Descubrir el secreto de la felicidad es la búsqueda humana más antigua. Es uno de los conceptos más abstractos que obsesionan al hombre desde el principio de los tiempos. Y aunque no exista un manual que explique paso a paso cómo ser feliz, son muchos los escritos, estudios e investigaciones acerca de la llamada "ciencia de la felicidad", que intenta encontrar una respuesta a esta incógnita universal.
Está claro que la felicidad es subjetiva, pero existen parámetros vinculantes entre los individuos que aseguran haberla logrado. Mucho tiene que ver el estilo de vida, la buena alimentación, hacerse ratos libres para el ocio y mantener firmes las relaciones de amistades y familiares. Otros, en cambio la miden en el éxito de sus logros.
"La felicidad es posible y se vive día a día. Y aunque muchos crean lo contrario, no hay un secreto ni una fórmula especial. Lo que se conoce como la felicidad posible es la manera en la que uno se dispone a transitar la vida. Es importante salir de conceptos imaginarios o típicos y saber que hay condiciones que nos facilitan acercarnos a eso que llamamos felicidad, y que en el camino habrá obstáculos que nos lo impidan; cómo los transitamos es cosa nuestra", explicó a Infobae el médico psiquiatra y psicoanalista José Eduardo Abadi (MN 44946).
Aunque esté catalogado como cliché, el concepto de carpe diem-vivir el momento, en latín- nunca pareció tener tanto sentido como ahora. "La gente asocia la felicidad como el punto de culminación del objetivo y no pueden disfrutar de un logro que ya están pensando en el otro", describió la psicóloga Beatriz Goldberg a Infobae. De esta manera, la insaciabilidad del individuo se transforma en un impedimento constante para vivir en el presente.
"La felicidad es uno de los temas más complejos para el ser humano, es importante el presente pero también es difícil asegurar que la mente de la persona viva únicamente el día y el momento porque constantemente la mente te lleva hacia otro lado", describió también a este medio la psicóloga Celia Antonini.
De acuerdo a un estudio realizado por la Universidad de Harvard en el que se analizó a 5.000 personas, los adultos están el 50% de su tiempo en el momento presente. En otras palabras, el hombre moderno está constantemente pensando la mitad de su día preocupándose por el pasado o el futuro. De este modo, llegaron a la conclusión de que las mentes curiosas son las más infelices. Están en constante movimiento entre el pasado, el presente y el futuro, y no se pueden concentrar en los pequeños momentos del día a día que hacen que sus vidas tengan sentido.
Cómo vivir el presente sin pensar en el futuro
Reconocer que la mente está en cualquier otra cosa excepto en el presente
El primer paso, al igual que en cualquier otra situación, es reconocer el panorama actual para poder cambiar las cosas. Consultada por la revista Time, la especialista Emma Seppala reveló que traer la mente al presente es un ejercicio diario que se debe practicar casi como un deporte pero que funciona para empezar a valorar la cotidianidad y a todo lo que nos rodea.
"La actitud positiva ayuda mucho a disfrutar el presente, porque dentro de eso está el camino que conduce a lo que sí tengo y no a lo que me falta; si uno se pone constantemente en el hipotético caso de algo inalcanzable, se vuelve una persona miserable que está en búsqueda de algo que nunca encontrará", comentó Goldberg.
Descansar de la tecnología
"Rodearse de los que amamos, sin un celular en la mano, es la forma de mantenerse conectado con ellos y sí, acercarse un poco más a la felicidad, ya que estar en contacto verdadero sin una pantalla entre nosotros nos hace bien", enfatizó Goldberg.
Sin embargo, no es necesario deshacerse completamente de la tecnología, ya que tampoco sería real. "Hay que dosificar el uso de las cosas para que no sean dueñas de nosotros, sino nosotros dueños de las cosas", comentó el psiquiatra Abadi.
Experimentar el placer
No existe una manera correcta de sentir placer, ni de comprobar si aquello que está sintiendo la persona es verdadero. Un ejemplo de una situación diaria para muchos que interfiere con poder vivir una situación al máximo es comer en el escritorio. En lugar de leer, es importante prestar atención a los sabores, a la comida. De hecho, una investigación revela que se experimenta un gran placer si se disfruta de las pequeñas cosas, como texturas, sabores, olores, entre otras cosas.
