"Para el año que viene me propongo…", es una frase muy común que se suele escuchar luego del balance del año, en las vísperas de Año Nuevo, y que muchas veces incluye deseos que quedan sin cumplir, ya que no suelen ser metas bien establecidas sino un propósito vacío.
Lo cierto es que un estudio de la Universidad de Scranton, Pensilvania, reveló que 9 de cada 10 personas que establecen propósitos de Año Nuevo fracasan debido a que se plantean de forma vaga, sin definir un tiempo para lograrlo, ni el proceso o método.
Para la psicóloga y escritora Celia Antonini, el ser humano es una persona que mide las cosas por año: "Solemos medir todo ya que nos pensamos en base a los años: 'Hace ocho años tuve un hijo', 'hace seis me mude sola', y cuando llega fin de año la persona siente la necesidad de hacer un balance de cómo estuvo el año y luego se propone cambiar algo que le faltó en el balance o que no pudo cumplir".
Por qué las personas no cumplen los propósitos
"Hay algunas cuestiones que se plantean como deseos, pero que son cuestiones crónicas y que están relacionadas con algo mucho más complejo que el mero deseo. El cambio de año aparece como algo mágico en el que se pueden producir nuevas cosas de la nada pero que si no se acompaña con un trabajo y compromiso de la persona por realizarlo seguramente esté destinado al fracaso", explicó a Infobae Nora Leal Marchena, médica psiquiatra.
El estudio brindó una especie de "fórmula mágica" para poder cumplir el propósito de cada uno. "Hay que tener objetivos específicos, definirlos de forma muy concreta, clara y acotada. Que no quede duda acerca de qué exactamente quiere lograr la persona; además deben ser medibles, porque es la única manera de saber su avance", precisa el informe.
Para la psiquiatra, proponerse todo esto es de suma importancia ya que de esta forma podrá cumplirlo: "Cuando la persona propone algo bien organizado se puede cumplir en cualquier fecha del año. Sin embargo, pedirlo en Año Nuevo es más una cuestión cultural, ya que sentimos que cuando cambia el año cambian las cosas".
Por otro lado, las metas también deben ser asignables, lo que significa que se deben especificar qué personas son responsables de lograrlas; realistas, es decir, que las metas deben ser alcanzables, pero no fáciles, y deben tener tiempo, una fecha específica para lograrlas.
"Cuando uno tiene una fuerte motivación y se propone puede cumplir lo que desea en cualquier fecha. Lo importante para poder cumplirlo es hacer un gran esfuerzo, ya que si no trabajamos para conseguirlo será imposible. Lo único que cuenta es el esfuerzo, las ganas y la constancia", describió Marchena.
Una excusa o una fecha de inicio
A pesar de que el comienzo de un nuevo año parece ser la excusa para proponer nuevos métodos de trabajo o metas que puedan cambiar un poco la rutina de cada persona, para Antonini la fecha no es una excusa: "No necesitamos tener una excusa para proponernos algo, sino pensar qué logré en el 2018 y qué quiero para el 2019. La clave está en el compromiso, ya que es mucho más costoso desearlo que hacerlo si no se trabaja para lograr lo que uno desea".
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