veces hasta no escribirlas o no decirlas no te das cuenta realmente qué es lo que pensás…
-Exacto, ahí hay una construcción de visión del mundo y de lo que pienso acerca de las relaciones y el amor. Y no significa de ninguna manera que no dudé en relaciones amorosas. Es un personaje que descubre todo tipo de sexualidades, y está como en busca del placer, porque es algo que necesitamos y que a veces es muy difícil permitírselo.
-¿Te sentís orgullosa de este libro?
– Yo creo que tal vez el máximo orgullo fue mi proceso personal, de poder haber hecho esa catarsis, sobre cosas que me estaban pasando en mi vida y extrapolar sin ningún tipo de auto censura y de mirada de auto juzgamiento. Me dio mucho placer y era un lugar donde yo quería vivir. Es decir, cuando lo escribía, escribía un universo en el que yo prefería vivir.
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