Y es que la felicidad también se encuentra en los detalles, todo tiene que ver con la actitud que pone la persona frente a algo, por eso la percepción de este concepto es diferente para cada uno. "Lo que la gente no debe confundir son instantes o sensaciones de la vida con un momento de plenitud total. La felicidad es una manera de encarar la vida", afirmó el psiquiatra.
Meditar
Los beneficios de "darse un respiro" y relajarse son múltiples. Otra investigación realizado por Universidad de Harvard afirma que dentro de todos los beneficios que tiene la meditación, uno de ellos es que puede ayudar a abrir y relajar la mente e incluso seguir con las tareas diarias de una manera mucho más amena.
"Todas las técnicas son bienvenidas; sin embargo, hay que tener cuidado y no suponer que esa semilla sea la clave por la cual no encuentro lo que busco. Si meditar me permite un encuentro mejor conmigo mismo, de acuerdo, esas y otras técnicas que ayudan a esa búsqueda de lo auténtico son positivas para la persona, entonces debe hacerlas", enfatizó Abadi.
Respirar profundo
Son muchas las investigaciones que hacen hincapié en el rol de la respiración profunda y el protagonismo que tiene en el cerebro. Un estudio demostró que respirar profundo estimula y activa incluso áreas desconocidas del cerebro. De este modo, concentrarse unos minutos y respirar profundo ayuda notablemente a la concentración y puede ser significativo para que la persona esté en tiempo y espacio presente.
Antonini concuerda con este punto: "Está comprobado que la respiración es el ansiolítico más efectivo, ya que trabaja directamente con la mente y lo más importante es que la persona lo puede practicar en cualquier lugar, ya sea en el trabajo, la casa, en el transporte o donde sea".
"Disfrutar el presente es importante, porque cuando se añora mucho el pasado no sirve y trae aparejadas cosas como depresión o sensación de soledad, así como tampoco se debe poner atención solamente en el futuro, hay que disfrutar el proceso, el aquí y ahora", agregó por su parte Goldberg.
¿Cómo encontrar la felicidad en el día a día?
"Solo existe el presente, el pasado existe como recuerdo y experiencia, pero lo que no tenemos que permitir es que gobierne nuestro día a día", comentó Abadi acerca de cómo vivir el presente, y agregó que "siempre es hoy, mañana será ayer y hoy también es el futuro; como encaremos nuestros días será lo más importante".
Encontrar momentos felices en la cotidianidad no es una tarea imposible. De este modo, se proponen nueve hábitos para encontrar la felicidad todos los días:
Comprar experiencias
Un trabajo de investigación realizado en la Universidad de San Francisco sugiere que las personas que invierten más en experiencias, como ir al teatro, cine o viajar son más felices que aquellas que se enfocan únicamente en lo material. De esta manera se comprobó que dedicar tiempo en actividades de ocio aumenta la sensación de bienestar, vitalidad y conexión social para la persona. No hay que gastar en cosas materiales, sino en experiencias que aporten su grano de arena al bienestar y al placer individual de cada uno.
Tener un tiempo personal y dedicarlo a quienes valgan la pena
Ser "egoísta" también forma parte de los nueve hábitos: elegir a quién y cómo dedica el tiempo la persona es importante, ya que es una decisión que contribuirá al sentimiento de plenitud que quiere alcanzar. "Para poder encarar la vida, es importante estar bien con uno mismo para estar bien con el resto. Si uno escapa a estos momentos personales es probable que no se enfoque en lo que quiera", describió Goldberg.
Olvidarse de la necesidad de aprobación constante
Otra investigación realizada por la Universidad de Nueva Zelanda reveló que una buena manera de conocer las fortalezas de cada uno no es estar constantemente pensando en la mirada del otro, sino focalizarse en uno mismo. De ese modo, las fortalezas podrán resaltar y los defectos serán aceptados.
