Por Flavia Tomaello
Es la hora de los consumidores. Los comunes mortales desde las cocinas de sus casas se convierten en creadores de tendencias, marcan la agenda gastronómica, crean comunidades de fieles seguidores, encuentran un modo de segmentarse y se afincan en un nicho que construyen y abonan, mientras las marcas se encuentran con el desafío de dialogar con ese nuevo modo de comunicar y consumir. Algo que tienen en común es que, la mayoría de ellos no llegan como expertos, sino como amantes y, en parte, aficionados por placer.
Con más de 230 mil seguidores, Valentina Ramallo, después de pasar por varios trabajos que no tenían nada que ver con la cocina, se animó y empezó a trabajar en un restaurante en San Isidro que no tenía carta dulce y eso le permitía inventar cosas nuevas. Subía fotos a las redes sociales de su trabajo y las cosas que hacía. De a poco se dio cuenta que la empezaba a seguir gente que no conocía y que preguntaban si vendía o si podía pasar la receta. Así sin querer empezó a subir recetas de las cosas que cocinaba en su casa.
Kari Gao siempre fue amante de la gastronomía, pero su aparición en las redes se la debe a su maternidad. "Cociné desde chica, y después estudié cocina como hobby -explica-. Para mí la cocina es un lugar mágico, es el sitio de las infinitas posibilidades, y esa sensación de dar amor todos los días. Eso me vuelve loca". Empezó en 2009 un blog sobre comida china. La idea era difundir un poco más sobre su cultura familiar. Seis años después nacieron sus mellizos y no podía dedicarle más tiempo al blog. Hizo una pausa, y muy naturalmente nació Mon Petit Glouton, blog de recetas para sus hijos cuando a los 6 meses que empezaron a comer que va por los 88 mil fans.
La historia de Pía Fendrik, experta en food style, cocinera y autora de varios libros, parte en la revista Para Ti. Beatriz Espinoza, encargada de la sección de cocina y una pionera, no podía afrontar algunas notas, y ella se hizo cargo. Más tarde llegó una colección de fascículos y su columna en la revista Sophia desde el 2005.
"Para mí la cocina siempre fue un hobbie -cuenta-, desde chica preparaba la comida cuando mamá tenía invitados, me divertía mucho". Estudió en el IAG e hizo la carrera de pastelería, después se especializó en chocolate y caramelo en otra escuela. Tal vez con una experiencia más tradicional que el clásico instagrammer, Fendrik asegura que para ella "el mundo digital es una plataforma más y lo uso como una herramienta para mostrar mi trabajo. Me divierte la interacción que genero con mi público y es un ida y vuelta bastante fácil. No creo que sea mi fin ser o pertenecer únicamente a las redes. Mi mundo es bastante amplio". Acaba de lanzar su tienda nube donde vende productos utilitarios para el mundo gastronómico. Son artículos cuidados desde la elección, artesanales y producidos por artesanos argentinos.
El valor del nicho
En materia de cocina, uno de los propulsores del crecimiento de los influencers han sido los segmentos nutricionales: veganos, vegetarianos, celíacos, proteicos, para deportistas, para niños, preparaciones fáciles, para madres primerizas, viandas escolares… todos tienen una o más estrellas que crean contenidos valiosos para sus seguidores, innovando en preparaciones y aportando saber de su especialidad.
Gustavo Teruel creció en el segmentos de papás encolumnados en el movimiento de alimentación complementaria a demanda (BLW por sus siglas en inglés). "Cuando comenzamos, junto a la mamá de Matilda, mi hija, a meternos de lleno en el inicio de su alimentación complementaria, observé en los grupos de Facebook de BLW en donde era miembro que era el único papá -relata-. Me gustaba compartir recetas a través de estos grupos y comencé a interiorizarme poco a poco. Por eso decidí crear un canal de youtube para compartir las elaboraciones propias que iba realizando y desde hace un tiempo me dedico mayormente a compartir recetas por medio de Instagram".
Hubo momentos de crecimiento extremo producto de ayudar a varias figuras públicas de Argentina, entre ellas Juana Repetto y Paula Chaves. Actualmente se encuentro haciendo programas en Vivo por IG con la actriz también argentina Emilia Attías. "Voy a su casa a darle clases de cocina y ella comparte las clases con todos sus seguidores, mostrando siempre que una receta saludable y rica la pueden compartir tantos los niños y niñas como los adultos", explicó.
