Las siglas resumen de alguna manera el concepto que los aglutina, incluso con algunas variantes del lenguaje: Los Y.U.K.I. son un grupo de individuos jóvenes -menores de 35 años- que se autoprocaman "Young, Unique and Kreative Individuals". Es decir, individuos jóvenes, únicos y creativos (más precisamente "kreativos", ya que eligieron escribir la palabra con "K"). Ellos formaron una comunidad a la que bautizaron YUKI, jóvenes menores de 35 años, talentosos y emprendedores que crearon un espacio de encuentro para generar una nueva (contra) cultura y contarle al mundo quiénes son.
Con una frase rectora en la cabeza: "Hay mucho por hacer, hablemos", recibieron a Infobae en El Galpón de Rodríguez, la sede actual donde "los Yukis" se reúnen para intercambiar ideas, conocer nuevos talentos y planificar diferentes proyectos.
“Hay que invertir en creatividad, porque si nos repetimos no llegamos a lugares nuevos. Hay mucho por hacer, los paradigmas de hoy están cambiando y en Argentina hay mucha búsqueda y ganas de hacer cosas nuevas”
La sede donde se reunen los Yukis se erige en el corazón de Recoleta, y recrea una estética que une lo vintage y lo moderno. Sillones de diseño, pinturas hechas por ellos mismos, envases de botellas como decoración, cajas pintadas de colores y una mesa XL con caballetes para discutir ideas son parte de su estimulante laboratorio de ideas.
Varios escalones separan la planta baja del enorme salón donde la creatividad es el principal motor. Josefina Rodríguez Egaña, de 30 años y licenciada en Turismo, es la directora creativa de la comunidad, y abrió las puertas de su universo para comenzar a explorar de qué se trata el fenómeno millennial.
—¿Cómo surgió el proyecto de esta comunidad?
—Surgió hace dos años, después de vivir seis meses en Nueva York. Volví a la Argentina con ganas de emprender y en la búsqueda de ver qué hacer, y me puse a investigar un poco qué es lo que había acá para emprendedores y nuevos proyectos. Sentí que había un hueco vacío, que había un espacio libre. La escuela del emprendedorismo en la Argentina no le habla al emprendedor creativo, ni al hacedor, ni al artista joven, sino que hay referentes de otra generación que emprendieron hace 10 años, y cuyo mensaje está hoy totalmente obsoleto, y es difícil aplicarlo a algo que tenga que ver con la industria creativa.
—¿Y qué hiciste?
—Arranqué una investigación durante cuatro meses con una base de datos de 600 jóvenes emprendedores de todos los rubros, desde la veterinaria hasta la decoración. Y llegue a la conclusión de que hay un mercado, un nicho, y empecé a contactarlos, y en ese proceso de contactarlos y preguntarles qué era lo que los motivaba, qué los inspiraba a hacer, qué era el éxito para ellos, me di cuenta de que las respuestas y las devoluciones eran muy buenas y que eran historias que había que contar.
—¿Cuál es el objetivo que tienen como jóvenes emprendedores sub 35?
—Darle a cada uno un lugar y generar una comunidad. Contar las historias detrás de los proyectos, reunir el talento joven y de alguna manera canalizar todos los cambios paradigmáticos que ocurrieron con nuestra generación, la forma de hacer y la forma de pensar. El éxito para nosotros es diferente a lo que capaz significaba hace 10 años. La colaboración, la co-creación, la admiración por nuestros pares… Hay un montón de cosas muy apasionantes, rasgos que nos describen y nos hacen diferentes como generación.
—¿Pensás que este objetivo que tenían en un principio se está cumpliendo?
—Es un objetivo que se renueva constantemente y se está logrando. Cuando lanzamos la página hace dos años, pusimos online la plataforma de Yuki y el primer mes tuvo 40.000 visitas y eso fue como un número que nos impactó y dijimos: "Hay un montón de gente que quiere leer nuestras historias" y fue eso lo que nos dio la pauta de que había un concepto que era deseable .