"Cómo nos instalamos, cómo decidimos convertir en experiencia el pasado y cómo vivimos el hoy, con diversión e imaginación, rodeados de quienes queremos y nos aceptan como somos, con lo bueno y lo malo, esa es una manera de vivir el presente que nos otorga el sentimiento de felicidad, y que incorpora el sufrimiento y la frustración. El punto es cómo los aceptamos, elaboramos e incluimos", aportó Abadi
De todas las experiencias negativas, sacar lo positivo
"Las experiencias negativas son las que ayudan a crecer y a aprender, lo cual es vital para ser feliz", escribió Sonja Lyubomiskym, autora del libro The Myths of Happiness (Los mitos de la felicidad, en español). La autora plantea en el escrito que de todas las situaciones negativas siempre hay algo positivo que a largo plazo formará parte del aprendizaje que nos hará sabios y mucho más felices.
Ser una persona generosa
Para ser feliz en el día a día, ser generoso con los demás es un punto clave, según se pudo descubrir en un otro trabajo de la Universidad de Harvard. Ser compasivos y generosos con los demás incrementa los niveles de bienestar en todos los ámbitos de la vida. El altruismo activa las regiones cerebrales que provocan placer, evita el estrés, la ansiedad y la depresión, y hace que mejoren las relaciones personales e, incluso, aumenta la esperanza de vida.
"Poder correr ciertos obstáculos como son el narcisismo, donde un ego obeso se come un 'yo' desnutrido, la envidia y otros defectos, también es una transformación permanente que debe hacer cada uno", reafirmó Abadi.
Pasar 21 minutos pensando en la relación con el otro
La Universidad Northwestern mediante un trabajo de investigación llegó a una revelación que vale la pena incorporar. Si una pareja dedica 21 minutos en tres semanas a pensar en su relación, podrá preservar la calidad de la pareja a través del tiempo. "El amor sufre una especie de declinación cuando el tiempo pasa. Sin embargo, pequeños detalles relacionados a las preguntas del estudio pueden cambiar la realidad", afirmó Eli Finkel, psicóloga y líder de la investigación.
En ese sentido, Abadi explicó que "los vínculos que tenemos, el registro del semejante, tienen que ver con el interés y el amor por aquello y aquellos que nos rodean y tener claro que la felicidad va a tener que ser una conquista que tenemos que ir realizando. No la vamos a encontrar espontáneamente o por casualidad. Es un resultado de lo que hacemos, es pasar del desear al querer ser feliz".
Ver una película triste para sentirse mejor
La Universidad de Ohio ahondó sobre un comportamiento humano muy curioso. Y es que descubrieron que ver una película triste causa en la gente un efecto rebote que lleva a pensar frecuentemente en lo afortunados que son en sus vidas. El resultado era que lo que parecía una experiencia negativa hacía que la gente pensara en todo lo bueno que los rodea y que se sientan afortunados.
Ir al trabajo en bicicleta o caminando
La revista Science Direct publicó una investigación relacionada con el transporte urbano. Lo cierto es que evitar manejar o ir en transporte público al trabajo, un lugar asociado con el estrés, agotamiento mental, entre otras, puede ser muy beneficioso para la persona dado que puede liberar endorfinas e ir más relajado, escuchando música y no dependiendo del tránsito. Hay que apostar por la bicicleta o caminar.
Además, expertos de la Harvard Medical School aseguran que caminar puede ser igual de eficaz que el empleo de medicamentos para evitar la depresión y aliviar el estrés. Lo que hay que lograr es poder mantener una cadencia continua de este hábito saludable, por eso recomiendan anexarlas a otras actividades diarias como el desayuno o el almuerzo, para comenzar a asociarlas mentalmente.
Sonreír a diario
Cuando todo parece ir en picada, sonreír puede ser algo beneficioso. Un estudio realizado por la Sociedad Estadounidense de Física reveló que las sonrisas se dividen en dos categorías: las estándares, que utilizan los músculos que rodean la boca, y las sonrisas de Duchenne, que involucran tanto los músculos que rodean la boca como los que rodean los ojos.
Según los científicos, sonreír a pesar de que estemos atravesando períodos de estrés puede ayudar a reducir la intensidad de ese estado, independientemente de que la persona se sienta o no feliz.
Lo cierto es que la felicidad es una búsqueda constante, que no parece tener un puerto de llegada ni una única respuesta. Difiere en cada persona y en el mundo. Pero se puede lograr. El camino será diferente para cada persona, pero es posible: todo depende de cómo se vive el día a día, y abrazar los pequeños momentos que convierten una existencia ordinaria en una simplemente extraordinaria.
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