Con una sonrisa sutil, mechones de pelo en el rostro y unos ojos penetrantes que desafían la lente, la portada de Vanity Fair España de agosto muestra en un primer plano a la reina consorte de Holanda Máxima Zorreguieta. "Máxima es lo máximo. El secreto de la reina más popular de Europa", reza la tapa de la revista, que muestra el costado luchador y social de la argentina que conquistó a la realeza.
"Le costó ganarse el respeto de sus suegros y aprender a ser la reina de los Países Bajos. 'No sé nada', decía. Pero entendió que podía convertirse en un agente de cambio. Hoy, Máxima de Holanda es una respetada líder global que, a golpe de sonrisa y espontaneidad, lucha por incluir en el mundo a la mitad menos favorecida del planeta. Por todo esto, protagoniza nuestra portada de agosto", explican desde Vanity Fair.
La historia de una joven porteña que enamoró a la realeza
A pesar de que Máxima Zorreguieta siempre estuvo en los círculos más exclusivos de Buenos Aires -estudió en el colegio Northlands, pasaba parte de sus veranos en Punta del Este, sus temporadas de invierno en Bariloche esquiando y vivió en Nueva York, donde se desempeñaba como analista financiera- nunca pensó que iba un día a convertirse en una de las figuras clave de la monarquía holandesa.
"Máxima se dio cuenta pronto de que no conocía el mundo protocolario de los palacios de Europa ni los códigos internos de aquella familia. Creía no estar preparada para formar parte de una de las monarquías parlamentarias más importantes del mundo", revela el artículo.
Máxima y Guillermo Alejandro se casaron en 2002, tres años después de haberse enamorado en 1999 en un viaje a la Feria de Sevilla. "Desde que él la vio, lo tuvo claro", rememora en la entrevista una amiga del matrimonio real.
La naturalidad y la espontaneidad de Máxima sorprendieron incluso a la reina Beatriz, quien no estaba segura de las intenciones de la joven argentina o si estaba preparada para asumir el reto de pertenecer a la realeza, de renunciar a muchos hábitos cotidianos por amor.
Según el artículo de Vanity Fair, el príncipe Guillermo en ese entonces fue muy claro con su madre la reina Beatriz, a quien le pidió confianza ciega para aceptar a Máxima en la monarquía. Desde ese momento, Beatriz confió ciegamente en el amor que se tenían mutuamente y en que Máxima iba a estar preparada para ser parte de la familia.
Hoy, a pesar del largo camino recorrido y de los rumores de que suegra y nuera no se llevaban del todo bien y que le costó muchísimo a Máxima ser aceptada e incluida en el círculo íntimo, Beatriz y la reina consorte se mostraron siempre muy cercanas.
Lo cierto es que la imagen de la pareja real es sumamente positiva no solo en los Países Bajos sino en todo el mundo. De hecho, un amigo del rey confesó a Vanity Fair España que son naturales, espontáneos y muy abiertos: "Ser reyes de Holanda no les ha cambiado".
La historia detrás de la portada
La revista usó una fotografía inédita de Erwin Olaf, que había sido tomada para celebrar el 50 cumpleaños del rey Guillermo Alejandro. Es muy similar al retrato que se reveló el año pasado, pero se la ve más natural, producto del juego del cabello sobre su rostro.
La reina Máxima también apareció en la portada de Vanity Fair España en el 2013, año en el que el rey Guillermo Alejandro ascendió al trono holandés después de la abdicación de su madre, y su imagen ya era promovida como una reina fresca, transparente y sincera.
En estos años se transformaron es una de las familias más celebradas por todos los habitantes del país. Junto a sus hijas Amalia, Alexia y Ariane realizan visitas oficiales, pasan tiempo libre juntos y se muestran como una familia amable y con los pies en la tierra.
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