– ¿Qué les hace falta como comunidad?
—Falta lo propio que hace el tiempo, que hace madurar las cosas y las hace crecer. Este año cumplimos dos años, que es la edad justa. Hace poco alguien me dijo: "Es la edad cuando los niños empiezan a caminar". Nos quedan por delante cosas muy buenas.
—¿En la actualidad, cuantas personas forman parte de Yuki?
—Alrededor de 300-400 jóvenes creativos de todos los rubros: gastronomía, diseño de interiores, gráficos, arte, arte plástico, audiovisual, cine… actualmente todos argentinos; aunque nos han contactado de todo el mundo, tras uno de nuestros proyectos llamado "Video Club". Allí se presentan cortos y fashion films en un hotel deshabitado. Expandirlo hacia el mundo también es uno de los objetivos que nos gustaría cumplir.
“Si querés armar una comunidad tenés que enseguida crear el concepto e invitar a mucha gente a “tocarlo y manosearlo”, para que propongan cosas nuevas, y que propongan qué es lo que tienen para decir, y ahí escuchar”
—Para ser parte de la comunidad se necesita ser creativo. ¿Hay algún otro requisito para pertenecer?
—El ser creativo es bastante amplio y creo que todos lo somos en mayor o menor medida. Esto tiene que ver con cuán despierto está eso en vos, tiene que ver con que seas emprendedor o hacedor en la industria creativa.
Es importante tener algo diferente, algo particular, un rasgo singular. Ya sea por lo que se ejecuta, por la obra o forma de hacer, o por la manera de encarar los proyectos o por la personalidad, depende muchísimo.
Es bastante subjetivo y sensible cómo categorizar y seleccionar el talento. Porque el talento es evidente, salta a la vista y llega a nosotros. Obviamente estamos haciendo un esfuerzo enorme por tener los medios suficientes para conocer a aquellos talentos jóvenes, que todavía no llegaron a nosotros por una cuestión geográfica para poder contar sus historias y hacer que la comunidad contenga a toda esta generación.
—¿Y cómo es la convocatoria para sumarse a la comunidad?
—Hoy en día la mejor manera son las redes sociales, que generan una puerta abierta constante. Después hay encuentros y estar en contacto con la comunidad, venir a participar a los eventos, acercarse, conocer y energizar.
—¿Cómo es el planteo de un nuevo integrante de Yuki. ¿Presenta el proyecto y ustedes lo evalúan?
—Sí. Somos un equipo y lo que tenemos son referentes en cada aérea para así saber a quién recurrir. Están en constante movimiento y no hay una sola puerta de entrada, son múltiples.
—¿Cuál es tu función dentro de la comunidad?
—Asignar cada recurso a cada proyecto, armar equipos, organizar e ir viendo hacia dónde vamos, dónde queremos estar y llamar la atención para poder materializar esos proyectos. En un país como el nuestro, que tiene un montón de talento y un montón de riqueza, pero que está en crisis, este tipo de modelo tan disruptivo es difícil que funcione inmediatamente.
—¿Qué pensás sobre los emprendedores que hay en Argentina?
—Argentina es uno de los países que posee el mayor número de emprendedores a nivel global, y eso es parte de nuestra genética como nación. Creo también que se hacen muchas cosas y hay muchas otras por hacer. Hoy en día desarrollar un emprendimiento y llevar a cabo un proyecto requiere de un trabajo duro y diario y se tiene que estar obsesionado con esa idea y esas ganas; si no, es muy fácil desmotivarse.
Ser disruptivo y líder en algunos aspectos es agotador y cansa mucho. Uno necesita entender por qué se está haciendo. Muchas veces me pregunto por qué estoy en este caos remando en contra de la corriente, y la única respuesta es porque el móvil son tus pares, personas fieles que están con vos, que van al frente para poder llevar a cabo los proyectos con éxito.
Fotos y video: Lihue Althabe
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