El "tren del miedo": cómo lograr que la angustia cotidiana no se convierta en pánico paralizante

El miedo es uno de los peores enemigos del ser humano, y es una de las emociones que se presentan con mayor facilidad y que resultan más difíciles de combatir. Cómo mentalizarse para que no impida cumplir objetivos

El miedo es uno de los peores enemigos del ser humano. Puede llegar a impedir lograr objetivos, destruir ideales y transformarse en un indeseable compañero de ruta. Es una de las emociones que se presentan con mayor facilidad y que resultan más difíciles de combatir.

Su fuerza radica en que nos acompaña desde siempre. Es una emoción básica, primaria y constitutiva. Hay algunas emociones que podemos modificar y otras tantas que podemos anular, pero en lo que respecta al miedo, solo podemos controlarlo y minimizarlo.

"Es quizás la emoción que con mayor rapidez se activa y la que nuestro sistema de pensamiento prefiere", aseguró en diálogo con Infobae la psicóloga y escritora Celia Antonini. "La tiene siempre a la mano y cuando aparece, condiciona y modifica nuestra toma de decisiones. El miedo es central en nuestra vida y determina en gran parte la manera en que transitamos nuestra existencia. El grado de malestar o bienestar que sentimos está relacionado directamente a la intensidad y frecuencia con que experimentamos miedo".

El miedo es uno de los peores enemigos del ser humano (Getty)

Las emociones básicas son formas genéticamente determinadas de respuesta a los estímulos que nos llegan del entorno. En ese sentido son universales, es decir, las compartimos todos los seres humanos sin distinción de razas y culturas. Estas emociones son: miedo, alegría, sorpresa, ira y tristeza.

"El miedo es una emoción con la que nacemos, que les sirvió a nuestros antepasados para sobrevivir en su medio, para protegerse de los peligros y mantenerse a salvo y que, debido a su alta carga genética, sigue en nosotros tan presente como entonces, aunque ya no estemos bajo las mismas circunstancias ni nos sirva para muchas de las situaciones que vivimos", afirmó la experta.

En el pasado, el miedo era el mejor sistema de alerta para mantenerse con vida, pero en el presente parece no ser necesario tener un estado de alerta continuo. Entonces, ¿por qué seguimos teniendo tantas veces miedo?

"Muchas de estas emociones están disparadas por el temor a lo que podría pasar en el futuro y no sobre algo que está ocurriendo ahora. Perder el control sobre lo que va a suceder genera una brecha de ansiedad entre nuestra realidad de hoy y el futuro temeroso que imaginamos -reveló Antonini-. Pensar que nos pueden despedir de nuestro trabajo, que podemos tener un accidente de auto o no aprobar un examen desencadena de inmediato una sensación de temor".

Muchas de estas emociones están disparadas por el temor a lo que podría pasar en el futuro (Getty)

Por otro lado, el miedo se nos dispara cada vez que tememos perder aquello que deseamos o amamos. Los pensamientos que tenemos son determinantes a la hora de reducir o aumentar nuestras emociones.

La mejor manera de protegernos contra el miedo es protegernos de nosotros mismos. Somos nosotros quienes a través de lo que pensamos convocamos al temor. Si ante la aparición de un pensamiento que genera miedo podemos buscar la forma de contrarrestarlo, habremos logrado una manera de reducir su poder esclavizante.

La psicóloga reveló que "todos nos subimos al 'tren del miedo'. La primera estación es la ansiedad, la segunda la angustia y la tercera el pánico. La clave está en no llegar a esa última parada y bajarse antes".

"Una de las formas para luchar con el miedo es enfrentarse a la situación que lo produce. Cuanto más lo evitamos, más crece. Lo que tendemos a hacer es evitar aquello a lo que tememos, pero de esa forma el efecto que logramos es el contrario", explicó, y agregó: "Por lo que, a diferencia de lo que creemos, la mejor manera de luchar es enfrentando la situación que nos da miedo. La acción es uno de los mejores antídotos contra el miedo".

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