Dos grandes emblemas de la noche porteña de los años setenta vuelven a ser noticia por distintas circunstancias.
El primero es el hotel alojamiento JJ, ubicado en el corazón del barrio de Núñez, que luego de 40 años de trayectoria cierra sus puertas. Por otro lado, reabre el restó de las estrellas Fechoría, que reunía en su época de esplendor todas las noches a diferentes personajes del ambiente del entretenimiento y la cultura, como Gerardo Sofovich -con mesa propia-, Susana Giménez, Moria Casán, Graciela Borges y Alberto Olmedo.
Fechoría, el restó que fue un templo para los famosos de la época
El original Fechoría, ubicado en avenida Córdoba casi esquina Acuña de Figueroa, fue creado por José Alberte, más conocido como "Pepe Fechoría". En los 70 se convirtió en un templo al que visitaban todas las noches artistas, deportistas, políticos y periodistas.
Durante 20 años, su dueño recibió a diferentes figuras que eran asiduas del buen comer y del vino. Los encuentros duraban hasta tarde, entre risas y copas, y juntos crearon una especie de hogar al que acudían ya como costumbre luego de las funciones de teatro, los partidos de fútbol y largas jornadas de trabajo.
Y es que Fechoría fue el espacio de encuentro preferido del jet set local. Su reconocido dueño, Pepe, abrió las puertas del local gastronómico todas las noches durante 20 años, hasta que finalmente cerró a principios de los 90.
Su dueño, como un ritual, recorría cada velada de punta a punta el restaurante y se sentaba a beber una copa de vino con amigos y habitués. Figuras como Alberto Olmedo, Jorge Porcel, Susana Giménez, Moria Casán, Joan Manuel Serrat, Graciela Borges y Gerardo Sofovich contaban con asistencia perfecta durante las mágicas trasnoches porteñas.
Luego del cierre, Fechoría cedió su nombre a un restaurante de Puerto Madero, hasta que, hace pocos meses, el empresario Pablo Lalín registró la marca como propia. En busca de un nombre fuerte, Lalín compró el derecho de uso de la marca Fechoría hasta el año 2026 y su plan es revivir la leyenda en Santa Fe 1726, pleno barrio porteño de Recoleta, donde se encontraba antes el restó La Madelaine
La esencia del emblemático restó de las estrellas no quedará en el olvido. De hecho, se podrán degustar clásicos inventados por Pepe Fechoría, como los "ñoquis al gauchito" y el postre Fernandito. La novedad será el matambrito tiernizado al verdeo al gusto del periodista deportivo Horacio Pagani.
Otro que tendrá su propio plato será el ex técnico Alfio "Coco" Basile. En la parte del fondo de la planta baja, estarán colgados los cuadros de los famosos que visiten el restaurante. Adelante, el local será decorado con imágenes que muestren la elaboración de sus productos.
El hacedor de los platos de este nuevo emprendimiento es el mismísimo Daniel Lalín, ex presidente del club de fútbol de Racing y padre de Pablo Lalín.
En una entrevista con BAE negocios, Pablo Lalín adelantó que el nuevo local de Fechoría ofrecerá pizzas, pastas, empanadas, carnes y platos clásicos. La novedad es la pizza con masa negra. Sus exquisiteces incluirán desde sandwichería, medialunas, tostones de pan de campo con camarones y cebolla caramelizada hasta suprema de pollo a la Singapur (un clásico de La Madeleine), pastas frescas y pasta seca italiana.
El adiós al JJ, el primer hotel alojamiento con habitaciones temáticas
Ubicado en Comodoro Rivadavia y avenida del Libertador, en el corazón del barrio de Núñez, se encontraba un ícono de los hoteles alojamiento temáticos porteños. Con más de 40 años de historia, en septiembre JJ será demolido para construir en el terreno un edificio de departamentos premium.
Construido en 1974, el JJ era uno de los edificios más grandes de Núñez. Se caracterizaba por las letras en plateado que se podían observar desde larga distancia, sus 1.700 metros cuadrados en los que se repartían 38 habitaciones, 22 con cochera privada y con salida a las calles Comodoro Rivadavia y Vilela.
El emblemático hotel alojamiento fue el primero en tener cuartos temáticos. Con habitaciones decoradas de acuerdo a la fantasía que quería vivir cada cliente, las habitaciones "del capitán", "la selva" o un set de cine que tenía la silla del director eran de las más populares de este hotel. Algunas de las 38 habitaciones tenían jardín privado, piscinas con forma de corazón e incluso totalmente espejadas.
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