Reyes Magos: cómo mantener la ilusión de los niños, ¿ingenio de los padres o prolongación de las tradiciones?

Cientos de millones de niños alrededor del mundo dejan la noche del 5 de enero sus zapatitos, junto con agua y pasto, a la espera de que mientras duerman, Melchor, Gaspar y Baltasar hagan su magia y dejen sus ansiados regalos. Un análisis sobre las creencias, bajo la lupa de especialistas

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La riqueza emocional de un niño se desarrolla a menudo a través de estructuras de ficción
La riqueza emocional de un niño se desarrolla a menudo a través de estructuras de ficción

Las fiestas de fin de año, con Papá Noel como protagonista y la llegada de los Reyes Magos, tienen para los niños un plus, que está marcado por la ilusión de año a año recibir esos regalos que tanto anhelan y que pidieron en sus cartas.

Los que van creciendo, empiezan a dudar de cómo ese señor tan gordo con su trineo entra a las casas a dejar los paquetes. ¿Y los tres Reyes Magos con sus camellos que llegan a tomar agua y comer pasto?

Si bien muchos padres intentan mantener y prolongar la creencia, a otros, cuando los hijos comienzan a interrogarlos les genera una extraña sensación de culpa, o duda acerca de si hicieron bien en montar toda la "mentira" que implica continuar la ilusión.

La emoción con la que esperan los regalos hace que los adultos muchas veces sostenga la ilusión

"La riqueza emocional de un niño, su imaginación, se desarrolla a menudo a través de estructuras de ficción, en las que el mundo mágico tiene un lugar preponderante. Más allá del valor religioso que adquirió para los cristianos, principalmente de oriente, la figura de los tres Reyes Magos, como ofrenda al nacimiento de quien sería considerado el Mesías, su valor trasciende en efecto lo religioso para ofrecer al niño una estructura de ficción que de vuelo a su imaginación". Para el médico psiquiatra Juan Eduardo Tesone, miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), "celebrar el nacimiento de Jesús, es ante todo celebrar el nacimiento de un niño, ofrecerle regalos es un modo de reconocer la alegría de dicho nacimiento".

Según dijo el especialista a Infobae, "para un niño, saber que un nacimiento es una ocasión celebratoria lo confirma en su derecho a la existencia". Por otro lado, para él, "no es indiferente que los tres Reyes Magos representen edades y colores de piel diferentes, un lindo modo de iniciarlo a lo multicultural".

Hay padres que consideran que es importante mantener la ilusión con una pequeña mentira piadosa o protectora (Getty)
Hay padres que consideran que es importante mantener la ilusión con una pequeña mentira piadosa o protectora (Getty)

Ahora, ¿es posible mantener la "magia" de estas tradiciones en épocas en que los niños tienen acceso a más información? Ante la consulta, la licenciada en Psicología Lorena Ruda consideró que "los niños de alguna manera eligen creer. Muchas veces ocurre que alguno ya está en la duda y cuando se la expresa a un par que aún no duda -o no quiere dudar- éste último lo niega rotundamente y sostiene la existencia del personaje en cuestión". Para ella, ante el planteo siempre conviene repreguntar qué creen ellos, ya que "el que quiere creer, cree aunque venga otro a contarle la verdad. Incluso cuando ya dudaron, muchos prefieren seguir creyendo".

Sobre si más allá del valor religioso de estas festividades, mantenerlas ayuda a desarrollar la imaginación y la riqueza emocional del niño, Ruda analizó: "Más que de incentivar la imaginación creo que se trata de la ingenuidad del niño y la ternura que de alguna manera eso genera. La emoción con la que esperan los regalos hacen que uno muchas veces sostenga la ilusión. Incluso a veces la imaginación va más lejos y se transforma en un miedo un poco paranoico que los lleva a interrogar '¿cómo entran a casa los reyes?' '¿entonces puede entrar cualquiera?' '¿un ratón se mete en mi almohada cuando duermo!?'". "Estas preguntas también las hacen y uno termina enredado explicando que nada malo va a pasar, pero en un punto es hasta bizarro. Creo que mantener la ilusión es la manera de justificar por qué seguimos sosteniendo el mito", agregó.

¿Hay mentiras y mentiras?

Cuando el niño pregunta sobre la realidad de dicha ficción no conviene negarla (iStock)
Cuando el niño pregunta sobre la realidad de dicha ficción no conviene negarla (iStock)

Que no se debe mentir es sin dudas una de las enseñanzas que los padres más se empeñan en transmitir a sus hijos. Será por eso que muchos niños reaccionan con enojo y desilusión al descubrir que fueron "engañados" por las personas en quienes ellos más confían.

"La ficción puede ser sostenida mientras funcione como un andamiaje para la fantasía del niño; pero si el niño pregunta sobre la realidad de dicha ficción, pienso que no conviene negarla, ya que eso sería descalificarlo en sus propias percepciones. Está el tiempo de la ilusión y el tiempo de la desilusión, tiempos que a los humanos nos toca vivir continuamente en el curso de la vida", analizó Tesone al respecto.

Ruda opinó que se trata de "una mentira de alguna manera válida". "Algunos niños se sienten traicionados por los padres, otros felices al descubrirlos, otros en el fondo, siempre lo supieron. Incluso algunas teorías dicen que ellos sostienen la mentira para no desilusionar a los padres", agregó.

Algunos niños se sienten traicionados por los padres, otros felices al descubrirlos, otros en el fondo, siempre lo supieron

Para ella, "los chicos entienden que no es una mentira como las que pedimos que eviten, pero, en el fondo, es un cuento". "Cada uno decide creer o no, y cada familia tiene derecho a cuestionarse sobre esto y hacer algo diferente si así quisieran. Por ejemplo se puede hablar de estos temas como tradiciones y sostenerlas como tales pero con la verdad -sostuvo Ruda-. La reacción ante la verdad es impredecible, pero yo creo que en el fondo, alivia".

En ese sentido, la licenciada en Psicología Adriana Guraieb, miembro titular en función didáctica de APA observó que "hay padres que consideran que es importante mantener la ilusión con una pequeña mentira piadosa o protectora, y prolongar la ingenuidad de la infancia, tal vez sin considerar que cuando llegue la desilusión no será con los Reyes Magos, ni Papá Noel, sino con los propios padres".

"Otros prefieren decir, por ejemplo, que hace miles de años existieron pero que ahora representan el valor de ser generosos, de pensar en los demás, en los necesitados, de obsequiar para dar una alegría moral que puede perdurar de por vida", finalizó.

Creer o no creer. Perpetuar el mito o resignificarlo. He allí el gran debate. Mientras nadie traicione sus ideas y haya siempre una sonrisa en el rostro de cada niño, todo será válido. Después de todo, son días donde la fecha es la excusa para el juego compartido y el tiempo en familia. ¿Acaso con esos dos ingredientes algo podría salir mal?

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