Lo mejor es que Marián nunca dejó de soñar. Toda su vida soñó con desfilar en una pasarela pero nunca se imaginó que lo haría en una de las más importantes de la industria de la moda. La joven Marián Ávila, de 21 años y de nacionalidad española, estudia para convertirse en modelo y actriz y acabar de desfilar en la icónica Semana de la Moda de Nueva York para la firma de vestidos de fiesta Talisha White.
Las luces, el maquillaje, la increíble ropa de diseñador y el glamour, la sedujeron desde pequeña, pero sabía que necesitaba de mucha tenacidad y disciplina para lograrlo. Para muchos la suerte no existe, y esto Ávila lo tiene muy claro. Si bien toda su vida lo anheló, no creyó que su deseo se cumpliría mágicamente como en un cuento infantil, sino que detrás de su objetivo existió una vida de mucho esfuerzo, trabajo, dedicación y constancia. "Quería mostrarle al mundo que no hay barreras", aseguró la joven a la agencia de noticias Associated Press.
Oriunda de la provincia española de Alicante, en el este de España, la muchacha de cabello oscuro y tez clara deslumbró en la pasarela en el salón de baile del Hotel Pennsylvania en el centro de la ciudad, en el espectáculo de la diseñadora que conoció a través de las redes sociales. La joven vistió una serie de delicados vestidos de noche en tonos rojos, rosas y turquesas, mientras sus padres y hermanos observaban desde la audiencia.
“Me sentí muy feliz y realmente me encantó la pasarela”, admitió finalizado el evento.
Marián debutó en las pasarelas como modelo a comienzos de 2016, de la mano de la diseñadora valenciana Lina Lavin en un evento benéfico para ayudar a personas afectadas por la fibromialgia en Madrid, donde los organizadores de la Fashion Week de Sevilla la descubrieron.
Desde que comenzó su carrera Ávila causó estragos en la industria de la moda, atrayendo la atención de las principales revistas y diseñadores fashionistas. "Desde entonces ella ha sido una supermodelo ocupada, reuniéndose con todo tipo de personas", reveló White sobre la atención que la joven y su sueño han recibido en todo el mundo.
La inclusión fue en gran medida la temática de la colección de White, que presentó en su pasarela progresiva modelos de todas las edades y atributos, incluida la estadounidense Tae McKenzie, que sufre de una forma rara de epilepsia que causa apoplejías y utiliza una silla de ruedas.
La diseñadora aplaude a Ávila y McKenzie por "romper los límites" en una industria que desde hace mucho tiempo se centra en las normas de belleza homogeneizadas."Quería mostrar que no solo un tipo de chica es hermosa", agregó.
White compara su tercera colección con un "arcoíris que representa el empoderamiento y la belleza de las mujeres desde adentro hacia afuera" y asegura que le encanta brindarles a las niñas la oportunidad de florecer y cumplir sus sueños. "La misión de mi negocio -continuó- es cambiar el mundo punto por punto, pero sé que no voy a hacer eso solo haciendo vestidos bonitos, sino que lo harán las mujeres que los lleven".
Otras grandes marcas de la industria se unen a la iniciativa. En los últimos días Chromat, eligió para llevar sus prendas en la pasarela a Ericka Hart, una joven de 28 años sobreviviente de un cáncer de mama que usa una pierna protésica.
Desde modelos de tallas grandes hasta otras que portan hijab, la marca de moda estadounidense demostró su dedicación para empoderar a mujeres de todas las formas y tamaños.
SEGUÍ LEYENDO: