La cita fue en la redacción de Infobae en Palermo un miércoles por la tarde. Andrea Frigerio arriba puntual, espléndida con un vestido negro por encima de las rodillas con mangas hasta el codo, un vestido que asegura que se convirtió en una de las prendas infalibles de su vestidor.
Mamá, abuela, actriz, modelo y ahora autora de un libro, Belleza Emocional, en donde Frigerio comparte sus secretos para mantenerse saludable y entrevista a especialistas en cada temática que menciona en el libro, como el make up artist Sebastián Correa o el médico nutricionista Alejandro Junger. La actriz de 57 años, una diosa al natural, cuenta que es la segunda vez que le ofrecen escribir un libro. La primera oferta fue cuando transitaba su segunda década de vida, pero ella no se sentía preparada para afrontar la tarea de escribir un libro todavía. "Tenía pocos años y mucha juventud", reconoció.
"Este año me surgió la necesidad de publicar este libro porque muchas mujeres -hombres también, pero más mujeres- me preguntaban cómo hacía, cuál era mi secreto para tener un aspecto saludable, y recopilé los hábitos saludables aprendidos durante todos estos años para escribir Belleza Emocional, que dice los secretos pero también los hábitos saludables que quiero compartir con todos"
Con dos películas próximas a estrenarse –Solo el amor y Rojo-; Cuerpos perfectos, una obra de teatro en curso donde actúa de miércoles a domingos; y la presentación del libro de su autoría la llevaron a quedarse sin voz y pide disculpas antes de empezar a grabar la entrevista.
– ¿Por qué elegiste que tu libro se llame Belleza Emocional?
– Las emociones vienen desde los sentimientos, de lo que uno percibe de afuera, entonces la reacción que uno tiene es esa, pero algunas quedan adentro y no las exteriorizamos. Si las emociones no son del todo positivas o son directamente negativas repercuten en nuestra biología y en el peor de los casos nos enfermamos porque no sabemos qué hacer con todo ese bagaje emocional y con eso invito a cuidar lo que sentimos.
-De las cinco secciones en las que dividís el libro, y en las que participan especialistas. ¿Cuál fue la que más te gusto? ¿Te sentiste cómoda escribiendo?
– Es un todo, yo quiero compartir todo lo que hace a mi persona y todos los profesionales que me rodean a esta edad. No son personas que se me ocurrió entrevistar porque son buenas en lo que hacen, sino también porque son gente que respeto y conozco desde hace muchos años.
– Sos una de las pocas que está "en contra" de los tratamientos invasivos y cirugías, y a favor de la belleza real ¿Qué tratamientos realizás?
– No estoy en contra, elijo eso. Son elecciones, yo elijo transitar la vida con lo que la naturaleza me dio y tratarlo lo mejor posible. Tocar algo que a la naturaleza le llevó tanto tiempo conseguir es como si yo quisiera mejorar una flor, seguro la arruino, y entiendo que en los rasgos físicos pasa lo mismo, tocarlos me da un poquito de miedo.
Lo primero que tengo para decir es que no es que yo no me hago nada. La verdad es que no me hago mucho, pero sí cuando como, como de una manera especial, y la gente se ríe porque yo tomo agua caliente y lo hago porque me gusta, me siento bien.
Voy a un dermatólogo, por supuesto, me hago mesoterapia muy de vez en cuando pero no me toco los rasgos, no me inyecto cosas que pongan rígida las expresiones porque no me gusta y además atentan contra mi trabajo. Yo soy actriz y tengo que expresar a través de mis ojos, gestos, expresar mis sentimientos. Los actores y actrices trabajamos con la gestualidad, por eso es que tienen que estar liberadas y algo que me encanta decir porque realmente lo siento es que soy como un blend, soy una mezcla de mi papá y mi mamá y siento que si entro a un quirófano a lo mejor -mi papá y mi mamá ya no están-, yo los veo en mí, los veo en el espejo y digo "ese gesto era de mi mamá". La mirada, la nariz, el perfil, no quiero quedarme sin ellos, los tengo en mí, no los quiero dejar y menos en un quirófano.
BELLEZA Y MODA
– Con tantos años de carrera, trayectoria, campañas, obras de teatro, ¿cómo te cuidas el pelo?
– Con mi pelo yo trabajo un montón. Está siempre expuesto a sacadores, planchitas y bucleras. Por suerte es fuerte y se la banca bien. Lo cuido con aceite de coco, mucho, una vez por semana agarro la pasta de aceite de coco me lo pongo; después me lavo el pelo y me hace muy bien, cuida las puntas. No me pongo muchos químicos, no me hago alisados y, por supuesto, tengo algunas canas y me hago tinturas, pero por ahora me encanta el pelo blanco; si lo tuviese todo blanco lo usaría, pero por ahora que tengo pocas, no me gusta como queda la mezcla.
– ¿Y para el maquillaje? Siempre muy al natural….
-En general uso poco maquillaje porque siento que a medida que pasan los años cuanto más maquillaje se pone más se nota la edad, entonces el maquillaje más marcado y colorido se lo dejo a las chicas más jóvenes. Me encantaría quizás usar los colores que usaba cuando era más chica pero no los uso más porque siento que no pegan ni con mi estilo ni con mi edad.
-Cuando tenés alguna gala o algún evento, ¿recurrís a algún profesional?
– Siempre los mismos. Sebastián Correa (maquillador) Elvio Casciano (estilista) y Vicky Miranda (vestuarista). Es una conversación con ellos, no es que ellos hacen lo que quieren, sino que yo les digo lo que me gustaría y llegamos a un punto de acuerdo y ahí empiezan a trabajar conmigo. Es un equipo que está siempre, hace muchos años que trabajan conmigo.
