Por Graciela Gioberchio
Ya pasaron esos tiempos en los que los hombres no sabían lo que era darle de comer a sus hijos, ni de casualidad bañaban al bebé, ni mucho menos cambiaban un pañal. Hoy, entre la extrañeza y la celebración, los padres enfrentan el "no me come", las dificultades para dormir, los berrinches, los miedos, la crianza misma. Y se acercan afectivamente a sus hijos como antes solo lo hacían las madres.
Los cambios de época, las transformaciones en la estructura familiar convencional y la creciente participación de las mujeres en el espacio público, repercutieron -y lo siguen haciendo-, de forma inevitable, en el modo en el que se ejerce la paternidad.
"Cada padre nace como padre de sus hijos. No antes. Aprendemos a ser padres. Nos convertimos en padres. También re-aprendemos. También nos re-convertimos", plantea atinadamente el escritor y ensayista Sergio Sinay en su libro Ser padre es cosa de hombres, ya convertido en un clásico.
Años atrás la responsabilidad de proveer para la familia recaía en el hombre y hasta se ponía en juego la percepción de su masculinidad en función de lo laboral. Hoy esa misión se reparte, se democratiza lentamente, más allá del sexo y la identidad de género. Con estos reacomodamientos en marcha, la rueda de la crianza sigue girando y la mirada sobre lo masculino se reconvierte en tiempos de diversidad sexual y de género.
Así lo analizan en el Observatorio de Gendersity, la unidad de Género y Diversidad de la consultora Trendsity. Sobre la base de recientes estudios, identificaron nuevas masculinidades asociadas a una paternidad ejercida desde roles más sensibles, presentes, involucrados con la crianza de los hijos y conectados a nivel familiar.
“Aprendemos a ser padres. Nos convertimos en padres”
"Son tendencias, aún emergentes, que se van perfilando de manera progresiva, y conviven con las representaciones y prácticas tradicionales de la masculinidad. Estas nuevas construcciones están asociadas a posiciones sexo-genéricas incipientes que se expresan, por ejemplo, en formas de vínculos heterosexuales menos estereotipados, en la constitución de familias homoparentales, en la visibilización creciente de hombres y mujeres trans, en las diversas posibilidades de tener un hijo, desde bancos de esperma, ovodonación o alquiler de vientre, que van desplazando radicalmente la heterosexualidad como único modo legítimo de vivir la sexualidad y el placer", explicó a Infobae Eugenia Tarzibachi, directora de Gendersity.
Una tendencia relevante
"Históricamente en la humanidad la figura del padre se identificó con el varón. La masculinidad es algo que se ha construido culturalmente y como tal ha tenido ciertos cambios. En este momento estamos asistiendo a un cambio incipiente pero significativo", reflexionó en diálogo con Infobae el prestigioso médico y psicoanalista, especializado en niños, Juan Carlos Volnovich.
"Ahora es más frecuente que los papás se involucren más en la crianza de sus hijos e hijas, incluso antes de nacer, que se acerquen más y que tengan más contacto corporal con ellos. A partir de este nuevo lugar del hombre, avanza una crianza compartida que le sacó la pesada carga a la mujer y, a la vez, se presenta como el mejor camino hacia una mayor igualdad entre hombres y mujeres porque todo se juega fundamentalmente en la incorporación de los varones en la crianza", aseguró el autor de El niño del siglo del niño y Claves de la infancia, entre otros libros.
"Es propicio que ese acercamiento del padre a los hijos e hijas, ese tiempo dedicado a ellos en la cotidianidad de la vida familiar, comience desde edades tempranas. De esa manera se va construyendo una represión adecuada de los impulsos incestuosos y es la única profilaxis contra una problemática preocupante, el abuso sexual infantil por parte de los progenitores", remarcó Volnovich, distinguido con el Premio Konex 2016 como mejor figura de la última década de las Humanidades.
Un nuevo escenario para la paternidad
Entre los cambios significativos que se dan en la crianza en relación con el género, Tarzibachi destacó la apuesta por criar hijos varones más conectados con sus responsabilidades y también con valores emocionales". Según las últimas investigaciones realizadas por el Observatorio de Trendsity, la mayoría de los padres reconoce que cría a sus hijos e hijas de una manera diferente a la que fueron criados ellos mismos: 47% busca que sean sinceros; 44% que sean bondadosos; 73% dijo que le transmite igualdad de responsabilidades y el 53% mayor tolerancia y respeto por las diferencias.
“La masculinidad es algo que se ha construido culturalmente y como tal ha tenido ciertos cambios. En este momento estamos asistiendo a un cambio incipiente pero significativo”
Los resultados de otro estudio completan este nuevo escenario para los varones: 7 de cada 10 argentinos señalan que hoy el éxito de un hombre implica un equilibrio entre lo laboral y lo familiar. La mayoría de los hombres que integran parejas heterosexuales asume más responsabilidades en tareas del hogar, como hacer las compras, cocinar y limpiar.
"Estamos ante una nueva concepción de la masculinidad y, como consecuencia, también de los modelos de paternidad", afirmó Tarzibachi. Y agregó: "Decimos que hay un nuevo varón en construcción, con imaginarios en pleno movimiento y grandes desafíos y dificultades para ellos mismos, aún en tensión con los nuevos posicionamientos de las mujeres que demandan que los hombres cedan privilegios históricos para situarse semejantes a ellas".
Crianza con respeto y sin estereotipos
Ivana Raschkovan, psicóloga clínica e investigadora y docente de la Cátedra de Clínica de Niños y Adolescentes de la Universidad de Buenos Aires (UBA) aportó su mirada a Infobae. "Cada vez más padres dedican muchas horas al cuidado de sus hijos, los llevan o los van a buscar al colegio, los ayudan en las tareas escolares, les cocinan, les leen cuentos, los llevan a la plaza, juegan con ellos e incluso, lo observo en mi consultorio, los acompañan en los tratamientos o asisten a las charlas de los talleres de crianza y buscan información".
"Cuando la crianza está despojada de estereotipos de género y las funciones de apego, sostén, cuidado, sensibilidad y contacto son representadas por ambos padres, no se alimenta una posición machista y los efectos en la subjetividad de los hijos e hijas son más que positivos", subrayó Raschkovan.
En tanto, Miguel Espeche, psicólogo y psicoterapeuta, especialista en Vínculos y en Salud Mental Comunitaria, hizo hincapié en dos cuestiones primordiales que el ejercicio de la paternidad no debe descuidar: permitirse sentir y mantener el respeto y el amor.
"Que los padres se permitan ser más demostrativos y cariñosos, sin dudas, genera mayor cercanía y los habilita a ser más eficaces en su rol parental. El respeto, el trabajo en equipo, el cariño y, si es posible, el amor, son el mejor antídoto contra una idea despótica del poder y del amor porque permitirá que los chicos estén mejor preparados para querer y ser queridos".
Por su parte, Juan Tesone, médico psiquiatra y psicoanalista, miembro titular de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA) consideró "que lo valioso de la función parental, independientemente del sexo del adulto que la ejerce, es que los niños reciban el afecto y los valores que los enaltecen como ser humano: respeto de sí mismo y del otro".
Y en la charla con Infobae planteó una hipótesis interesante: "Quizás en un futuro no muy lejano, no se hable tanto de la función materna o paterna, sino de las funciones de cuidadores primarios de un niño y una niña que requieren cuidados, afecto e interés por parte un adulto, más allá del género con el cual se identifica. En ese sentido, tal vez en un futuro no muy lejano, las celebraciones tradicionales del Día del Padre o de la Madre darán paso al festejo del día de la parentalidad".
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