El segmento infantil o de cocina para niños es un éxito arrasador en las redes con múltiples propuestas y muchas de ellas concentradas en la sencillez y la alimentación variada. La cocina materna es una de las banderas que enarbolan los que se dedican a cocinar en casa. Estefanía Angueyra, es una franco-colombiana con formación en literatura que vive de las traducciones, pero se ha hecho célebre por su blog La pobre viejecita, el que también se luce en Instagram. "Mi abuela -afirma- me inculcó desde pequeña un gran interés por la cocina, así que mi proyecto es una suerte de tributo a ella. Mi blog busca ser ético y responsable, por lo que nunca me verán enalteciendo lugares o productos que realmente no me gustan. No acepto todas las invitaciones que me hacen, y no cambio mis opiniones por lucro o beneficios. Sin embargo, siempre busco hacer apreciaciones constructivas que ayuden a consolidar la cultura gastronómica del país".
Barranquilla parece haber sido el eje del despliegue gourmet en Colombia. El publicista Andy Martelo es el alma mater de El foodie Colombia. Esencialmente se ha dedicado a reseñar restaurantes que visita, igual que su compatriota, pero se empezó a animar a cocinar.
En Chile brilla Camila Cariaga con Blog de todo mi gusto y más de 50 mil seguidores. "Siempre fui de las que comían de todo y al contrario de los niños, siempre mi plato quedaba limpiecito -se presenta-. Por esas "coincidencias" de la vida, en uno de los pocos momentos libres que tuve, vi la película "Julie y Julia" sobre la Chef Julia Child y la bloguera gastronómica Julie Powell". Asegura que lo que más la interesa es invitar a cocinar y disfrutar de probar.
El rey de la cocina
Esencialmente todos los instragrammers coinciden en que lo central es construir concepto, pero basado en una mirada genuina. Duca indica que es fiel a si misma: "simple y con buena onda, transmito con amor lo que aprendí y aprendo cada día. Estoy abierta a compartir con todo el que se acerca". En tanto Teruel se desea posicionar en una cocina con "utilización de las especias y comida saludable. Apunto a que los papás y las mamás le puedan preparar exquisitos platos a sus hijos, pero que sea riquísimo para todos, para que puedan comer exactamente lo mismo, sin que los más pequeños queden segregados comiendo algo totalmente diferente a lo que comen su papá y mamá".
Gao sigue esa línea: "La cocina familiar me parece que es la base de todo, es donde pasa la magia. Me encanta salir a comer, me encanta disfrutar de una restaurante estrella, pero la comida que me da felicidad es la que se hace en la cocina de la casa".
Ramallo dice que no tiene claro cuánto durará el "negocio de las redes" o bien a dónde va. Pero entiende que es una herramienta que la ayuda en su cadena de pastelerías. Para Teruel hay una tendencia que le resulta llamativa: "todos quieren ser cocineros. Es impresionante el boom de la cocina en Argentina. De hecho, sin ir más lejos, hay no menos de 10 programas de cocina. Respecto a Instagram hay muchas cuentas en donde sus contenidos son muy buenos, en cuanto a fotografía y recetas que comparten, pero sucede que veo siempre la misma estética y hay muy pocos que llegaron a desarrollar algo propio y que salga de lo común".
Fendrik, a pesar de su presencia fuerte en las redes, asegura que "son un instrumento más. Soy muy cuidadosa con lo que subo: me gusta que sea muy estético y prestar mucha atención a que la foto sea linda. Uso Instagram como plataforma para mostrar mi trabajo, lo uso como blog. Muestro mis recetas, subo vídeos, comparto mi día a día, pero lo uso como un instrumento comercial para mostrar mi trabajo y dar un servicio a mis seguidores, porque subo recetas y quiero que cocinen y se diviertan en la cocina".
"Creo que la propuesta democrática de contenidos nos invita a todos a compartir", asegura Duca, quien siente que por allí transita la mayor riqueza. Para Teruel "es probable que en algunos años seguramente este universo virtual desaparezca y habrá otros espacios en donde poder compartir con el resto de la comunidad las recetas que uno elabora y también la "bajada de línea" que uno realiza. Creo que se va a trabajar mucho más lo presencial, el face to face, algo parecido a lo que estamos viviendo actualmente con la cocina, en donde volvemos a las recetas de nuestras abuelas y a cocinar en casa".
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