– Hablando un poco de moda, definís tu estilo como clásico pero moderno. ¿Cuáles son los infalibles del vestidor de Andrea Frigerio?
-Hoy lo tengo puesto: la petite robe noire, el pequeño vestidito negro, y es infalible, te queda bien siempre. Creo que es importante estar vestida ni de menos ni de más y eso es lo más difícil de todo, llegar a un lugar y darte cuenta que "la pegaste" depende primero de averiguar de qué se trata, si es una gala, una fiesta, una comida. Entonces no ir ni demasiado vestida ni demasiado poco vestida.
-¿De quién aprendiste a entender el mundo de la moda?
-Un poco y un poco. Mi mamá era una mujer muy coqueta que estaba siempre muy a la moda y estaba impecable, maquillaje, pelo, uñas y la ropa perfecta. Ella se atrevía mucho más que yo a los colores, tenía como su básico, usaba mucho los tailleur de pantalón y saco y los tenía de todos los colores. Por otro lado, mi abuela paterna era una francesa que vivió hasta hace poco, casi con 100 años, y era una mujer bastante salvaje en su forma de ser. Siempre manejaba jeep por los médanos en la costa y estaba con jeans y zapatillas, pero bajaba línea y una vez increíblemente me dijo "no te vistas nunca como se visten en la tele" sin saber que yo iba a ser parte de la tele. Le parecía que iba a ser demasiado o que iba a ser ostentoso y no tenía nada que ver con el estilo que le iba a gustar que tuviera yo de más grande. Tenía pocas cosas, pero poquito y bueno, y me las prestaba.
-¿Seguís conservando alguna?
– Sí, pañuelos, saquitos. Me guardé también de mi abuela materna Luisa, una viejita de pelo blanco que tenía una actitud conmigo de enseñarme a bordar y algo más femenino. Esas dos abuelas me marcaron mucho.
-¿De nuestra moda qué pensás? ¿Se puede competir a nivel internacional?
– Tenemos muchos creativos, gente que trabaja mucho y muy bien, que sabe lo que quiere, y creo que está muy difícil hoy el mercado para poder desarrollar toda esa creatividad. No somos competitivos pero ahora quizás con el cambio del dólar podemos empezar a estar un poco más competitivos pero realmente hay mucho talento en la moda y cuando el país funcione vamos a ser una potencia en moda, estoy convencida.
Hay una persona que yo admiro mucho que es Paula Cahen D'anvers -que no es la dueña de la marca, sino la que diseña para Etiqueta Negra- me parece que es uno de los grandes talentos argentinos desde hace muchos años. Suelo vestirme con la ropa diseñada por ella. Siento que me interpreta muy bien. Todo lo que yo me pongo en general me lo elogian porque pega conmigo.
– ¿De los diseñadores del país con quiénes te vestís?
– Amelia Sabán (ménage à trois), me encanta, me parece que dentro de la oferta que hay, es una de las que más tienen que ver conmigo con mi estilo.
-¿Y de afuera?
En general viajo porque tengo que ir a los festivales de cine pero me gusta mucho llevar ropa argentina, me siento orgullosa de la moda argentina. A lo mejor sí me compro algo, hay cosas que me gustan, pero en general elijo la moda argentina.
MUJER Y VIDA PERSONAL
– En el libro hablás sobre la menopausia, una etapa importante en la vida de una mujer.
– Es parte de la vida de una mujer y muchas veces las mujeres lo viven como si fuera un fantasma de la vejez que viene y avanza, y no. Es un momento muy lindo porque uno se libera de algunas cuestiones que son un poco engorrosas, empieza a vivir con una libertad una etapa de la vida que es muy linda. En mi caso particular, no solo en lo profesional, que es lo que se ve, sino también en la personal, es una etapa lindísima. Muchas mujeres que me acompañan en el libro también son compañeras mías de la misma edad.
– ¿Te falta algo por hacer?
– La vida es una escalera. Tengo mucho por hacer. Muchos proyectos no solo profesionales sino personales, tengo mucho por delante, sobre todo disfrutar mi presente que es lindísimo.
-¿Cómo es tu relación con tus hijos y con tus nietos?
– Tengo dos hijos, Tomás que tiene 36, y Josefina que tiene 21. Son muy diferentes entre ellos y mi relación con ellos es muy distinta por la diferencia de edad y porque es un hombre y una mujer. Yo lo tuve a Tomás a los 20 años y no te diría que somos hermanos, pero parecido, porque nos criamos un poco juntos. Es un tipazo. Además de buena persona es súper inteligente y muy cariñoso. Tengo tres nietos hijos de Tomi: Olivia, que es mi primera nieta y, como siempre nos pasa a las abuelas -yo quiero a los tres-, me sorprendió y me llenó el corazón muy rápido; Ramón y Jacinta. La mamá se llama Estefanía y es una familia muy linda. Me sorprendió Tomi como padre. Y Josefina "Fini" tiene 21 años, es actriz, además estudia antropología y ahora se va a ir a Europa a trabajar y un poco me tiene arrugado el corazón. Tengo una relación típica de madre-hija. Compartimos todo, nos divertimos, nos tocó ir a Paraguay para hacer una película juntas haciendo de madre e hija.
-¿Y con tu marido, Lucas?
– Lucas es el amor de mi vida. Lucas está conmigo hace 27 años. Es, además de mi marido y mi amor, mi amigo y mi compañero. Es lindísimo, nos encanta estar juntos.
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