Es su primera vez en la Argentina, un país que tenía muchas ganas de visitar y que conoció de a retazos a través del cine y de los spots publicitarios que llegaban a su España natal. "Buenos Aires me hace acordar mucho a Madrid pero acá algunas algunas cosas con más 'guay' porque las calles están más separadas, no hay tantos edificios altos y me ha encantado la arquitectura del barrio de Palermo, sobre todo los bares con carteles luminosos".
Ella es Raquel Córcoles, una ilustradora y autora de cómics más conocida por su seudónimo Moderna de Pueblo, nombre que le debe a un personaje que ella creó en el año 2010.
Originaria de Reus, en Cataluña, decidió terminar sus estudios de periodismo en Madrid. Su camino hacia el mundo del cómic se dio tiempo después, cuando comenzó a colaborar en la revista El Jueves con una tira semanal. Hoy también trabaja para medios como GQ y El País.
En el transcurso de su carrera profesional creó cuatro libros, el último llamado Idiotizadas, un cuento de empoderhadas. Aquí, Moderna de Pueblo se muda a la ciudad luego de haber crecido escuchando frases como "eso no es propio de una señorita", y conoce a Zorricienta, Gordinieves y la Sirenita Pescada, gracias a las cuales "va despertando de todas esas idiotizaciones y empieza un largo camino para desaprender todo lo que nunca deberían haberle enseñado".
Durante su paso por Buenos Aires, Córcoles pasó por el estudio de Infobae TV y habló sobre su nueva obra, a la que título Idiotizadas… para hacer referencia al "despertar feminista, pero sin decirlo directamente. El feminismo ahora mismo está pasando por un auge y a su vez hay un rechazo hacia esa palabra. Quería que fuera un libro que ayudara a reflexionar con humor y que te atrapara sin que diera pereza y que alguien cuente en qué afecta el feminismo a tu vida".
-¿Cómo ves a la mujer en España?
– Creo que la diferencia está un poco igual que en Argentina y viniendo de México también. Es como un minimundo en el que todo parece que está superado y que ya no hace falta hablar de estas cosas porque las mujeres tienen muchas oportunidades y ya no es necesario, pero siguen existiendo los roles de género clásicos y la mujer renuncia un poco a su carrera para hacer el rol familiar, y el hombre se sacrifica yendo a trabajar para mantener a la familia y sexualmente, un hombre es un triunfador si se acuesta con muchas, la mujer siempre sigue estando criticada y son desigualdades que aún están muy interiorizadas.
-¿Te considerás feminista?
– Sí, claro. Hay un poco de miedo en autodenominarse feminista porque también nos han educado como que "la opinión importante es la del hombre" por tanto si él da el visto bueno significa que ya sos una mujer válida. Entonces como nos han educado para hacerlos felices, de alguna manera ser feminista es lo que menos aprueban y da un poco de miedo porque no es atractivo. Te tenés que enfrentar a miles de situaciones pero creo que todo el mundo debería autodenominarse feminista y ahora dar el gran paso es que también salgan más hombres y digan sin miedo que apoyan al feminismo.
-¿Cuándo empezaste a hablar sobre el feminismo en tus libros?
–Cuando llegué a Madrid estaba muy desesperada por tener una pareja y no conseguía, y entonces todas mis viñetas hablaban de ser mujer, pero ahora los miro y veo que hay muchas cosas machistas. Empecé con el feminismo cuando afectó mi vida personal, cuando vi las desigualdades que había y me interesó expresarlo a mi manera con humor y demostrar que también hay chistes y que no hace falta que haya machismo, homofobia o racismo.
– ¿Recibís o recibiste comentarios machistas en tus redes sociales?
– Tengo suerte de como me escondo detrás de un personaje no genero tanto adversario. Pero sí conozco a periodistas que dan la cara y suelen tener agresiones, como "te voy a matar", "merecés ser violado", y más que te toca por revindicar ciertos temas. Pero como Moderna de Pueblo es un personaje de cómic, quizás dicen "es una amargada, qué pesadilla", pero en ese sentido tengo suerte porque la mayoría de las personas que leen el libro son con opiniones positivas.
