Desde que Lady Di llegó a la vida del príncipe Carlos de Inglaterra, hubo siempre otra mujer en el medio: Camilla Rosemary Shad.
La actual Duquesa de Cornualles, hoy casada hace más de una década con el heredero de la corona británica, pasó de ser la tercera en discordia más famosa del mundo a la posible futura 'reina' consorte.
Los duques se casaron en 2005, en la primera boda de civil de la realeza británica, como coronación de una historia de amor que lleva más de tres décadas de encuentros y desencuentros clandestinos. Este vínculo, que estuvo en el foco del escándalo, será reflejada por la serie The Crown. La tercera temporada tiene fecha de estreno a mediados de 2019 y muestra el periodo comprendido entre 1964 hasta los 70.
El flechazo entre Carlos y Camilla ocurrió a fines de los 70 durante un partido de polo. Él, primogénito de la reina Isabel II y del Duque de Edimburgo; ella, hija de una familia tradicional, sin ningún título nobiliario.
Con sus 23 años, segura, y plantada, no dudó en acercarse a Carlos. Fue directa:
– ¿Sabía que su tatarabuelo el rey Eduardo VII fue amante de mi bisabuela Alicia Keppel? ¿No le parece excitante esta historia?
El príncipe quedó flechado por esa joven rubia que no tuvo pudor ni recato en ese primer encuentro.
Compartían el mismo círculo social, los mismos gustos por la caza y deportes y una atracción desmedida. A pesar del amor entre ambos, Camilla no cumplía el requisitos necesario en ese entonces para la realeza: la virginidad.
Esquivando las críticas y el rígido protocolo, fueron novios hasta que Carlos se embarcó en en un viaje con la Marina Real británica en 1973.
Despechada, ella también tenía sus propios planes: reconciliarse con su antiguo novio –Andrew Parker-Bowles, amigo de Carlos y ex de la princesa Ana.
Penny Junor, una de las biografías de la realeza asegura que con su matrimonio, Camilla le rompió el corazón al príncipe de Gales, cuando lo "engañó" con Andrew.
Ese fue el fin de un amor que no había terminado. Y también marcó el comienzo de la relación que conmocionó a la corona: la de Carlos y Lady Diana Spencer.
Hija del Conde John Spencery Frances Burke Roche, hija del Barón de Fermoy, la joven aristócrata conoció al heredero en 1977, en una apacible jornada de campo en que Carlos visitó a la familia junto a su perro labrador.
Cuatro años más tarde se casaron en la Abadía de Westminster, uno de los grandes enlaces reales del siglo XX. Pero ese fue quizás un matrimonio donde nunca existió el amor.
La periodista Sally Bedel Smith aseguró que a partir de 1984 Lady Di y el príncipe dejaron de dormir juntos. Y que en 1986 él reinició la relación amorosa con encuentros secretos con Camilla, ya casada con Andrew Parker-Bowles.
El adulterio generó en Diana una obsesión por Camilla, hecho que llevó a la princesa a sufrir depresiones, intentar mutilaciones y hasta episodios de bulimia. En una conmocionante entrevista para la BBC, ella confesó su calvario: "Éramos tres en nuestro matrimonio; estaba demasiado lleno".
La duquesa de Cornualles sabía que era una de las mujeres más odiadas por los británicos: "Durante más de un año, cuando vivíamos en Middlewick House, yo no podía ir a ninguna parte por el acoso de la prensa", dijo.
Pero lo cierto es que ninguno de los dos se había ocupado de esconder lo que sucedía entre ellos. Sus matrimonios habían fracasado y la frustración volvía más apasionante su vínculo. Cartas de amor, encuentros clandestinos y una charla sexual telefónica que -aun en épocas donde no existía la viralización- se hizo pública:
Carlos: ¿Y qué pasa conmigo? El problema es que te necesito toda la semana, todo el tiempo. ¡Dios mío! ¡Si pudiera vivir metido en tus pantalones sería mucho más fácil!
Camilla: ¿En qué te vas a convertir? ¿En mi ropa interior?
Carlos: En un Tampax (tampón) ¡Estaría bueno!
Camilla: ¡Qué tonto eres! ¡Ay! Qué idea más buena.
La conversación filtrada por la prensa, se convirtió en un escándalo y dio la vuelta al mundo. Ya no había vuelta atrás.
La amante de heredero de la corona británica sufrió el desprecio de la la sociedad y el de la opinión pública. La misma Reina desaprobó enojadísima la relación de su hijo e incluso, según indican los rumores, se negó a coincidir en el mismo lugar que Camilla.
Durante años Camilla fue tachada de rompe matrimonios y acusada de destruir la gran historia de amor, el de cuento de hadas de Gran Bretaña.
Después de la trágica muerte de Lady Di en un accidente de coche, el 30 de agosto de 1997 en París, Carlos y Camila fueron libres para retomar su romance. Las encuestas que se mandaron a hacer en ese entonces mostraron el profundo rechazo que esa relación producía en el pueblo británico. Cautos, decidieron postergar el inicio de su relación.
La actual duquesa de Cornualles jamás pudo alcanzar los índices de popularidad y aceptación que tuvo la fallecida princesa. "Rotweiller" "la otra", fueron algunos de los apodos que la persiguieron durante años.
Recién en 1999 la pareja se mostró en público por primera vez.
Con paciencia supieron esperar y fueron tomando el pulso de la sociedad para animarse a dar el paso definitivo que los uniría para siempre. Finalmente el 5 de abril de 2005 coronaron su agitada historia con una ceremonia civil en Windsor junto a la reina Isabel II, los príncipes William, Harry y los hijos de Camilla.
"No debió ser fácil para el príncipe Carlos decirles a sus hijos que la mujer a la que se había culpado de romper su matrimonio con su madre iba a convertirse en su madrastra", escribió Angela Levin en Harry: Conversaciones con el príncipe.
Con la unión oficial, la esposa del príncipe obtuvo el título de Duquesa Cornualles y Rosethay de Escocia. Rechazó el de princesa de Gales en homenaje a la fallecida Diana.
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