“Un libro lo hacés en tu casa y no sabes las opiniones que se generarán cuando lleguen a manos de la gente”.
-Colaborás en medios como GQ y El País. ¿Cómo fue ese paso?
-Estuve en una revista que se emitía los jueves, era una de las más leídas con humor gráfico y el 90% eran lectores hombres. Me acuerdo que intentaba adaptarme a su humor porque siempre recibía críticas como "a esta tía quién la ha contratado", entonces intentaba contentar al público y al final esa colaboración terminó y en parte fue una liberación porque me veía atrapada a adaptarme al estilo masculino y las temáticas masculinas. En GQ, también una revista dedicada para los hombres, ya fue un reto con Carlos (su pareja). Lo planteamos como un experimento de hacer viñetas de las preocupaciones masculinas con un poco más de sensibilidad, de la misma manera en la que hablábamos del mundo femenino.
– Idiotizadas dice que es un cuento para "empoderhadas". ¿De qué manera empodera a las mujeres?
– Me gustaría que fuera un cómic que lo pudieran leer mujeres y hombres. El problema es que cuando sos autora y el personaje protagonista es una mujer ya solo te van a leer mujeres, pero creo que es universal y una mujer más joven se puede sentir identificada como yo cuando leía a los 15 años a Maitena, que hablaba de tener una familia, tener hijos, casarse… Y lo leía desde un punto de vista de lo que me va a pasar en un futuro o cómo se siente una mujer de esa edad, con cierta distancia, pero me hacía gracia igual.
-Moderna de Pueblo es la protagonista. ¿Quiénes son las otras tres?
– Me encanta crear ficción que parta de una base autobiográfica pero que todo el mundo se puede sentir identificado, que los protagonistas crean estilos de mujeres que yo había conocido y me gustaba estereotiparlos en uno solo y que sea un poco más exagerado. Quizás vos te podes sentir más identificado con "Zorricienta", la "Sirenita Pescada" o "Gordinieves", pero por ejemplo en las firmas del libro las chicas que lo leyeron enseguida me dicen "yo soy tal cual ésta" y esa es la idea, que leas el libro y que reconozcas tu vida y el tipo de amigos que tenés.
– ¿Alguna de las situaciones que describís en el libro te pasó a vos?
– Sí, claro. Al final hablo de cosas que nos han pasado a muchísimas mujeres. Cuando hago el guión con mi pareja hacemos listas de ideas y saco un montón de reflexiones y cuestiones que le han pasado a más gente para poder visibilizarlo y cuando lo leas digas: "Me ha pasado a mí y esto a una amiga", y entonces ahí te reís de vos misma o de la amiga y le re regalás el libro en plan de "me hizo acordar a vos".
– ¿Cómo surgió ponerle esos apodos a las protagonistas?
– Soy muy fan de los juegos de palabras y creo que fue para hacerles una parodia a las princesas Disney, que son las que nos han idiotizados desde pequeñas. Enseguida busqué paralelismos que sonaran bien y que dieran juego a historias interesantes, y luego lo destaqué en la contratapa porque creía que era uno de los reclamos para que la gente enseguida entienda de qué personaje hablábamos y qué juego se le ha dado.
– Si tuvieras que describir a cada una, ¿cómo las definirías?
– Las diferentes protagonistas las hemos usado para hablar temas muy importantes como la libertad sexual a partir de Zorricienta, que es un personaje que se revela un poco, ya que tiene la misma libertad sexual que el hombre, aunque se encuentre con muchísimas críticas. Gordinieves sirve para hablar sobre la presión estética del físico, la dictadura de la delgadez, y a su vez su madre intenta que ella sea feliz y cree que la manera de llegar al éxito es estar delgada. Y la Sirenita Pescada habla un poco de esa pérdida de voz, como la película original, que a cambio de tener una relación dejás todo, y la opinión importante es solo la de él, abandonar tu vida, a tus amigas a cambio del "amor verdadero". Eso es un poco lo que los cuentos de Disney y las comedias románticas dirigidas a mujeres nos han vendido.
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